Capítulo Veinticuatro. Café y Bizcocho

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Cuando ví quien era, me quedé patidifusa. No sabía si tenía la boca abierta o cerrada porque ni tan siquiera entendía si estaba soñando o viviendo.

-¡¿Tú?!. ¿Qué haces aquí?.

-Hola de nuevo, Helen. Cuanto tiempo sin verte.

¿Será posible que mi vida pueda ser normal alguna vez?. ¿Mucho pedir?.

-¿Kilian?. ¿Qué haces aquí?.

-Mi padre te ha dado la respuesta-sonrió-. Soy su hijo y he venido a visitarlo.

-Pero si te apellidas Jones. No entiendo nada.

-Jones era el apellido de mi mujer-me informó Jordi-. A Kilian siempre le ha gustado ese apellido más que el mío.

-Lo reconozco-se encogió de hombros-. ¿Cómo es que conoces a mi padre?.

-Es una vieja amiga, hijo. ¿Recuerdas la chica que me hizo volver a hornear?.

-Sí, fuíste un tema muy recurrente, Helen.

-¿De qué os conocéis vosotros si puedo preguntar?.

-El camino de Santiago-respondí-.

Me estaba quedando medio ida en verdad. ¿Después de tanto tiempo aparecía Kilian?. ¿Siendo el hijo de Jordi?. ¿Tan guapo como recordaba?. Moví la cabeza para salir del trance. No era posible, de ninguna de las formas.

-¿Os importa si me retiro?. Ha sido un viaje largo, más que nada por la hora y pico de sendero-traté de sonreír-. Y me gustaría saber si mi hijo se encuentra bien.

-¿Tu hijo?-preguntó Kilian-.

-Así es. Han pasado varios años, Kilian. La gente continua con su vida.

No se porque le espeté aquella frase llena de rencor. ¿Por qué iba a tener yo nada que reprocharle a Kilian?. Sin embargo, algo de resquemor había dentro de mí. Quizás los desamores me estuviesen haciendo más dura, menos tolerante.

-Descansa cuanto necesites-intervino Jordi-. Esta noche Kilian y yo iremos a pescar. Sabiendo que eres vegetariana, no te ofreceré acompañarnos pero estaremos en la playa por si quieres acercarte.

-Muchas gracias, Jordi. Lo tendré en cuenta.

Me fuí directa a la que sería mi habitación durante aquellos días. Suspiré al ver que la de Kilian estaba justo al lado. Lo supe al reconocer su mochila: la misma que había llevado en nuestro encuentro en Oviedo.

Me costó mucho quitarme a Kilian de la cabeza, después conocí a Rubén y ya no había más nadie a parte de él y ahora que mi marido desaparecía, ¿volvía el pirata?. ¿Era una broma?.

Ni siquiera bajé a cenar aquella noche. No me apetecía volver a encontrarme con Kilian pues, consideraría engaño decir que no se me había parado hasta el alma al volver a verlo. ¿cosquillas?. No lo sé. Pero al fin y al cabo, no dejaba de ser una mujer casada con dos maridos. ¿Era lícito pensar en Kilian como hombre?. Demasiado difícil de sobrellevar.

Desperté de madrugada, a eso de las tres de la mañana. Me asomé a la ventana y vi dos pequeñas luces en la playa. Suponiendo a Jordi y Kilian aún pescando, bajé a la cocina a comer algo. No me molesté en ponerme el pijama. ¿Por qué esconder mi cuerpo de mí misma?. Así que descalza, bajé las escaleras directa a la cocina donde me serví un buen trozo de bizcocho. Casi a punto de darle el primer bocado, una voz en la oscuridad me sorprendió.

-¿Hambrienta?. Puedo prepararte algo si quieres.

-¿Kilian?.

-Soy yo. ¿Quieres cenar algo?.

Más que Hermanos((COMPLETA))#3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora