Capítulo Tres. Una Boda de Cuento de Hadas y un Pirata sin Garfio

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¿Aceptar el qué, Hassan?.

-Laura y yo nos vamos a casar.

-¿Qué?.

-Y queríamos que fueses nuestra madrina de boda.

Me quedé en shock con la noticia. Supongo que es lo malo de no querer indagar en la mente de Hassan. No me enteraba de las cosas y después, venían las sorpresas. Y esta era una de las más desagradables de cuantas había recibido.

-¿Qué dices, Helen?-me habló Laura-.

¿Qué digo?.

Muchas cosas y casi ninguna bonita.

Ante la insistencia de ambos y sabiendo que poco o nada me apetecía ser madrina de bodas, acabé accediendo a la petición. Incluso llegué a viajar a San Sebastián donde la boda se celebraría pero quiso el mundo o mi propio cuerpo instado por las pocas ganas de boda que cayese enferma un día antes de la boda.

Una gastroenteritis nunca era plato de buen gusto para nadie pero a pesar de mis constantes visitas al baño y de la dieta blanda, me sentí feliz por no ver a Hassan casándose con Laura.

-Lo siento, hermano pero me es imposible alejarme del baño.

-¿Te ha visto, Lazard?. Estás pálida, Helen.

-Lo sé. No te preocupes por mí, ¿de acuerdo?. Te deseo que tengas una boda de cuento de hadas.

Estás siendo una cínica....

¿Qué otra cosa podría hacer?.

La boda fue preciosa según mis padres quienes lloraron de felicidad al ver a su hijo casado. No quise saber muchos detalles de ella porque dolía y mucho. ¿Ver casado al hombre qué amaba con otra mujer?. Eso no era agradable para nadie.

Tras mi convalecencia y desearle a la feliz pareja una buena vida-de esto no me pude librar-ellos se fueron de viaje de novios y nosotros, regresamos a Marrakech donde empecé a hacer los preparativos para estudiar mi especialización en medicina.

Quizás resulte extraño pero aún sabiendo que iba a ser un trabajo duro, me hacía ilusión comenzar las clases y mantener mi cabeza lejos de Hassan y Laura.

El primer año fue intenso. La materia era extensa, las clases y las prácticas largas y el poco tiempo que me quedaba libre, lo invertía estudiando montañas de apuntes. Me convertí en una pequeña rata de biblioteca sin espacio para nada más que no fuese la medicina.

Al término del último cuatrimestre, con las altas temperaturas de Marrakech anunciando que el verano llegaba al país, decidí hacer un viaje a España. No tenía intención de ir a ver a Hassan quien se había instalado allí definitivamente trabajando como ayudante de chef en un tres estrellas michelín sino de relajarme y encontrarme a mí misma tras un año de esfuerzo sobrehumano.

-A la vuelta haremos un viaje juntos, mamá. Te lo prometo.

-Crecéis tan rápido, Helen, que ya temo el momento en que tú también te vayas de casa.

-Me voy de vacaciones una semana al país vecino, mamá, no al fin del mundo.

-Siempre podemos tener otro hijo o al menos intentarlo.

Mi padre, que llegaba de trabajar, nos dió al encuentro sonriente.

-¿Otro hijo?. ¿Estás bien de la cabeza, Hadid?.

Me reí. Mis padres se amaban, eran almas gemelas, no cabía duda pero, cuando mi padre le gastaba bromas, las reacciones de Lily eran graciosas y al final, acababan discutiendo por dos tonterías que se les olvidaban a los pocos minutos.

Más que Hermanos((COMPLETA))#3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora