Más que Hermanos((COMPLETA))#3

El Sueño Hecho Realidad

-Mamá.

-Dime, hijo. ¿Qué es lo que pasa?.

-Sólo quería saber si estabas bien.

-Lo estoy, cielo-sonreí-.

Era una mentira. No sabía si grande o pequeña pero una mentira al fin y al cabo.

-Te dejo aquí la prensa por si quieres leer algo. Saldré a tomar algo con mi hermana. No se a que hora llegaremos.

-Como de costumbre. ¿En qué momento crié a dos fiesteros empedernidos?.

-Tú no nos has hecho fiesteros, la isla lo ha hecho.

-Ten cuidado con tu hermana. Últimamente está muy rara.

-Lo sé. Mantendré los ojos bien abiertos.

Mi hijo era el vivo retrato de su padre , de Rubén. Tanto en sus formas como en su apariencia física. Nada podía negar que aquel, ya hombre, era un Sastre.

No abrí la prensa, ¿para qué?. En aquellos días, casi nada me consolaba. Kilian ya no estaba y sin él, la vida carecía más o menos de sentido. Mis hijos me aliviaban pero eran personas adultas que hacían su vida y perseguían sus sueños. Yo, sin embargo, ya había cumplido casi todas mis metas y, entorpecer su camino por mi duelo no lo consideraba ni justo ni necesario.

Casi a última hora de la tarde, Hassan vino a verme. Él cuidaba mucho de mí en aquellos oscuros días y se lo agradecía, por lo menos, me evitaba caer en la angustia de la noche en soledad.

-¿Qué tal, hermana?.

-Sobrellevándolo como siempre. Ya sabes.

-Debes alegrarte un poco. Sé que es difícil, Helen pero tú siempre has sido muy optimista.  Verte así me duele de veras.

-Lo sé. Sé que un día volveré a ser yo de nuevo. No la misma porque eso sería imposible pero, por el momento, he de llevar esto a mi manera.

-No sabía que aún seguían fabricando estos periódicos-dijo supuse que para cambiar de tema-. Creía que ya todo era digital.

-Hay algunas cosas que no cambian y lo prefiero. Casi es mejor dejarse los ojos con el papel que no con un ordenador o un móvil.

-A veces eres tan retrógrada....

-Al igual que tú. No soy yo quien está ojeando las páginas de tan antiguo artilugio.

Soltó el periódico abierto encima de la mesa de nuevo. Hassan eran muy digno para algunas cosas y llamarlo anticuado con su juventud mental inmensurable era algo demasiado para él.

Lo invité a cenar. Al parecer, Helena estaba de cena con unas amigas por lo que pudimos disfrutar de una cena entre hermanos que nos permitió hablar de nuestras cosas. Más de las de él que de las mías. Estas últimas dolían demasiado.

-Recuerda que mañana es tu cumpleaños, Helen.

-¿Quieres que celebre qué soy un año más vieja?. ¿Qué el tiempo corre en mi contra?.

-No, quiero que disfrutes del tiempo que tienes. Que mires al presente y no al pasado.

-Ya veremos, Hassan.

Dormí aquella noche en el cuarto de invitados. Llevaba meses haciéndolo pues la idea de dormir en la cama que solía compartir con Kilian me superaba más de la cuenta.

-¡Madre!.

-Haya, ¿qué narices haces despertándome?.

-Son las diez de la mañana y es tu cumpleaños.