•°。✾: MitsuShino {1}

9.7K 503 194
                                    

A primera vista se podía notar que Mitsuri Kanroji y Shinobu Kochō eran personas completamente distintas.

El pilar del amor era la mayor de las dos. Su apariencia llamativa por sus cabellos bicolores y la actitud cariñosa que emanaba de ella hacía que mucha gente la apreciara.

Mientras que la menor por un año, el pilar del insecto, era dueña de una apariencia un poco más común. A pesar de que la mayoría de las veces llevaba una sonrisa en su rostro, no creaba una atmósfera tan cálida como la pelirrosa.

Mitsuri era una persona más de sentimientos, al contrario de Shinobu, que prefería más el evitar relacionarse con la gente.

Eran tan contrarias, que nadie comprendía porqué se llevaban tan bien. Y siendo sincera, Shinobu aún se lo preguntaba.

Recuerda con perfección la primera vez que se vieron. Fue cuando la escogieron como pillar, su hermana mayor había fallecido hace unos días, ella seguía con el shock de perder a su última familiar viva. No quería ir a recibir un honor que no merecía. No quería hacerse cargo de la estancia mariposa, ni tener que entrenar sola a las tsugukos.

No, ella sólo tenía 16 años y acababa de perder a su amada hermana Kanae. Lo único que quería era llorar abrazada al haori, que aunque había sido lavado miles de veces para quitar la sangre de Kanae, seguía teniendo el olor a flores impregnado en él.

Alguien golpeó la puerta de su habitación.

—Shinobu-Sama, lamento interrumpirla.—Dijo tras la puerta, la pequeña Aoi.—Ya es hora de que vaya a la casa del señor.

La chica inhaló durante varios segundos la esencia de su hermana. No podía dejarse vencer por la depresión. Se levantó de la cama, secó sus lágrimas, tomó su cabello en su usual peinado y abrió la puerta.

—Gracias por avisarme, Aoi.—Agradeció y sonrió. Siendo esa otra más de sus eternas sonrisas falsas.—Ya me voy, volveré pronto.

Antes de que la pequeña pudiese responder, se alejó. Sabía que le diría algo sobre su hermana y eso era lo que menos quería.

No quería que le tuviesen pena.

Intentó distraerse saltando por los árboles para llegar a la casa de Oyakata-Sama. No debía pensar. No debía hacerlo. Debía ser fuerte. Ahora sería un pilar, no podía sentir de más. La tristeza sería una debilidad, algo innecesario considerando que ni siquiera podía cortar cabezas por su altura.

Finalmente llegó a la casa del líder. Ya estaban los otros pilares, los conocía por las historias que le había contado su hermana.

El extravagante pilar del sonido, el poderoso pilar de piedra, el prodigioso pilar de niebla, el agresivo pilar del viento, el extraño pilar de agua.

Y ella.

A ella no la conocía.

Su cabello era hermoso. De un imposible color rosado, el cual en cierto punto se volvía verde como las hojas de los árboles. Sus ojos del mismo tono estaban llenos de vida, miraban con fascinación todo el lugar de reunión. Sus mejillas sonrojadas le daban un aire tierno, ¿Quién sería?

—Oyakata-Sama está acá.—Avisaron las gemelas.

Todos los pilares se arrodillaron ante esa mención.

—Buenos días, mis pequeños niños.—Saludó el líder.—Me gustaría decir que estoy muy feliz de verlos a todos, pero sería una mentira. Para nuestro dolor y desgracia, el pilar de flor Kanae Kochō ha fallecido en las manos de una luna superior.

La azabache apretó los puños.

—Shinobu, levántate.—Pidió Kaguya. La joven lo hizo.—Lamento tu pérdida desde lo más profundo de mi corazón, Kanae fue una hábil espadachina. No puedo traerla de vuelta, no obstante ella me pidió sólo una cosa. Kanae solamente quería que fueses fuerte pasara lo que pasara. Dime, ¿Cuál es tu respiración?

[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora