•°。✾: MitsuNezu {1}

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Actualidad! AU.

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Si había algo que Kanroji Mitsuri amaba, era el olor a té por las mañanas.
Y tenía la suerte de poder olerlo todas las mañanas.

Cuando salió de la universidad, decidió poner una cafetería, era su sueño de toda la vida el poder tener un lugar así.

Si bien su familia no lo aceptó al inicio, al ver la enorme motivación que tenía la chica no les quedó otra que aceptar. Además, Kochō Shinobu, su mejor amiga, había aceptado ayudarla.

El destino le estaba dando lo que quería y, en menos de un año, ya tenía creada su cafetería.

La cafetería "Pilar del Amor" se había vuelto famosa en las redes sociales, por el rumor de que si ibas a ese lugar y tomabas una bebida con la persona a la que amabas, estarían juntos toda la vida.

Era un rumor creado por accidente, pero a Mitsuri le servía para el negocio, así que lo dejó pasar.

Todos los días llegaban distintas parejas, jóvenes, ancianos, niños. Del mismo o distinto género o con diferencias económicas. Sólo querían beber algo y quedarse con su pareja toda la vida.

Algunas veces habían casos raros, como fue el de esos novios que llegaron corriendo. Al parecer la familia de uno de ellos —rubio, con ojos enormes— no quería que se casara con el que decía ser el amor de su vida—un pelinegro de ojos azules—.

—¡Qué estúpidez!—Exclamó Shinobu.—Ustedes son los que se casan, no ellos.

Los amantes se miraron a los ojos, la mesera chiquitita tenía razón. No había razón para escapar. Así que juntos bebieron un té verde y un café con crema. Poco tiempo después supieron que se habían casado.

La vida como una casi cupido alegraba a Mitsuri, no deseaba nada más que seguir como estaba. Ella creía no necesitar una pareja, mientras hiciera felices a los demás estaba todo bien.

Hasta que ella llegó.

El café estaba un poco más desocupado que siempre, ese día estaba tranquilo, así que Kanroji se sentó en la barra para tomarse un té con leche.

El atardecer estaba comenzando a llegar, poco a poco la luz bajaba, tiñendo de naranja el café. Las hermosas margaritas que adornaban el lugar, cerraban sus pétalos, yéndose a dormir.

La campanilla que marcaba el ingreso de un nuevo cliente sonó. La pelirrosa giró la mirada. Y vio a un ángel.

Era una jovencita de baja estatura, sus castaños largos cabellos le llegaban hasta la espalda. Las puntas tenían un lindo color naranja. Usaba un uniforme escolar negro, parecía ya estar en preparatoria. Sus hermosos orbes rosados le daban un aire romántico a su rostro, sin embargo estaban rojos e hinchados.

—¿Estás bien?—Consultó, acercándose a la menor.

—Y-yo... No, no lo sé.—Respondió.

La chica estaba más que confundida, la ojiverde deseaba ayudarle. De alguna manera, sentía que era su deber el hacer feliz a esa hermosa señorita.

—Ven, siéntate.—Dijo, tomándola de la mano para poder llevarla a una mesa en la ventana.

Al estar ahí, la menor se sentó. Seguía con el ceño fruncido, los ojos le picaban y el labio inferior le temblaba. Parecía ponerse a llorar en cualquier instante.

[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora