•°。⛈: DouShino {1}

3.4K 176 179
                                    

okey, esto tiene amnesia y un poco de relación enfermiza, pero, ¿qué esperaban de estos dos?

-•-

Kochō Shinobu no recuerda de donde lo conoció.

Tampoco recuerda de donde viene ella, porque está en en ese lugar, quienes son su familia o básicamente cualquier otra cosa que no sea su nombre.

Lo primero que habita en su memoria es la imagen de él. Su salvador, como se autodeclaró.

Un dios en la tierra, envíado de los cielos a proteger a los habitantes del planeta. O eso decían sus seguidores.

Para Shinobu, Douma es el único en el que puede confíar por ahora.

Se conocieron aquel día en el que ella despertó. Kochō desconocía cuando se había quedado dormida y cuanto había dormido, pero lo que podía confirmar era que Douma estuvo a su lado en el momento en que abrió los ojos.

—¡Vaya! Finalmente has despertado, me tenías muy preocupado.—Exclamó el chico.

La ojimorada no respondió, no sabía que estaba pasando. Se sentía asustada y confundida, su mente era un lío del que quería escapar.

—Oh, no, no te asustes. Yo no te haré daño, te he salvado después de todo.—Declaró.—Soy Douma, esta es mi casa. Te encontré hace una tres días cerca de acá, estabas llena de sangre e inconsciente, ¿Puedes decirme el porqué?

—Y-yo... No lo sé, perdón.—Se disculpó, con notorio nervio en su voz.—No recuerdo nada, tengo la mente en blanco.

Douma suspiró, no molesto, sino que con preocupación. Shinobu no podía asegurar si era fingida o verdadera.

—¿No recuerdas ni tu nombre?

—Creo que sí, soy Kochō Shinobu.

Los pensamientos se conectaron en la mente del demonio. Con razón ese haori de mariposa se le hacía tan parecido, era el que vestía aquella cazadora de demonios que había devorado hace ya un tiempo.

¡Qué suerte la suya!

Se había topado con el cuerpo de la chica en uno de sus paseos nocturnos. Vestía el uniforme de los cazadores de demonios, cosa que llamó su atención de sobremanera.

Al acercarse a ella, pudo notar que seguía respirando. A pesar de lo mucho que quería devorar a una cazadora, se aguantó las ganas gracias a su curiosidad del saber qué le había pasado.

Eso los llevaba al momento del despertar de Shinobu. Lastimosamente para el demonio, la chica no recordaba nada de nada. Sin embargo, eso también podía ser algo positivo.

—Entonces Shinobu-Chan, puedes quedarte conmigo hasta que comiences a recordar de donde vienes. No te preocupes, esta casa es grande y no serás una molestia.

La de mechones morados tragó saliba. No tenía otra opción, debido a su amnesia.

—Gracias, Douma-San. Acepto su invitación.

(...)

Eso los llevaba al presente. Dos meses después de la llegada de Kochō. La chica aún no recordaba nada, a excepción de leves recuerdos de rostros de personas.

Algunas veces era un pelinegro de ojos azules, otras veces una chica de coleta. En otras oportunidades recordaba la suave voz de alguien que sentía la necesidad de proteger.

Y su recuerdo más fuerte era el de una mujer de cabellos largos, que usaba un haori de mariposa. Esa mujer era preciosa, expedía una amabilidad tremenda, Shinobu se sentía cómoda estando a su lado. Aunque sólo fuesen sueños.

—¿Shinobu-Sama?—Le habló uno de los seguidores del cenizo. Le habían adquirido cierto respeto, por lo que la llamaban por el "sama".—Douma-Sama solicita su presencia.

—Ya voy.—Indicó.

Se levantó del sillón en el que estaba, dejando de lado el arreglo floral que estaba tratando de crear.

La relación con el demonio había avanzado un montón, el rubio estaba con ella todo el tiempo que podía, exceptuando esas veces en las que debía estar con sus seguidores.

Aquello le llamaba la atención a Shinobu, el joven tenía un control increíble sobre la gente. Siendo capaz de poder hacerlas seguirlo como a un dios.

En especial las mujeres, quienes lo adoraban, tratando de acercarse más y más al rubio. Cosa que estaba comenzando a molestar a la chica.

Ella era la preferida de Douma, no necesitaba a nadie más que a ella, por favor aléjense.

Por eso se había alegrado un poco al oír que el mayor requería de su presencia. Al no tener a nadie, Shinobu había comenzado a crear una dependencia emocional hacia Douma.

Él era su salvador, ¿No?

—Acá estoy, Douma-San.—Dijo, al entrar a la habitación.

—¡Shinobu-Chan! ¡Me alegra tanto verte!—Exclamó, sonriéndole a la chica.—Ven, siéntate a mi lado y hablemos.

Obedeciendo, la joven se sentó junto al demonio. Ambos quedaron mirando el patio exterior por medio de la ventana que tenía la habitación.

Kochō sintió la tentación de apoyarse en el hombro del contrario, sentir un poco de cariño por parte del otro.

—¿Has recordado algo?—Preguntó el rubio, con esa voz tan suave de la cual era dueño.

—No, Douma-San. Aún no tengo ningún recuerdo.—Respondió.

Todos los días le hacía esa pregunta. ¿Acaso quería que se marchara? ¿Se había aburrido de ella?

—No tenemos ningún apuro en eso.—Dijo Douma.—Por mí que nunca recordaras nada y te quedaras a mi lado por siempre.

Las níveas mejillas de Shinobu se colorearon violentamente, ¿Había escuchado bien?

—¿Estás hablando en serio?

—Así es, Shinobu-Chan. Me he encariñado con tu presencia y ya no creo poder estar sin ti, perdón por si querías volver a casa, pero esto que estoy sintiendo por ti es grande.

¿Qué importaba el no saber nada de sí misma? El conocer que tenía un hombre que la amaba era más que suficiente para Shinobu.

—Yo siento lo mismo, Douma-San. Por favor, deja que me quede contigo por siempre.

El demonio sonrió, para después besar a la joven pelinegra. Al final había sido buena elección el no devorar a aquella cazadora.

Y los recuerdos podían irse a la basura.

-ドウシノ-

¡Hola!

Escribo esto rápido, bcz debo irme, así que haré un resumen.

Por ver anime me entró un virus al celu y me lo resetearon, así que perdí todos los usuarios que me habían pedido one-shot. Las parejas las tenía anotadas, pero los usuarios no :(

Así que, perdón por no etiquetarte, chica del DouShino, pero esto va para ti uwu.

Este fue el peor resumen de la vida, pero...

Chau.

12/12/19

[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora