Tomioka Giyuu podría decir que Kamado Tanjiro salvó su vida.
Hoy en día, cuando recordaba ese día en la nieve, el día en que conoció a aquel niño. A aquel niño que se aferraba con todas sus fuerzas a su hermana demonio. A aquel niño que luchó contra él, sabiendo que iba a perder. A aquel niño que rogó por la vida de su hermana.
Giyuu se daba cuenta de que realmente él había sido el salvado.
Antes de conocerlo, su vida fue un mar de desgracias. La muerte de su hermana al tratar de protegerlo de unos demonios, fue lo que lo llevó a entrenar para ser un cazador de demonios. Y en aquel entrenamiento fue donde conoció a Sabito, su mejor amigo y la persona con la que quería pasar el resto de sus días. Pero otra vez la vida le decía que él no debía ser feliz, causando la muerte de su querido Sabito.
Cargando con pesadas muertes sobre su espalda, Giyuu vivía, sin embargo no vivía. El corazón le latía, podía ver, oler y oír. Sus brazos y piernas estaban más que desarrollados. ¿Aunque qué importaba? Tomioka vivía por obligación.
Era poco hombre el cortar su cuello y deshonrar a sus seres queridos. Y tampoco sería alimento de sucios demonios. No disfrutaba vivir, no obstante no quería morir.
Y no parecía ser un plan malo, el vivir como un muñeco.
Hasta que Tanjiro llegó a arruinar todos sus planes.
De alguna u otra forma, Giyuu sabía que al dejar ir al mocoso valiente y a su hermana demonio, se estaba condenando a sí mismo. Claro que en ese momento sólo eran dos personas más de todas las que salvaba.
El problema vino dos años después, cuando al ir a defender la montaña Nagumo se volvió a topar con el chico de rojos cabellos y cicatriz. Ahora era totalmente distinto, no temblaba como el niño que había conocido. De alguna manera sentía que sus ojos emitían fuego, un fuego tan poderoso que era comparable al sol.
Entonces su mente no pudo dejar de comparar a Tanjiro con el sol. Brillante y cálido, alguien que siempre alegraba a la gente.
Un sol que era capaz de eliminar todas las tormentas del estruendoso mar que era su corazón. Y dejarlo en una calma eterna.
Sus encuentros con el joven Kamado fueron cada vez más seguidos, pequeños entrenamientos, conversaciones e inclusive ocasiones en las que salían a comer soba frío.
—Giyuu-San, ¿Te puedo hacer una pregunta?—Cuestionó el chico en una ocasión.
La luna estaba en lo más alto del cielo nocturno. Algunos grillos cantaban alegrando el ambiente. Un leve viento corría, enfriándolos y provocando que ambos estuviesen cerca, buscando el calor del otro.
—Sí.—Respondió.
—Cuando todo esto acabe.—Inició, refiriéndose a la batalla contra los demonios.—¿Qué harás con tu vida?
Giyuu guardó silencio, la verdad nunca lo había pensado. Nunca pensó en el día después del final. Siempre se imaginó como un cazador de demonios hasta el último día de su vida.
—No lo sé.—Confesó.—Creo que me quedaría en mi casa mirando el día pasar. No tengo otro talento que matar demonios.
Tras decir eso, miró al pelirrojo. Este lo miraba con cierta tristeza en sus ojos.
—Eso es un poco aburrido, ¿No?—Preguntó.—Sabes, Giyuu-San, si quieres, cuando esto acabe puedes vivir con nosotros.
El azabache abrió sus azules orbes de la sorpresa. ¿Vivir con Tanjiro?
—Cuando Nezuko vuelva a ser humana nos iremos a un pequeño pueblo cerca del mar, ella nunca lo ha visto y me gustaría que lo conociese. Posiblemente también irán Zenitsu e Inosuke, ahora son mi familia, después de todo. Puede que no sea la vida que buscabas, pero creo que sería muy lindo vivir juntos.—Terminó de hablar. Sus mejillas tenían un leve sonrojo.
Una nueva vida al lado del joven que cambió su forma de ver el mundo, era un ofrecimiento que agradecía con todo su corazón. Tener alguien a quien cuidar y proteger. Tener una familia. Era mucho más de lo que podía pedir.
—Yo...—Iba a dar su respuesta, sin embargo fue interrumpido por Nezuko, quien despertaba y salía de su caja.
—¡Nezuko!—Exclamó Tanjiro a la joven.—Esta vez sí que has dormido bastante. Has de estar muy cansada últimamente.—Dijo, mientras acariciaba la cabeza de la demonio.
Tomioka guardó silencio. Estaba a punto de decir que sí, cosa que no podía. No podía permitirse una familia o siquiera imaginar una vida normal. Él era un cazador de demonios, no sabía si el día de mañana estaría vivo.
Y tampoco podía asegurar que vencerían a Muzan Kibutsuji.
Otra vez volvía a su actitud negativa y despectiva forma de ver la vida. Tanjiro no merecía el ilusionarse con formar una familia junto a él.
O eso creía, pues el chico acarició su mano.
—Realmente quiero que vivas con nosotros.—Declaró mirándolo a los ojos.
Y quizás Giyuu se dejó ilusionar un poco.
(...)
De aquella conversación pasaron años.
Habían logrado vencer al jefe de los demonios, pero a un alto costo, ya que habían sufrido valiosas pérdidas.
Al desaparecer Muzan, desaparecían todos los demonios, por lo que ya no hubo necesidad de tener cazadores de demonios.
Los pilares dejaron sus cargos y optaron por tener vidas normales. Los reclutas hicieron lo mismo. Nezuko logró volver a ser humana y al cumplir los suficientes años se casó con Zenitsu. Mitsuri y Obanai también contrajeron nupcias, en una boda llena de amor y felicidad. Todos tenían vidas que seguir.
Mientras que, actualmente Tomioka Giyuu estaba sentado en su casa, mirando el día pasar. La casa estaba muy callada.
Lo único que se oía era el ruido de las olas.
Las olas de la playa en la que vivía junto a Kamado Tanjiro.
—¡Volvimos, Giyuu-San!—Avisó el pelirrojo entrando a la casa.
—¡Regresamos, padre!—Repitió el pequeño pelinegro.
Giyuu sonrió al ver a su esposo y a su hijo. El niño era un bebé huérfano que habían hallado poco después del final de los demonios. Curiosamente tenía el cabello oscuro y los ojos rojos, como si fuese el hijo biológico de los dos. Decidieron adoptarlo y lo llamaron Sabito.
—Bienvenidos a casa.—Dijo el ojiazul, levantándose del suelo, para tomar en brazos al pequeño Sabito y dejar un beso en los labios de Tanjiro.
Después de eso sonrió con aún más ganas, porque Tanjiro lo había cambiado tanto que le dio mil razones para seguir vivo.
- ギユタン-
¡Hola, hola!
¿Cómo les va?Este es mi primer libro de KnY, alto anime déjenme decirles. Y el manga es una preciosidad.
Expliquemos un poco. Este obviamente es un libro de One-Shots (que son mini historias de un capítulo) de parejas de KnY. Subiré al azar las parejas que pueden ser homo o hetero. Ustedes también pueden pedir las parejas que quieran. Escribiré todas. (Excepto Nezuko x Tanjiro).
Uf, confesándome, por el GiyuTan comencé a ver Kimetsu no Yaiba. En insta me salió un vídeo de la escena donde Giyuu intenta matar a Nezuko y le corta el pelo a Tanjiro. Me enamoré del shipp en ese momento y por la curiosidad me vi el anime. La mejor decisión de la vida.
Ahora que ya les he contado todo, me retiro. Espero sus recomendaciones de parejas.
Adiós.
24/08/19
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[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.
Fanfic"Donde escribo sobre shipps al azar de esta hermosa serie en mini historias sin continuidad". •Habrán shipps al azar, pueden ser homosexuales (yaoi, yuri) o heterosexuales. •Como dije antes, las historias no tienen continuidad, a menos que yo lo dig...