•°。✾: KanaNezu {1}

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El hilo rojo. Aquella leyenda que se estaba haciendo cada vez más famosa entre los chicos de su edad.

Kamado Nezuko la había oído. Y aunque no la hubiese oído, la conocería. La chica de 14 años tenía una habilidad sobrenatural gracias a sus poderes demoníacos.

Ella podía ver los hilos rojos de las personas.

La primera vez que lo vio se asustó. ¿Por qué todos tenían hilos rojos en sus meñiques? Sin embargo, cuando supo la razón de esos hilos, amó su habilidad.

La leyenda del hilo rojo, decía que cada persona está atada por un hilo en el meñique al amor de su vida. Y que pase lo que pase se unirán para estar juntos.

Así fue el caso de su hermano, quien tenía su hilo conectado al pilar del agua. Algunas veces la unión se desgastaba o enredaba, pero nunca se rompía.

Nadie notaba las miradas dulces que se brindaban cada vez que estaban juntos, excepto ella. Era obvio que el amor que se sentían los uniría por toda la vida.

A su corazón adolescente lo derretían todas estas muestras de amor. ¡El hilo rojo era tan hermoso! Su mente infantil pronto comenzó a llenarse de los pensamientos de como sería la persona a la que estaría unida.

Nezuko no tenía un hilo en su meñique. No se asustaba, sabía que había gente a la que le aparecía más tarde que a otros. El dilema era que también descubría que los demonios no tenían un hilo rojo.

Era el castigo que les había dado Dios. Las criaturas pecadoras que desafiaban su ley no merecían a alguien que estuviera a su lado. La eterna soledad era lo único que los esperaba, hasta el día en que el sol llegara a ellos y, en un intento de volver a sentir el calor, se volvieran cenizas.

Pero la ojirosada no era igual que los demás demonios, estaba segura de eso. Ella no había comido humanos, ella no merecía el castigo.

Tenía un hilo rojo, ¿Cierto?

Ese pensamiento la llevaría a la locura. Era inevitable no derramar lágrimas al pensar en eso. Nadie podía culparla, Nezuko podría ser un demonio, no obstante eso no eliminaba el hecho de que ella era una chica de catorce años que soñaba con su príncipe azul.

Si su hilo rojo no aparecía pronto, entonces ella lo haría aparecer. Esa misma noche, la castaña esperó hasta que la primera estrella apareciera.

Cuando el astro apareció en el cielo, con toda la fuerza de su alma y corazón, recitó un deseo lleno de esperanza.

"—Deseo que mi hilo rojo aparezca ahora mismo".

Al acabar de pensar las palabras sintió como sus ojos comenzaban a pesar de sobremanera. El cansancio se apoderaba de su cuerpo. La sensación de algo amarrándose a su meñique fue lo último que logró captar antes de caer inconsciente.

(...)

Despertó.

Le costó mucho, los ojos aún le pesaban. La cabeza le daba vueltas y el meñique le picaba.

—¿Estás bien?—Cuestionó una cantarina voz.

La chica demonio no prestó atención a la dueña de aquella armoniosa voz. Sino que admiró con atención y felicidad, la carmesí hebra que se había amarrado a su dedo.

¡Tenía un hilo rojo! ¡Lo tenía!

Podría gritar de emoción. Estaba más que alegre, su deseo se había vuelto realidad. Ahora conocía el hecho de que alguien la esperaba en ese mundo.

No estaba sola. No importaba quien fuese su hilo rojo. Lo que importaba era que no estaba sola y que amaría a la persona con la que compartiese destino.

Iba a levantarse a correr a buscar a su hermano, para poder contarle —o tratar de contarle— la bendición que había llegado a su vida, cuando sintió un tirón por parte del hilo.

—¿Estás bien?—Volvió a preguntar esa jovencita.—Te desmayaste.

Era una chica de cabellos negros atados a una coleta lateral. Tenía bellos hermosos fucsias, tan profundos como el mar. Su piel albina le daba un aire misterioso. Y su voz, su suave voz era tan refrescante como la brisa marina.

Además del hecho de que el final del hilo la conectaba a ella.

La mente de Nezuko explotó por un segundo. No comprendía muy bien lo que pasaba. ¿Esa bellísima chica era su hilo rojo?

—Soy Tsuyuri Kanao, la tsuguko de Shinobu-San. Ya me conoces.—Volvió a hablar la contraria.

Oh, Dios. Su hilo rojo era demasiado hermosa.

No podía hablar, maldijo por un segundo el bambú que le bloqueaba la boca. Necesitaba expresarle sin palabras lo mucho que agradecía ser su hilo rojo. ¿Cómo lo haría?

¡Agh! Al parecer no había ninguna otra opción que ir con todo desde el primer segundo.

Así que tragándose los nervios, y borrando sus esperanzas de haber tenido un primer encuentro perfecto, Nezuko saltó encima de Kanao, abrazándola y pegándose a ella.

Tsuyuri cayó al piso, la bella castaña estaba sobre ella. La tenía fuertemente abrazada y refregaba el bambú contra sus mejillas, como si la estuviese besando.

—¿N-Nezuko? ¿Qué ocurre?

La demonio se levantó, para después dibujar en el suelo un corazón, y escribir dentro de él, sus nombres. Kanao se sonrojó violentamente, desviando su mirada rosácea.

—¿Qué dices? ¿Estás enamorada de mí? Eso es sólo una broma, ¿No?—Iba a sacar su moneda, para así saber si era una broma o no.

La Kamado la detuvo, tomando su mano. Unió su mirada a la de ella, dándole a entender que sus sentimientos eran más que serios. El amor a primera vista se había adueñado de ella.

Nezuko señaló su dedo meñique, realizó la misma acción con el de Kanao. Y dibujó en el aire una cuerda invisible.

"—¡Estamos unidas por el hilo rojo!"

Sus palabras no fueron pronunciadas, pero sí fueron oídas. Por un segundo la de coleta creyó ver como un hilo rojo las unía de verdad.

¿La leyenda era cierta?

No había pensado en el amor. Después de todo no necesitaba pensar. El tener una pareja a la que amar y proteger la hacía sentir alegre. Su corazón latía como nunca.

—Eres mi hilo rojo.—Dijo. La contraria asintió repetidas veces, abrazándola otra vez.—Tengo una destinada, wow...

No entendía que hacer. El mundo había desaparecido, sólo quedaban ellas dos. Era como si de una vez por todas sintiera que tenía algo que hacer en la vida.

—Y-yo, yo... ¡Juro que te volveré humana, Nezuko!—Exclamó, poniendo sus manos en los hombros de la menor.—¡Y cuando seas humana podremos vivir un romance normal!

Nezuko sonrió. Tras eso se acercó al rostro de Kanao y puso el bambú contra los labios de la mayor.

Ese era su casi primer beso, sus bocas no se tocaron, ni sintieron el calor de la otra.

Pero lo amaron, de la misma forma que se amarían a partir de ese día.

-カナネズ-

Holap.
¿Qué hay?

Es divertido escribir yuri, jaj. Este os fue pedido por OtakuPikinn330 y elsa308. ¡Espero les guste!

Quiero salir de vacacioneeees. Aaaah. Perdón por ser tan floja, diosito. Okey, no debería decir esto, pero hoy estaba en mi pieza y pensé en una ídea para un fanfic MuzaTan, ¿Qué opinan? ¿Le doy futuro o no?

Es todo.

Adiós.

26/11/19

[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora