•°。☘: TanjiMui {2}

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Yandere! AU.

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El primer amor era maravilloso.

Todos lo sabían, era la enseñanza romántica más antigua de la vida. El primer amor era inocente, hermoso y puro.

El sentir como el corazón casi explotaba por tocarse las manos era una experiencia increíble. Las mejillas sonrojadas y las miradas fugitivas, cada una de esas cosas dejaba una huella en el corazón de las personas.

Y Tokitou Muichiro no podía estar más de acuerdo.

Le hubiese gustado decir que se había enamorado de Kamado Tanjiro la primera vez que lo vio, sin embargo eso sería una mentira.

A plena vista, el pelirrojo parecía un mediocre cazador del montón. Con el inútil sentimiento de proteger a su hermana demonio hasta la muerte, algo totalmente innecesario ante los ojos de Muichiro.

Pero tras combatir juntos se dio cuenta de que Tanjiro era mucho más que eso. Era un alma amable y generosa. Un alma pura, cosa que no se veía mucho en esos tiempos.

Las mejillas se le ponían rojas con el mero hecho de pensar en que el ojirrubí se había preocupado por él.

Estaba enamorado de Tanjiro, y por supuesto que el pelirrojo estaba enamorado de él. Eso creía firmemente Tokitou.

Las sonrisas que le daba eran sinceras, no como las que les daba a otras personas.
Gente molesta, como los que eran esos parásitos a los que llamaba amigos el pelirrojo.

¿Acaso era un pecado el desear la atención total del amor de su vida?

Cada vez que veía a Tanjiro con sus amigos, algo se apropiaba de él. ¿Cómo decirlo? Era como si un demonio tomara su cuerpo y su mente se bloqueara, de un momento a otro sólo deseaba que las demás personas desaparecieran.

¿Por qué no se iban de una maldita vez?

Muichiro había aprendido desde pequeño, que para obtener cosas debes esforzarte. Él se esforzaría y conseguiría el corazón de Tanjiro. Aunque tuviese que sacar del camino a una que otra persona.

Y de esa manera inició un muy calculado plan. Comenzó a preocuparse por su apariencia, si su cabello no tenía algún nudo o si se veía delgado. Con detalles así Tanjiro por fin se le declararía.

Además necesitaba fingir. No importaba lo mucho que odiase a aquellos míseros insectos, cuando estuviese con ellos sonreiría y bromearía.

—¡Me alegra que te estés volviendo más sociable, Tokitou-Kun!—Había dicho Tanjiro. De esa manera el pelinegro supo que iba por buen camino.

Haría todo lo necesario para tener al pelirrojo comiendo de su mano.

(...)

Un día ocurrió el desastre. Habían pasado ya tres meses desde el inicio de la transformación del pilar de la niebla.

Muichiro estaba orgulloso de presumir que se había vuelto muy cercano al Kamado, llegando a ser la persona a la que le confiaba los secretos más personales.

¡Estaban a un paso de ser novios oficiales!

Las mejillas del menor enrojecían al pensar en aquello. Ah, qué lindo será el día en que pueda tener a Tanjiro para él y sólo para él.

—¡Tokitou-Kun!—Exclamó Tanjiro, llamando su atención.

El ojiceleste sonrió al verlo, para después correr a su lado.

—¡Tanjiro, qué alegría verte!—Habló, irradiando dulzura e inocencia.

—También estoy feliz de verte, Tokitou-Kun.

[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora