•°。☘ : GiyuTan {2}

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Actualidad AU!
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Giyuu sacó la foto antes de que el dormido Tanjiro siquiera se diera cuenta de que lo estaban mirando.

Aquella nueva captura iría directo a su carpeta de fotos de su adorable novio, o mejor dicho a la tercera carpeta que tenía del menor —y todas tenían por lo menos cien fotos—.

Pero, ¿Cómo no tener álbumes completos de fotos del pelirrojo? Si él era una creación tan perfecta. Aquellos cabellos rojizos como las brasas eran tan suaves, que sentía sus dedos fundirse en las hebras carmesí cada vez que lo tocaba. Su piel algo tostada le encantaba, podría acariciarla todo el día y no se agotaría. Cuando tenía insomnio contaba todos los lunares que adornaban aquel cuerpo bendito.

Con amor besaba cada uno de ellos, siempre que hacía eso causaba la risa armoníosa de Tanjiro.

Otra cosa que amaba eran sus labios. Rosados como delicados pétalos de cerezo, no eran delgados, sin embargo tampoco eran carnosos. Eran de un tamaño perfecto, como todo lo del joven. Le gustaba ver hablar al pelirrojo, el como movía los labios le causaba una sensación corporal mágica. Cuando le explicaba esta sensación al menor, sus mejillas se volvían rojas y desvíaba la mirada.

Giyuu reía travieso. Tanjiro debía saber lo que causaba en él.

Cuando lo observaba dormido, lo que más le gustaba era ver como su pecho subía y bajaba. Pensaba en que el corazón del chico latía por el amor que se tenían. Podía sonar cursi, pero así era como se sentía Tomioka.

Como un tierno gato, Tanjiro bostezó levemente, para después refregarse los ojos y pestañear varias veces.

—Buenos días, Giyuu-San.—Saludó con una sonrisa, a pesar de estar recién despertando.

—Buenos días, mi amado prometido.—Respondió el azabache, lanzándose a besar los suaves labios del menor.

Así eran las mañanas de la pareja. Llenas de amor y mimos.

El inicio de su relación había sido complicado. La primera vez que se vieron se enamoraron de inmediato, sin embargo no fue en las mejores condiciones, debido a que Tanjiro era un alumno de primer año y Giyuu, su profesor.

Pasaron tres años ocultando su romance. Tres años en los que pasaron un montón de dificultades y en los que pudieron ser descubiertos en varias ocasiones. Pero por el poder de sus sinceros sentimientos lograron mantener la relación.

Y apenas Tanjiro inició la universidad, formalizaron la relación. En el presente, a cinco años desde que se conocieron, están a menos de dos meses de casarse.

Fue Tomioka quien hizo la petición. En una ocasión en la que el Kamado estaba en la universidad, el de ojos azules entró a interrumpir la clase. Frente a todos los alumnos, se arrodilló y le pidió matrimonio a su querido novio. Este aceptó en un gran shock.

Después se enteró que su profesora Makomo era pariente en segundo grado con Giyuu. Por eso lo habían dejado interrumpir la clase.

Faltaba tan poco para la boda. Los nervios se apoderaban de él cada vez que lo pensaba. No obstante, los besos de su prometido siempre lo calmaban.

—Deberíamos levantarnos, después de todo es jueves.—Dijo el ojiescarlata.—Tengo que preparar el desayuno, para que puedas ir a trabajar y yo a estudiar.

Tomioka ignoró las palabras del joven y se acurrucó aún más en él.

—No es necesario, hoy tengo ganas de desayunarte.—Habló y mordió el cuello de Tanjiro.

—¡G-giyuu-San!—Exclamó Kamado. Dando un pequeño salto y con las mejillas rojas.

El contrario rió.

—Está bien, me levantaré.—Suspiró, para después obligarse a salir de la cama.

Comenzaron su rutina usual.

Primero, el mayor iba a darse una ducha rápida, mientras que el pelirrojo preparaba el desayuno.

Hoy el menú eran tostadas francesas. Para Giyuu preparó un café amargo y para sí mismo se preparó un té verde. Tenían gustos muy distintos, pero eso sólo los hacía amarse más.

Cuando el azabache salía del baño, ya vestido y secado, ambos se sentaban en la pequeña cocina americana del departamento en el que vivían. A esa hora de la mañana el sol ya salía, llenando su hogar de luz.

Mientras desayunaban se tomaban de las manos y entrelazaban sus dedos, como un inocente juego. Tanjiro amaba ver como ambos llevaban un anillo en la mano derecha, próximamente sería en la mano izquierda.

—Mis padres vendrán desde el pueblo para la boda.—Comentó Tanjiro.—Traerán a todos.

—¿En serio? Genial.—Sonrió Giyuu.—De mi familia vendrá mi hermana con su esposo y Sabito.

—¿No te pone nervioso el pensar que en poco tiempo seremos esposos? En lo personal, estoy muy agitado.

—En realidad estoy más ansioso.—Confesó Giyuu.—No puedo esperar para que seas Tomioka Tanjiro, mi amado esposo. Sólo, sólo mío. 

Ante aquellas cursis palabras, las mejillas del susodicho enrojecieron a no más poder. Desvió la mirada avergonzado.

—Tanjiro.—Lo llamó Giyuu con una voz calmada. Este giró su cabeza lentamente, para conectar sus orbes de lava con los ojos iguales a la marea del contrario.—Te amo.

Aquellas dos palabras quedaron suspendidas en el aire. La luz del sol alumbraba más que nunca la cocina. Se oían los ruidos de las siempre vivas calles de Tokio, sin embargo era como si en aquel lugar sólo existieran ellos dos.

—Yo también te amo.—Respondió el rojizo.—¡Te amo de aquí a la luna!

—¿Ja, en serio? ¡Pues yo te amo de acá al sol!—Continuó el juego.

—¡Entonces yo te amo de acá a Neptuno!

Ambos estallaron en risas, para después abrazarse y besarse.

Faltaba media hora para las ocho, así que cada uno tomó sus bolsos. Salieron del departamento, tomados de las manos bajaron por las escaleras y dejaron el edificio.

—Te veo en la tarde. Hoy cocinaré soba frío.—Avisó Tanjiro.

—Está bien. Cuídate.—Dijo Giyuu.

Unieron sus labios en un contacto de despedida y caminaron a sus respectivos lugares de trabajo y estudio.

Realmente amaban sus mañanas juntos.

-ギユタン-

¡Hola!
¿Cómo les va?

Aquí les traigo un GiyuTan bien soft, el cual fue pedido por Urami_wa10 y naomymichell. ¡Espero les haya gustado!

Hoy en Chile son las fiestas patrias, así que publico esto y me voy a celebrar, wOOOW.

Sin más que decir.

Adiós.

18/09/19

[☆彡 ] Kimetsu no Yaiba |One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora