No Te Vayas

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Bancroft le llevó un café. Habían ido a la casa de James. La señora Morton los había recibido con alguna sorpresa, pero después los dejó solos. Carolina no pudo ocultarle a Bancroft lo que había pasado, cómo se había sentido atraída por William, cómo se había sentido imposible resistirse a él.

— William siempre ha sido así. Lo conozco desde el ejército — susurró Bancroft —. No te puedes culpar a ti misma por eso. Siempre supimos que ibas a estar en una posición difícil, Carolina.

— Si James se entera...

— Tienes que decirle a James.

— Pero...

— Le dolerá más si se lo ocultas. Él sabía a qué te enviaba, él tiene que enfrentar las consecuencias de sus decisiones.

Bancroft se paseó por el estudio, buscando algo. Bancroft sacó un álbum de un librero.

— Conocí a William cuando tenía dieciocho años, como tú, y también me dejó deslumbrado. Si no hubiera sido porque a mí me asignaron otro batallón, habría terminado metido en los negocios sucios que él tiene.

Le mostró una foto a Carolina. En ella había un joven guapo, era William de adolescente, y a su lado había una bella muchachita de cabello rubio y ojos azules.

— William se fue al ejército y lo conocí, nos hicimos amigos inmediatamente. Un mes después me dijo que su novia estaba embarazada.

Carolina se levantó de la silla y caminó por toda la habitación, queriendo echarse plutonio por la piel, porque era lo único que iba a conseguir limpiarla. No entendía por qué Bancroft le estaba diciendo eso.

— William es el papá de James.

Carolina se jaló el cabello, creía que solo lo hacían las personas en las películas y los libros, pero eso era porque antes no había sentido tanta desesperación como en ese momento. Si era posible, se sentía más sucia que cuando salió del edificio de la fiesta. Pero al menos se había detenido, se había contenido, había parado esa porquería.

— ¿James lo sabe? — preguntó, llorando de angustia.

— No. Y William... Cuando Margaret se enteró de los negocios de William, quiso alejar a su hijo de ese mundo y le dijo que el hijo era de alguien más. William en venganza hizo que ese hombre se metiera en negocios peligrosos de droga. Y James es tan parecido a Margaret que William no podía sospechar nada.

— Dios mío. Doy asco. Soy una perra. En toda la extensión de la palabra.

— Eso no es cierto, pero tienes que decirle a James. No quieres que un día se entere de todas esas verdades juntas.

Carolina se arrodilló en el suelo y se permitió sollozar. Se había metido en la historia para pasar un buen tiempo, para ayudar a James, para hacer cosas increíbles, para ver el mundo y ser parte de algo espectacular al menos por un tiempo. Pero había conseguido solo asco de ella misma. Quiso, como nunca antes en los días que había estado allí, volver a su casa y abrazar a su mamá. No quería nada más.

La puerta del estudio se abrió y James apareció.

— La señora Morton llamó...

Vio a Carolina llorando, arrodillada en el suelo y se arrodilló a su lado. Miró a Bancroft para saber qué pasaba, pero él no le dio ninguna respuesta. Carolina trató de controlarse. James no sabía qué hacer para que alguien dejara de llorar. Las peores situaciones se le vinieron a la mente. Tuvo miedo de que William la hubiera violado. Y tuvo miedo de ser el culpable de eso. Ella le había dicho que no quería verlo más.

— ¿William te hizo daño?

Carolina negó con la cabeza. Requería tanta valentía decir la verdad. Y no solo quería decirle lo de ella y William, quería decirle todo, quería decirle que él era su padre y que en realidad nada importaba porque él no existía en el mundo real, él era un personaje de un libro escrito en una aplicación. Entre su llanto moderado le contó a James lo que había pasado con William.

James se levantó del suelo y Carolina se limpió las mejillas. Se sentía cansada. James no sabía qué pensar. En parte, al principio, cuando la iba a mandar a William supo que eso podía pasar; pero después, cuando hicieron el amor, él pensó que no pasaría, pero fue su error. Había subestimado el poder carismático de William y había sobreestimado el poco cariño que Carolina tenía por él, después de todo se conocían de hacía poco. Él la había amenazado y la había tratado horrible. Vio a Carolina y se sintió culpable. Su imagen empezó a parpadear, como una bombilla dañada. Se arrodilló a su lado de nuevo.

— No te vayas — pidió.

Carolina sintió que la voz de James y la de William era dolorosamente parecidas, era como si los dos le estuvieran rogando que se quedara. Miró a James. La habitación a su alrededor parpadeaba. Estaba desapareciendo.

— Por favor, no te vayas — rogó.

— Lo lamento — susurró ella, viendo el rostro atormentado de James y William al mismo tiempo.

— No tienes nada que lamentar. Nada — aseguró él, sonriendo —. No te vayas.

Ella bajó la cabeza y se inclinó hacia él. Él la abrazó y ella dejó de parpadear. Se había quedado, "por mí", pensó él. James notó que su cuerpo perdía balance y vio que ella se había desmayado. Le pidió ayuda a Bancroft para llevarla a su habitación, él todavía no podía hacer fuerza.

— Está muy cansada. Hoy pasó por bastante — dijo Bancroft, dejándola en la cama.

La señora Morton les ordenó a los hombres dejar la habitación y cambio a la pobre muchacha, poniéndola cómoda a una camisa de pijama de James. Salió de la habitación y le advirtió al joven amo que tuviera cuidado con ella. James asintió y se despidió de Bancroft, iría a cuidar el sueño de su pequeña espía mágica.

James se acostó a su lado y la acobijó. La miró. Ahora estaba tranquila, pero sus mejillas aún estaban rojas. La había mandado a la boca del lobo sin consideración. Mientras estaban afuera, Bancroft le dijo que ella había sentido que lo había traicionado a él. Al contrario, él era el que había traicionado su buena fe. Cuando ella se ofreció después de la visita de Addison, no le importó, no le importaba si William la tocaba y tenían sexo. Después de besarla, después de hacer el amor con ella, no quería que la tocara, pero su deseo de venganza fue más fuerte. Aún si ella se hubiera acostado con él sin remordimientos, no la hubiera culpado; sin embargo, se sentía feliz de que no hubiera pasado.

Donde Viven Las Historias [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora