Needy | Corbyn Besson

025

Toco la puerta.
—Estupido, ábreme— exclamó desde afuera de la gran casa.
Corbyn abre la puerta —¡Amorosa!— dice irónico y me deja pasar.
—¿Como estas?— lo miro cerrar la puerta.
—Muy bien— me abraza por los hombros. —¿Y tu?— me lleva hacia su habitación.
—Bien— sonrió y entró a la habitación de el rubio.
—Me alegro— se acuesta en su cama y yo me quedo analizando la habitación de Corbyn. Ya había venido antes pero es increíble esta habitación y a mi me encanta analizarla cada vez que vengo. —Ven aquí— señala un lugar al lado suyo en la cama. Me acuesto a su lado mirando el techo.
—Como se nota que te gusta el espacio— digo al ver las estrellas dibujadas en el techo de la habitación.
—Demasiado— sonríe y yo imito su acción.
—A mi también. Unos de mis mayores sueños es viajar a algún planeta o al menos al
espacio—
—¿Enserio? Podemos hacerlo juntos si quieres— dice y lo miro.
—¿Y tener que aguantarte allí? No, gracias— río. — Broma, broma.— aclaro —Me encantaría
hacerlo— digo y lo abrazo apoyando mi cabeza en su pecho.
—Me encanta esto— dice apoyando su mano en mi cintura.
—¿Que cosa?— lo miro.
—Que seas tan tierna— dice y yo río.
—No me digas eso nunca más—
—Perdón, miss ternura— me molesta y yo le saco el dedo de el medio.
—Corbyn— se escucha un grito desde el piso de abajo.
—¿No estabas solo?— lo miro preocupada.
—Si— se asoma por la ventana y me mira preocupado. —Es Spencer. Escóndete— Entro en desesperacion y miro toda la habitación buscando donde esconderme. —Abajo de la cama, rápido— dice y yo me apuro y me escondo debajo de su cama.
Al segundo siento como Corbyn se tira en su cama y se abre la puerta.
—¡Hola mi amor!— su voz chillona retumba por toda la habitación.
—¿Spencer?¿Que haces aquí?— siento enojo en su voz.

Corbyn's view

—Vine a visitarte. Estas muy distante últimamente y te extraño— hace puchero y se sienta a mi lado en la cama.
—Odio que entres así a mi casa, amor— digo cansado de ella. —Por favor, avísame cuando vienes—
—Ok... lo intentaré— dice y suelto una risita.
—¿No me vas a dar un beso?—
—Ven aquí— digo y la beso.

El beso cada vez se iba intensificando y mis hormonas se empezaban a despertar. Spencer se sentó en mis piernas y me dió besos en el cuello dejando marcas por la zona. Me limite a acariciar sus muslos y dejar que ella tome el control.
Siento como tiran de la sabana y me acuerdo de que Amber estaba dejado de la cama.

—Amor— susurro en su oído. —¿Quieres ir a buscar unos condones al baño por mi?— muerdo el lóbulo de su oreja y a Spencer se le escapa un jadeo.
—No me extrañes, lindo— muerde mi labio inferior y se levanta de la cama. Sale de mi habitación y me levanto yo de mi cama.
—Sal ya— susurro y Amber sale de su escondite. —Tienes que irte, no la puedo
echar. Sal por la ventana— susurro.
—¿Que? ¿Estas loco?— Amber baja su mirada hacia mi miembro el cual estaba un poco despierto. Sube su mirada rápidamente.
—Es eso o escucharme tener sexo— digo y abro la ventana.
—Amor, no los encuentro— se escucha la voz de Spencer desde el baño.
—Deben estar en algún cajón, bebe— le respondo y miro a Amber —Vete— susurro y Amber se sienta en la ventana preparándose para bajar.
—Disfruta tu sexo, idiota— dice y notó sus celos. Baja y cierro la ventana. Me tiro en la cama y vuelvo a mi posición anterior.
—Acá están— dice Spencer llegando con dos condones en la boca vestida con su mini lencería.