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Corbyn's view

Hace días que no comparto palabras con Amber, con suerte me contesta los mensajes y ya la estoy empezando a extrañar.

Hoy a la mañana, hice todo rápido ya que quería llegar temprano para verla y que nadie nos viera pero el tráfico de mierda me lo evitó.

En la segunda hora la vi escaparse de su clase y la seguí hasta la biblioteca, me le quede mirando atrás de ella un rato, es hermosa.

—Al fin te encuentro— digo atras de ella y me ignora.
—¿Amber?— me siento al frente de ella. —¿Todo está bien?—
—Tu sabrás, Corbyn— dice enojada.
—Ok... ¿que rayos está pasando?—
—No puedo hablar, tengo que ir a clase— empieza a juntar sus cosas y la freno.
—Hace media hora empezaron las clases, no te van a dejar entrar al salón—
—Entonces, me voy a otro lugar donde no estes— sonríe irónica y termina de juntar sus cosas.
—¿En serio? ¿Vas a simplemente escaparte e ignorarme?— digo cuando se esta yendo. Amber frena y me vuelve a mirar.
—La cagaste, Corbyn. Demasiado— vuelve a caminar para la salida dejándome solo.

Un vacío se creó en mi. Debo admitir que una parte de mi no se sorprende, vivo cagando las relaciones. Pero con ella es todo más distinto, hice todo para no cagarla pero la cague igual, no entiendo y no me voy a quedar de brazos cruzados.

(...)

Amber's view

Cerré mi casillero y ahí estaba, como la primera vez, parado mirándome.
—Tenemos que hacer el trabajo, ¿mañana después de el colegio en tu casa?— pregunta rápido para que no me vaya.
—No, en la tuya. Adiós— digo y empiezo a caminar hacia el salón de baile.
—Y la Amber ruda volvió...— escuchó que me dice pero lo ignoro.

Estaba por llegar al salón hasta que el sonido de una voz me distrajo, mire a hacia la puerta de música y pude reconocer a Daniel Seavey cantando, desde cuando tenía tanto talento ese teñido?
Como estupida seguí caminando sin mirar al frente haciendo que me choque con alguien. Mis cosas cayeron al suelo y las levanté con ayuda de la otra persona.

—Y nos volvemos a ver...— dice y lo miro. Era el chico de la cancha
Si — termino de juntar mis cosas y nos levantamos del suelo.
—Al parecer el destino nos quiere juntos— dice burlón y yo río.
—Y me parece que el destino tambien quiere que me pases tu número— digo coqueta y el ruloso sonríe. Saca su celular y me quedo observando sus facciones, nada mal. Me da su celular y agendo mi numero, se lo devuelvo y sonreímos. —Llegó tarde, espero volver a encontrarte, rulitos— digo amistosa.
—Lo mismo digo, enana— me río y vuelvo a caminar hacia el salón de baile.
Este chico es muy lindo.

Needy | Corbyn Besson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora