Cuenta regresiva

(1970) Amigos

Lucius pretendió ignorarla por alrededor de veinte minutos, tiempo que aprovechó para comer de su plato y probar el por qué los banquetes de Hogwarts eran tan alabados. No le parecían gran cosa. La comida de la Mansión podía ser mil veces mejor.

Tenía once años. Acababa de ser enviado a Slytherin.

Ella también. Pero no era la razón por la que fingía no percatarse de su presencia, ni de su mirada insistente.

Era el olor.

Ella era una niña de su edad, morena, de cabello que sólo podía definir como esponjoso y sin clase. Desprendía un olor demasiado dulzón, que le picaba en la nariz. Era algún tipo de magia extraña, sin duda.

—Malfoy —Cuando se cansó de ser ignorada, lo llamó con suavidad. Lucius no contestó, aunque ralentizó sus movimientos al llevarse el tenedor a la boca—, seamos amigos. Necesito un amigo.

Cuando la observó de reojo, la niña le enseñó una sonrisa amplia. Los colmillos le sobresalían un poco.

Sólo respondió por educación.

—No —Y volvió a su cena. Ella se rio, sin embargo.

—¡Perfecto! Nos vemos mañana en la Sala Común para ir a la primera clase- préstame tu libro, por cierto, todavía no me compran el mío- ¡ah! Me llamo Ariadna —Ladeó la cabeza, metiéndose en su campo de visión por la fuerza. Lucius le frunció el ceño, esperando una disculpa o una explicación de su comportamiento. No obtuvo ninguna—. Ariadna Zabini. Ahora soy tu mejor amiga.

Él meneó la cabeza, incrédulo.

—No —Repitió.

—Yo creo que sí —Se enderezó y fijó su mirada en otro punto, sin dejar de sonreír—. ¡Cissy, hice un amigo! —Anunció a otra niña, agitando los brazos de forma exagerada. Cissy se mostró avergonzada por la atención que recaía sobre ellas, pero esbozó una pequeña sonrisa, desde la distancia segura de varios asientos y estudiantes. Lucius deseaba haber tenido esa suerte.