Horrocruxes y libros

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La primera nota no tardó mucho en llegar, confirmando sus sospechas.

"Sé que fueron ustedes dos los que tiraron los libros en la tienda"

Estaba en medio del almuerzo, en la primera semana de clases. El pergamino apareció sobre su regazo, de nuevo. Harry se llevó el tenedor a la boca para masticar, tan naturalmente como le era posible, y dio un vistazo alrededor. Malfoy se encontraba, como era de esperarse, sumido en una plática de potencial estupidez con la Comadreja.

—Dame una pluma —Ordenó a Crabbe, que era el que estaba sentado a su lado.

Por supuesto que Crabbe apenas conocía lo que era una pluma, así que repitió la frase a Goyle, más allá, y este buscó su maletín en vano —era más que probable que se le hubiese olvidado en el aula de la última clase—, antes de decidirse por atinarle un manotazo en la parte de atrás de la cabeza a un niño de Ravenclaw que iba pasando y exigir que le diese su pluma. El dichoso objeto pasó de sus manos a las de su compañero, y de él, a Harry, que murmuró un agradecimiento, y se inclinó para usar su pierna de apoyo y escribir sin que se notase tanto, por debajo de la mesa.

"Y yo sé que tú no eres Malfoy, ¿qué te parece eso?" garabateó por detrás del mismo trozo de pergamino que le llegó a él. Procedió a doblarlo al revés, dejando su respuesta dentro del pliegue y la anterior por fuera, y lo dejó en la banca, junto a él. No demoró más que unos segundos en desaparecer.

La respuesta no fue inmediata y Harry celebró su acertada teoría, a la que le dio vueltas por primera vez meses atrás. Devolvió la pluma a Crabbe, que se la entregó a Goyle, y él, al no saber qué hacer con esta, se la metió en uno de los bolsillos de la túnica. Una pluma nueva nunca podía estar de más.

—¿Hiciste la tarea de Transformaciones? —Pansy irrumpió de pronto en su campo de visión, metiéndose justo en el medio entre él y la mesa de los Gryffindor. De reojo, notó que el niño-que-vivió dejaba el comedor atrás, junto a su séquito donde ahora también estaba incluido Cortocircuito Longbottom, al parecer. Resopló.

—Nott —Se inclinó hacia adelante, para hablar por encima de la mesa a su compañero de cuarto, que estaba unos asientos apartado de él. Tendría que corregir eso para la siguiente comida; debía encargarse de la división de puestos para momentos como ese—, ¿hiciste la tarea de Transformaciones?

—Todavía no —Le replicó el niño, tan metido en uno de sus libros, que le resultaba admirable que no derramase el jugo de calabaza que sujetaba a ciegas ni sus bocados.

Harry se reacomodó en el asiento y le enseñó una sonrisa que era toda inocencia a su amiga.

—Todavía no —Repitió. Pansy sacudió la cabeza y ocupó el puesto frente a él, empezando a hablarle sobre cómo debería comenzarla porque era en verdad complicada para ese nivel, y de esta, dependería su habilidad cuando fuesen a transfigurar ratones en copas.

Él siguió comiendo y asintió a lo que decía, para que se sintiese escuchada. Tenía que averiguar cuándo eran las pruebas para el equipo de Quidditch de Slytherin, día en que presumiría su escoba última generación y todavía sin estrenar —porque James le compró una con que jugó en las vacaciones, pero Sirius consideró que necesitaba otra sólo para los partidos de Hogwarts y se la regaló el día antes de partir—, y cómo lograr que los Sly de cuarto le hiciesen caso. Los que estaban en tercero ese año, ya lo saludaban en la Sala Común y lo escuchaban cuando pedía algo, mas no era suficiente.

Cuando tuviese las influencias necesarias, tenía muy en claro qué sería lo primero que haría.

Eliminar la horrenda palabra "sangresucia" del vocabulario de esos rígidos sangrepura que llamaba amigos.

Cuenta regresivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora