Prólogo

2.2K 165 273
                                    

Sus ojos se abrieron repentínamente en la mañana, nada más salir el Sol y dos personas entraron en su habitación sin ni siquiera molestarse en anunciarse antes; aunque ya las conociera. Ambas se colocaron a los pies de su cama, permitiendo que otra persona abriera las grandes cortinas y los rayos del sol se colaran por sus ojos, los cuales cerró inmediatamente.

-Buenos días, alteza.

Sus ojos volvieron a abrirse y su cuerpo se estiró en la gran cama, soltando u suspiro.

La rubia colocó sus pies fuera de la cama y esperó a que las dos mujeres se acercaran a ella. Propiamente se quitó el camisón y con su piel al aire esperó a que le colocaran aquel vestido color marfíl, el cuál no tardó en colarse entre su piel.
El vestido se ajustaba a su cuerpo perfectamente, siendo de una tela fina y elegante, hecha por los mejores costureros de Austria.

-Su madre ha solicitado su presencia en el salón menor, alteza.

Lisa asintió algo aburrida y observó a su pequeño perro en la puerta, esperando por ella y sonrió.

-¡Leo! -gritó divertida la chica.

Lisa era la hija menor de cuatro hermanos, los cuales eran sumamente correctos al contrario que ella, que a sus quince años de edad aún no había conocido sus deberes más que a la ligera. No sabía lo que era mantener una buena y educada compostura todo el día, ni que no se debía gritar bajo ninguna circusntancia, que algún día sería una esposa y que tendría que concevir hijos hasta poder dar un heredero, el que normalmente debería concevir a la primera.

No había conocido la oscuridad.

Sus pies se movieron detrás del pequeño y blanco perro, llegando hasta el salón en el que su madre la había citado.
Las grandes paredes de mármol saltaron sobre ella, al igual que el detallado techo y las esculturas en la gran sala. Sus ventanas eran por lo menos de doce metros de alto.

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora