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Sus delicadas manos se posaron sobre la cubertería de plata, indecisa sobre lo que debía hacer.
Quería comer, pero no quería parecer ansiosa, su marido aún no había llegado a la mesa todavía y no sabía si lo considerarían descortés o una falta de respeto.
Pero cuando el chico llegó y se sentó a su lado sus ganas de comer desaparecieron para convertirse en malestar.

Sus dedos tocaron la fina cubertería cuando la interrumpió.

—Buenos días — el chico se sentó lentamente en la silla, dando una señal hacia atrás y dejó que le sirvieran agua.
Lisa la tomó igualmente.

—Buenos días— contestó de vuelta, tragandose el agua y un carraspeo la hinundó cuando fue a posar la copa en la mesa, dejando descolocada a su dama mayor, la cuál se encontraba detrás de ella.

"Es un gran privilegio la entrega de objetos a la delfina de Francia."

Dejó la copa en la bandeja de la chica y sonrió, haciendo que se retirara.

—¿Has podido dormir bien hoy? Te ves pálida...

—Sí, he dormido bien, me sorprendió no encontraros a mi lado al despertar.

—Salí a cazar, aproveché la mañana...

La chica asintió. Sus susurros se convirtieron en silencio durante el tiempo en que decidieron comer y la gran puerta de atrás fue abierta por una de sus damas, llamando la atención de Jungkook, el cuál se dió la vuelta.

La chica, pálida y con un vestido azul turquesa se inclinó ante ambos y respiró hondo, alzando su cabeza.

—Se ruega a sus majestades que acudan al alumbramiento de la Princesa de Provenza.

Los pies de Jungkook funcionaron rápido y se levantó de inmediato, tratando de mantener la compostura. Su hermana estaba dando a luz y él no estaba con ella. Sin embargo, Lisa no había visto a la princesa nunca aún, pues no se le habia permitido, ya que su estado había sido grave por unos meses.
Cuando ambos entraron un perfecto pasillo se formó en medio para dejarles pasar y se acercaron a la gran cama, unas sábanas de seda y blancas como la leche las decoraban, igual que los preciosos bordados dorados en sus costados.

La chica yacía ahí, en la cama y con una pequeña manta entre las manos, sonriente y con su marido a su lado.
Jackson Wang había sido parte de la familia desde antes que Kim Jisoo fuera integrada en la corte, pero sus dificultades con la genética que ellos desconocían les habían impedido tener hijos.
La hemofília había estado presente en el anterior embarazo de su hermana, el cuál ni siquiera llegó a avanzar, ya que siendo una niña con hemofilia moriría antes de dar a luz, sin embargo los niños pueden llegar a soportarla, teniendo extremo cuidado y sin forzar su cuerpo.
Pero según el médico de la corte el niño carecía de la enfermedad y parecía estar bastante sano.

Lisa se acercó sonriente bajo la atenta mirada de toda la corte, unas treinta personas, las cuales se habían reunido para comprobar el nacimiento del niño.

—Dios mio, Nayeon, es precioso...

—Es un niño, Lisa, un niño...— susurró agotada, echandose hacia atrás y un beso llegó a su frente por parte de su marido, el cuál restaba de rodillas frente a ella, observando al pequeño ser entre las manos de su mujer.

—Enhorabuena— felicitó Jungkook a Jackson, estrechando su mano y sonriendo.

—Es un niño sano.

Ambos asintieron con una sonrisa en sus bocas. Un niño. Un bebe. Sano.
Lisa extendió su mano hacia el bebé, el cuál con sus pequeñas manos agarró uno de los dedos de la chica, llevandoselo a la boca.
Jungkook metió sus manos en los bolsillo, observandola. Sabía lo que tenía que hacer, pero una cosa era la teoría y otra la práctica. Nunca se había acostado con nadie, y tampoco había cortejado con ninguna de las chicas de la corte. Todo era nuevo para él y creía que también para ella. Ambos eran demasiado iguales lara todo.

Y ojalá que saliera bien.

[...]

—¡Alteza!

Lisa giró su cabeza asustada, observando a una  de sus damas cruzando la puerta y tras hacer una apresurada reverencia caminó hasta ella con una sonrisa para sentarse a su lado.

—¿Estais segura de que no querreis asistir al baile de máscaras de Paris?

Lisa llevó uno de los ligeros tentempiés a su boca y la observó, cambiando su cara a una de decepción.

—No podremos asistir sin una presentación oficial...— se lamentó Lisa, volviendo a repetir las palabras de su marido en su cabeza.

La chica se estiró hacia delante y sonrió, alzando una de sus cejas.

—Pero si es un baile de máscaras, nadie tiene por qué enterarse...

Lisa alzó sus cejas y clavó su mirada en ella, sonriente. ¿Hablaba de presentarse sin la presentación oficial? Eso era inapropiado y totalmente fuera de lugar, pero sería lo más divertido que haría nunca. Un baile de máscaras...

—Convenceré a mi marido.

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora