+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️

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—Eunb, haz el favor de sentarte recta— Lisa corrigió la postura de su hija nada más llegar a la mesa. Con solo 3 años de edad, Eunb ya era obligada a seguir todo tipo de reglas inculcadas por la misma Lalisa.
Si bien Jungkook era un padre más liberal con su hija, intentando que no se pareciera a sus tías de mayor, Lisa era todo lo contrario, puesto que no quería cometer el mismo error que su madre cometió con ella. Jungkook esto no lo sabía.

—Lisa, cariño, tengo un regalo para ti. — anunció Jungkook, levantandose de la mesa.
Lalisa giró suavemente su cabeza hasta él, ignorando los tirones que su hija le daba en los volantes del vestido.

—¿Para mi? — desubicada se levantó de la silla, cogiendo a Eunb en brazos y cogió la mano del chico para seguirle.

¿Una sorpresa? En sus once años de matrimonio nunca se habían regalado nada. Pero empezó a asustarse cuando salieron de palacio, dirigiendose a los jardines menores pasando los arcos.

—¿A donde vamos?

—Ya lo vereis, es una sorpresa, cerrad los ojos. — susurró Jungkook poniendose detrás de ella. Con delicadeza tocó la nariz de su hija y caminó delante de ella, cogiendo las grandes tijeras que el mayordomo portaba y las estiró.

—Abre los ojos.

Los ojos de Lalisa se hinundaron por completo en cuanto los abrió, divisando un bonito y gran palacio. Bueno, lo que ellos llamarían palacio para Lalisa era más bien una residencia pequeña para que, ella, pasara sus días excluida de la corte.

—Esto es...

—Encantador, lo sé— sin dudarlo un segundo, Jungkook cortó la cinta que tenía ante él para luego darse la vuelta. —Lo he mandado construir para ti, sin corte, sin reglas, como tú quieras— explicó, acercandose a ella. —Necesitas relajarte. — explicó, dejando que las tijeras le fuesen arrebatadas.

—Aba— ambos giraron sus rostros para ponerlos en la pequeña criatura, la cuál parecía haber dicho su primera palabra.
Jungkook y Lisa sonrieron a la vez, esta última acunandola en sus brazos. —Aba— una de sus pequeñas manos voló contra el rostro de Lalisa y esta sonrió de  nuevo, quitandoselo inmediatamente.

—No se pega a mama, Eunb. —susurró Lisa, dejando a la niña en el suelo.

—¿Te gusta? — preguntó Jungkook.

—Me encanta, muchisimas gracias.

Jungkook depositó un cálido beso en sus labios, sonriendo segundos después.

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—¡Vamos! Os presento mi pequeño pueblo — Lalisa cogió de la mano a una de las chicas y comenzó a dar saltos hasta llegar a una de las primeras casas. Allí se encontranan entre ellas las gallinas, flores aromáticas y las fresas, siendo algo totalmente diferente a lo que tenian en palacio a Lalisa le fascinaba, y le relajaba.

—¡Me encanta el campo! Deberiamos hacer esto más a menudo—comentó otra, cogiendo la taza de leche.

—Que porcelana más bonita...

—Lo sé, es importada de Italia, es maravilloso...—susurró Lisa, volviendose.

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—Verá, padre, creo que la reina aún  tiene ese caracter artístico que yo realmente consideraría-

—Disculpe, ¿puedo hablar con usted? — una de las condesas en la estancia interrumpió la conversación entre Baekhyun y el cura de la iglesia privada de los reyes, disculpandose por su falta de tacto.

—Claro— su mirada fue hacia el padre, disculpandose ahora con él  haciendo que se retirara.

—Vereis, me temo que nos resulta un poco chocante no haber recibido ninguna invitación de la reina— comenzó a explicar la condesa— Teniendo en cuenta nuestro rango social— explicó.

Baekhyun sopló para adentro, ya había tenido esta conversación con algún otro mienbro de la corte y no le había sido nada agradable, pues le había tenido que dar la razón.

—Vereis, creo que la reina ahora mismo no está preparada para hacer un...evento social — susurró el chico.

—Pero eso es absurdo

—Si me disculpa, madame...

Baekhyun se inclinó levemente, despidiendose y se dió la vuelta para comenzar a caminar. Por su parte  esa discusión ya se había acabado.

—Pero, no lo entiendo, ¿cómo pretenden que vivamos en un lugar en el que ni siquiera estamos seguros de nuestra posición? —reclamó la chica en voz alta, siendo acompañada hasta la salida de la sala por otro guardia de palacio.

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—Y la duquesa de Khang estaba muy enfadada, majestad.
Baekhyung enderezó su espalda tras informar a Lalisa, la cuál seguía en su pequeño palacio, alejada de todo y todos, solamente recibía visitas de los necesarios.

—Bueno, si vengo aqui es para escapar del protocolo. — se excusó Lisa.

Baekhyun cerró sus ojos.

—Pero no ha sido la única, majestad, este  último mes me han preguntado cinco miembros de la corte y—

—Está bien...pues les invitaremos a mi primera actuación en la ópera, harán falta espectadores— Lalisa sonrió, cruzandose de brazos y Baekhyun aunque no se esperaba esa respuesta tan rápida solamente decidió aceptarlo.
Debía hablar con su madre lo antes posible o los cargos comenzarian a flojear.