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—Majestad.

Jungkook dió la vuelta sobre sus pies, observando al chico que estaba tras él, viendolo curioso y tras anunciarse a si mismo se acercó a él para hablar en privado.

—Entonces...¿sois el hermano de Lalisa?

—Efectivamente majestad. Verá, he estado al corriente de todo y he venido para poder hablar con  vos, de una manera más...informal, algo más adecuadoa lo que necesitamos, solo si me  lo permitis...

Jungkook movió su brazo, observando después a Kunpimook y haciendole un gesto para que se acercara y tratar los temas que el chico quisiera.

—Poseeis unos jardines hermosos, si me permitis el elogio. He oido que os gustan las llaves, ¿no es así? — preguntó como tema de enlace.

Jungkook desvió su mirada hacia él alzando sus cejas y colocó sus manos en la espalda, 

—Asi es.

—Verá alteza, las llaves y las cerraduras son algo similares. Si creais una cerradura sin una llave no tiene sentido, ¿verdad? Pues una alianza es lo mismo, si la creas pero luego no empleas una llave para poder abrirla no podreis seguir adelante, ¿comprendeis?

—¿Entonces debería reparar la cerradura? Sería eso, ¿no? Sería como mejorar la cerradura para que luego la llave encajara mejor y así poder salir adelante...—comentó el azabache, parandose ahora y dirigiendose a él.

Ahora las cosas estaban más claras.

—Exactamente, majestad. Debeis mejorar la cerradura y salir adelante.

Ahora que se lo habían explicado las cosas se veían de manera diferente, llegando a entendet por qué una alianza podía llegar a ser tan poderosa, pero nunca se lo habían explicado de forma en que pudiera entenderlo. ¿Sería por eso que su cerradura estaba mal y debía repararla?

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Lisa abrió sus ojos y se dió cuenta de que no estaba en su habitación.
Todo era tan natural que pronto se dió cuenta de que se había quedado dormida en el balcón.
Era una ya tarde preciosa, con la puesta de Sol entre la tierra y el cielo, haciendo que un precioso anaranjado coloreada la tarde.
Volvió dentro de su halcoba antes de darse cuenta, contemplando la soledad que podía llegar a sentir aun rodeada de tanta gente.
Siempre oía a la gente, la escuchaba a todas horas tanto a sus espaldas como delante de ella, sin siquiera inmutarse, algo que le parecía totalmente inapropiado para cualquier clase de persona con algo de cabeza y dignidad.
Tras largas horas en la misma habitación logró salir, caminando por los pasillos hasta llegar a una de las salas de estar.
Allí se encontraban varias jovenes de la corte, entre ellas Hyoyeon, la cuál era de sus más preciadas compañías ahi dentro.
Tras varias horas de charlar y comida ambas volvieron hasta sus aposentos, despidiendose por hoy y cada una yendo por su lado. Y aunque Hyoyeon le ofreció su ayuda para prepararse Lisa se lo negó educadamente. Cuando la rubia llegó a la habitación se llevó una sorpresa al ver que Jungkook ya se encontraba ahí dentro y ambos se saludaron, casi sin quitarse la vista de encima Lisa giró sobre sus pies para pasar a la siguiente estancia y cambiar su ropaje a uno adecuado para dormir. Jungkook se tumbó en la cama, observando a Lisa a través de las nítidas cortinas y apartóa vista segundos después, juntando sus manos.

—¿Llevas mucho tiempo aqui? — Lisa elevó su tono para que Jungkook pudiera alcanzar a oirla.

—Oh, no, sin embargo tú sí que tardaste más de lo usual...

—Tuve una agradable charla co  Hyoyeon— se excusó Lisa sonriente, entrandó en la habitación y se acercó pata meterse en la cama. — creo que es la única que me trata como una persona normal, ¿sabes? — su cabeza se giró pata poder verle ahora y sacó las manos de las mantas para colocar la almohada.

—Yo también te trato como a una persona normal— comentó Jungkook, girando su cuerpo hacia ella y sonrió.

—Pero es diferente

—Tienes razón— admitió el azabache, dandole la razón y llevó su mano hasta el rubio pelo de la chica, quitando una de las orquillas restantes en su pelo.—Yo te quiero.

Lisa sonrió, cogiendo la orquilla de su mano y la envolvió en su mano, levantando la vista. ¿Era verdad? Claro que lo era, ¿por qué había de desconfiar de él? Después de todo, llevaban siete años juntos y aunque los primeros tres años hubieran sido bastante dificiles ambos habían sabido ir cogiendo las riendas de su relación.

—Hoy mi hermano ha venido de visita — comentó Lisa, rompiendo el silencio.

—Lo sé, hemos estado hablando. —añadió él.

Aunque Lisa se lo imaginaba no creía que hubiera pasado, pero tratandose de su hermano todo era posible,

—¿Y de qué habeis hablado? ¿Temas de estado, quizás? — se burló.

—No precisamente. —mostró Jungkook, siguiendola. —más bien de llaves y cerraduras— admitió el azabache. Su cuerpo se inclinó hacia adelante y Lisa hizo lo mismo, proporcionando un más cálido espacio entre los dos, el cuál Lisa aprovechó para juntar sus labios con los suyos, un acto que pilló desprevenido al contrario, el cuál impulsó su cuerpo junto al suyo, haciendo que Lisa volviera a su posición inicial, quedando boca arriba.
Ambos sentían la frustración de no saber que les depararía ningún futuro, pero sin embargo Lisa ya no sentía el miedo aterrador que la primera vez sintió al echarse en esa misma cama con él a su lado, sino que ahora sentía la necesidad de estar su lado. Sus manos se encontraron poco después y Jungkook bajó sus besos hacia su cuello casi sin darse cuenta, haciendo que Lisa notara las ligeras cosquillas en su cuello. La rubia soltó una ligera risa, soltando sus manos y llevó sus manos hasta su pelo, revolviendolo ligeramente y Jungkook volvió a sus labios para besarla una vez más llevando sus manos hasta sus mejillas.

—¿De verdad quieres hacerlo? — murmuró el azabache separandose ligeramente de Lisa, la cuál ya reposaba sus manos en su espalda.

—Tarde o temprano debía suceder, ¿no? —Ambos rieron, eso había sido una referencia a otra delas noches que se habían pasado hablando sobre su futuro en vez de descansar, porque ambos sentían esa frustración en sus mentes y cuerpos.
Las manos ajenas subieron por sus piernas hasta llegar al borde de su camisón y este fue subiendose lentamente, sin dejar que sus besos pararan y Lisa los atrapó pasando sus manos por la camisa del azabache para desprenderse de ella ligeramente antes que de su propio camisón, notando el frio invadir su cuerpo y Jungkook separó ligeramente sus labios durante unos escasos segundos oara poder desprenderse de su único obstáculo  algo que a ambos les pareció gracioso. Aún siendo inexpertos en temas amorosos su noche se resumió en juegos por parte de ambos, sintiendo el amor que ambos podían llegar a darse y las dulces caricias que acunaban la cara de la rubia. Cada vez que sus caricias se hacian presentes las manos de la rubia rodeaban la espalda del chico, sintiendo que aún unidos siempre serían personas individualmente especiales, que estaba segura de que podrían conseguir grandes cosas. Y por milésima vez, cuando sus besos llegaron a su vientre, y sus almas se unieron ambos decidieron que realmente estaban hechos para amarse.

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora