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Ambos sentados en unas regias sillas y sus manos unidas, soportando el dolor sobre los hombros y tratando de no derrumbarse. Seria falso si se dijera que Jungkook no estaba mal, pero estaba más tranquilo que Lisa, la cuál no había levantado cabeza en toda la noche, ni la mañana cuando se llevaron a su hija para poder saber que era lo que le había pasado.
La puerta se abrió y ambos se levantaron, observando al médico de la corte, esperando respuestas.

-Tuberculosis, sus majestades...- la mano de Lisa se aferró a la de el castaño. - les doy mis condolencias.

Lisa giró su cabeza, observando a toda la gente que quedaba de pie a tan solo unos metros de ellos, como buitres esperando algo de lo que hablar, hablar de su hija, murmurar en los pasillos mientras ella estaba delante, pero no lo iba a permitir, no de su hija, pero de ella podían hablar todo lo que quisieran, y si querían decir que se había acostado con todos los ahi presentes pues que lo dijeran, porque puede que hubiera perdido a su niña, pero no su dignidad.

-Hay un cosa más, majestad. - interrumpió el médico rompiendo su voz. - Es sobre su primogénito, el delfín Jungkook.

Ambos pusieron sus miradas sobre él, esperando una noticia.

-Después de la terrible tragedia...revisamos por mera prudencia a sus hijos y hemos notado que la espalda de su hijo ha comenzado a curvarse, y tan solo a la edad de cinco años nos parece algo peculiar. - El señor levantó la vista y los observó a ambos, cruzando las miradas. -Y creemos que en ese estado de debilidad su vida podría correr peligro.

Lalisa se levantó de la silla sin previo aviso, dandose la vuelta y llevó su mano hasta su vientre, mirando fijamente el suelo.

-Lalisa- Jungkook se giró y se acercó.

-¿Intenta decir que no he podido traer a un hijo sano al mundo, doctor? Porque al parecer la única hija que he podido concevir con estabilidad ha sido a Maria Eunb.

Jungkook sujetó su brazo, haciendola volver a sentarae y Lisa rehusó, soltando todo el aire que pudo.

-Verá, alteza, no tenía intención de decir eso, solamente digo que quizás la escoliosis sea solo un mero problema como el que se cree que podría tener su hijo.

Lalisa volvió a darse la vuelta.

-Hablad.

-Creemos que el brote de tuberculosis se ha extendido entee vuestros dos hijos, que hay un núcleo y debemos eliminarlo.

-¿Y como prentenden eliminarlo? ¿Van a hacerle pruebas a todos los nobles de esta corte? Porque yo no lo creo, y yo soy la reina, y yo decido que es lo que se hace y que es lo que no.- su mano se posó encima de la mesa del doctor y Jungkook se recostó en la silla, observando. - Acabo de perder a una hija, y me niego a perder al futuro heredero de la corona, asique hay dos opciones, o hago que vuestra cabeza se la entreguen a vuestra familia en una caja o encontrais como pararlo.

La rubia se enderezó y caminó hasta la puerta, dejando en la sala a los dos hombres y Jungkook se levantó de la silla, oyendo los imploros tras él. No iba a meterse en lo que su esposa tomaba por suyo, si ella discutía él no hacia nada, con eso, todos ganaban.

-Por favor, majestad, os lo ruego, no sé quien ha sido, no podeis matarme, por favor, os imploro.

Jungkook sonrió, dandose la vuelta para observarle.

-No voy a ordenar que le maten, y mi esposa no tiene el poder suficiente como para ordenar que le maten. - el doctor se dejó caer en el suelo y Jungkook se agachó. -Pero no deje que todos mis herederos se mueran, o entonces sus hijas recibirán su cabeza como cena.
Buenas tardes.

El castaño salió por la puerta tras Lisa y les hizo una señal a los guardias para que cerraran las puertas de sus aposentos, entrando a la segunda sala para buscar a Lisa.
Minutos después la encontró en su espacio particular, sentada en uno de los sofás. Esa mañana había sido el entierro de su hija, y ninguno había podido resistir la tentación de soltar el dolor que habían retenido esos días.
Hace poco más de dos años que Lisa había perdido a su querida madre y no estaba lista para recibir ese golpe.

-Lisa. - llamó el castaño en voz baja. Lalisa levantó la mirada y volvió a bajarla. -Tranquila, todo saldrá bien, te lo prometo.

-Mi hijo no va a morir.

-No, claro que no, ya verás como resiste - Jungkook se sentó a su lado, cogiendo su mano y observó al pequeño perro salir de debajo del sofá. -Después de todo el niño ha salido a mi.

Lisa sonrió.

-Es verdad. - La rubia se acercó a él para dejar un pequeño beso en sus labios, recibiendo otro de parte del castaño en respuesta y ambos sonrieron.

Las puertas fueron abiertas y ambos giraron sus rostros, ambos observando al chico que acababa de ingresar sin autorización a la recámara.

-Majestad, han llegado noticias, el pueblo acaba de tomar la fortaleza de La Bastilla.

Lalisa giró su rostro de inmediato y Jungkook se levantó, caminando rápidamente hacia la puerta.

-Quiero a toda la guardia en las entradas de Versailles, quiero al puñetero ejercito en la Bastilla en menos de dos minutos y necesito que alguien lleve a mi esposa con mis hijos. Y lo quiero ya.

-Sí, señor. -la voz del chico se cortó y Jungkook desapareció con la gente por la puerta, dejando a Lisa sola en la habitación.

El pueblo de París acababa de tomar su fortaleza más segura.

La Bastilla.

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora