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Su cuerpo rodó en la cama una vez más. Llevaba despierta casi toda la noche, pensando que la promesa de Baekhyung solo eran palabras que podían romperse, pero no podían volver a pegarse.
¿Qué sería de ella si no podía brindar un heredero?

—¿Estais despierta?

Una pequeña iluminación provocó que la chica abriera sus ojos y giró su cabeza hacia el otro lado, observando al azabache, el cuál lucía bastabte despierto.

—No he podido dormir en toda la noche—comentó sinceramente. Sus manos descendieron por encima del colchón y terminaron bajo sus propias piernas.

—Yo tampoco...—¿Os apetece hablar? Recientemente he leido en este libro un dato muy interesante sobre las cerraduras.

El chico se incorporó en la cama y alcanzó el libro de su mesa para ponerlo entre sus piernas, recostandose en los mullidos cojines y observó como Lalisa también se incorporaba para poder sentarse, recostandose contra sus cojines también.

—¿Ah si?

—Si, mirad, algunas llaves tienen la misma forma, pero no todas abren las mismas puertas, y ¿sabeis por qué? Porque no todos tienen las mismas cerraduras— puntualizó.

Para él era todo un mundo interior, para Lisa, solo un dato más del que como mujer nunca habría llegado a saber. Para ella solo habían existido novelas de época y ética.

—¿Cuál es vuestro tipo de llave favorita? — realmente el chico giró su cabeza hasta ella con una  sonrisa, negando.

—No podría escoger solo una, todas me fascinan. — contestó.

Sus ojos se encontraron unos segundos y Lalisa sonrió de  vuelta, viendo como el chico volvía a mirar el libro y comenzó a mirarse las uñas, esperando.

—¿De verdad quereis o deseais hacerlo?

La pregunta había sido formulada tan al aire y sin un punto fijo que tomó por sorpresa a la chica, la cuál rápidamente abrió sus ojos.

—¿Hacer el qué?

Jungkook cerró el libro en sus manos y lo posó sobre la mesa, evitando el contacto visual por unos momentos.
¿por qué sonaba tan dificil?

—Pues, supongo que, acostarnos.

Las manos de Lisa se juntaron inmediatamente, sintiendo su corazón subir hasta su garganta.
¿Él lo había pensado también?
No es que fuera uno de sus mayores deseos, sino que su vida dependía de ello, si su matrimonio no era consumado como su madre decía, había posibilidades de romper el enlace, pero sin embargo, si el matrimonio era consumado pero no se era capaz de concevir un hijo, sería peor aún.

—No va con mis deseos, sino con mis obligaciones complacer tanto al reino como a mi marido. —tratabilló entre palabras, sintiendo algo en su estómago—sin embargo, no puedo evitar sentir que no cumplo mi deber. —Su cabeza bajó y se enterró en su cuello, observando fijamente sus manos.

—No deseo haceros ningún mal—siguió ahora él, cogiendo la manta para llevarla más arriba. —Realmente siento haberoslo puesto tan complicado, debe de ser agotador estanciaros en un país que no conoceis y ser rodeados de vuitres que solo esperan una cosa de vos y que no se puede cumplir de un día para otro.

Aquellas palabras llenaron su mente de pensamientos en cuestión de segundos. ¿Realmente no se sentía incómodo junto a ella? Venian de sitios distintos aunque tuvieran el mismo titulo, y eso era algo aterrador. No conocerse pero ser juntados por alguien más, como si supieran si funcionaria.

—¿De verdad os sentis cómodo a mi lado? — Lalisa tiró de su cuerpo para darse la vuelta y ahora poder verle a él.

—¡Claro que sí! Creo que sois alguien interesante. No pareceis interesada en lo que los demás piensen de vos, no dejais que la propia corte os manipule y vuestro francés es el más sexy que he oido en todo Versailles.

Su sinceridad llegó rápidamente a los oidos de la chica, la cuál se dejó resbalar por las sábanas. ¿De verdad pensaba eso de ella?

—¿En serio?

—En serio. 

Su cabeza se apoyó sobre la almohada y suspiró, llevando su mirada ahora hasta el que le estaba hablando.
Jungkook sonrió.

—Vuestro pelo es bonito.

Su cuerpo cayó contra las almohadas sonriente una vez más. La sonrisa que era presente tanto por fuera como por dentro desconcentró por segundos a la chica, la cuál no pensaba en haber tenido jamás esa conversación. ¿Acababa de decir que le gustaba su forma de ser?
No sabía si debía darle las gracias o simplemente devolverle la sonrisa pero su mano subió hasta cerca de su cabeza y se apoyó, observando como una de las manos ajenas llegaba hasta su pelo y lo  escondía tras su oreja.
Distraidamente notando sus labios chocando con los suyos.
Un beso algo largo pero lento y suave. La mano del azabache se deslizó, apartandose y separó sus labios de los ajenos en cuestión de segundos, volviendo a colocarse como estaba.
Pero sin embargo Lalisa restó en la misma posición durante unos minutos más, observandolo. La había besado.

—Buenas noches, Lalisa

La luz se apagó y la oscuridad se enfrentó entre ellos.

—Buenas noches, Jungkook


+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora