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—Alteza—murmuró uno de los guardias que los acompañaban en el carruaje.

Para Lisa había sido dificil convencer a Jungkook de asistir, ya que ella solo quería ir de fiesta y él quería ser más responsable y aprender a controlar sus instintos como un rey.
Pero al final, tras largas charlas Lisa fue capaz de hacerlo y ahi se encontraban ellos junto a otras dos damas, una de ellas Jeon Somin, la cuál lucía un vestido blanco y con detalles rojos preciosos, al igual que Lisa, la cuál llevaba un vestido azul turquesa con toques más oscuros, y es que el azul era su color favorito en el momento. Cuando se cansara de él siempre podría comprar un armario entero nuevo.

—Vereis como lo pasamos genial.

—Deberiamos habernos quedado en palacio.

—No digais tonterias, todavía no sois rey, tratad de divertiros.

Jungkook frunció el ceño suspirando al segundo siguiente, Lalisa era muy tozuda y no pensaba ceder una mano, ni siquiera un dedo.
Mantuvieron el ritmo durante una hora aproximadamente hasta llegar a Paris y el carruaje paró justo delante de la ópera donde se celebraba la fiesta, deleitando tanto comida como ropajes extravagantes y alguno que otro diseño especialmente hecho para la ocasión.
Pero nadie sabía quien era quien y ese era el toque misterioso, por eso no los llegaron a presentar como delfines de Francia, manteniendose en el anonimato.

—¿Veis? Yo tenía razón.

—Eso ya lo veremos, vamos, id a divertiros, yo trataré de encontrar a alguno de los ministros, debo aclarar ciertos asuntos.— mencionó, llevando su mano a la espalda de la chica y la empujó a caminar hacia delante, tratando de que hablara con gente olvidando su rango.

Y así, se desvaneció entre la gente.

Lisa miró hacia ambos lados, sin encontrar contacto visual con Jungkook y suspiró. Ahora debía buscar a alguien, Somin se acercó a ella y sonrió, apoyandose en la columna.

—¿Y bien? ¿Conoceis a alguien?

—No, ¿y tú?

—Tampoco, eso es lo bueno de llevar máscaras. — comentó Somin, dejandose apoyar hacia atrás y observó a su alrededor, haciendo contacto con una chica pelinegra, seguido de un peli blanco, el cuál llevaba una máscara dorada con bordados rojos y una larga sonrisa en su rostro.

—Os ha sonreido.

Lisa giró su cabeza hacia ella, tratando de prestarle atención y se acercó a ella.

—¿Cómo decis?

—Que os ha sonreido...—susurró cerca de su oido, provocando que Lisa girara su mirada hacia él y este volviera a sonreirle incluso cuando se encontraba hablando con otra chica. La cuál unos minutos después caminó ligeramente hacia la pista, dejando el camino libre y Somin sonrió, colocando sus manos en su espalda.

—Solamente hablad.— comentó, haciendola caminar hacia allí, y Lisa asintió, caminando hasta su destino, con la cabeza alta y los hombros cuadrados.

El chico sonrió, apoyandose en la pared y llevó sus manos a sus bolsillos, escondiendo su rostro tras la máscara.

—Buenas noches, lucis preciosa. —complementó, onservandola.
Lisa sonrió, llevando sus manos hasta la fina capa detrás en su espalda.

—¿Qué tal le funciona eso con las mujeres? — bromeó, dejandose ver en carácter.

—Debería de probarlo a menudo? —inquirió.

—Puede que sí.

—Lucís explendida.

Una amplia sonrisa surgió en su rostro, ¿por qué no lo conocía aún portando máscara? ¿podría ser que necesitata saber de quien se trataba?
Mordió su labio inferior fijando su mirada en el rostro contrario y llevó sus manos hasta su faldón delantero.

—¿Quien sois?

—¿Quien sois vos? — reclamó Lisa.

—Conde Min, Dinamarca, mi señora...— Lisa asintió. Dinamarca. Eso estaba a dos días de viaje, ¿sería por familiar o residiría en París?

—Encantada de conocerle, Conde Min.

Una pequeña reverencia fue percatada por el chico, el cuál la siguió con la mirada.

—¿No me direis vuestro nombre? — preguntó él, siguiendola con la mirada hasta que se dió la vuelta con una sonrisa.
Si, puede que se la estuviera comiendo con la mirada, pero no sería un delito para él, y menos para ella sentirse atraida.

[...]

—Somin

La chica giró al ser llamada y se agarró a la barra de las escaleras, observando como la chica subía hasta ella.

—¿Sabeis algo del Conde Min?

La castaña abrió sus ojos y asintió tomando su mano como gran gesto, inclinando su cabeza hacia ella y recuperando la postura justo cuando iba a hablar ante la llegada de Jungkook.

—¡Oh! ¿Podemos quedarnos más tiempo? ¡Por favor! — rogó Lisa, casi suplicandole y este negó, cogiendo su mano y dando leves palmaditad en ella.

—Lo siento querida, pero debemos regresar, es un viaje largo, y estoy exhausto. —impuso, comenzando a caminar escaleras arriba y Lisa volvió a insistir siendo una petición denegada por su marido y esta frunció sus labios, parandose para volver con su dama esperando una información algo valiosa.

—¿Y bien?

—El conde Min es conocido por sus leales batallas en el ejercito francés, siendo uno de los jefes militares, sin olvidar su afecto por las relaciones. Kim Jennie estuvo con él el verano pasado, impresionante, y Kang Seulgi fue su mujer, estuvieron casados hasta que ella falleció por enfermedad, pobrecita, desde entonces solo ha estado con Kim Jennie, y ahora vuelve a estar solo. He oido que en la corte lo nombran por su nombre, Yoongi, aunque yo lo veo más como un nombre en clave, alteza.

Lisa analizó e interiorizó cada uno de los datos que se le fueron proporcionados, manteniendo una cierta compostura, pero su barrera interior se cayó en ese mismo instante. Aunque no creía volver a verlo le había parecido un hombre extrovertido y fascinante.

—Impresionante.

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora