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—Buenas noches, Eunb.

Los labios de Lalisa se posaron en la frente de la niña, haciendola cerrar los ojos y se separó de ella para ir caminando hacia la salida, la cuál era custodiada por un guardia.

—Mamá, ¿van a hacerme daño?

Los labios de Lisa y sus hombros reaccionaron al instante, imaginandose el sufrimiento que podría llegar a sufrir su hija. Sus hijos. Era consciente de que probablemente trataran de quitarle a su hija, pero nada le quitaría el derecho a cuidarla.

—Nadie va a hacerte daño, florecita— Lisa se dió la vuelta, extendiendo sus manos hasta sus tirabuzones rubios y los acarició como si fuera a ser la última vez.

Tenía que hacer algo. No podían dejarse dominat por el miedo, no podían caer ahora, no era el momento, estaba segura de que Jungkook podría hacer algo. No podían vivir como prisioneros en un palacio, era de lo más ridiculo. Ellos eran los monarcas, son el estado.

—Buenas noches, mamá.

—Buenas noches, cariño.

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—Jeon Jungkook.

En cuanto su voz llegó a sus oidos Jungkook se levantó a prisa de la silla  observandola. No le daba miedo su propia mujer, estaba preocupado por ella. Hacía semanas desde que los habían trasladado y ella estaba de lo más nerviosa.

—Lisa, ¿qué ha pasado?

—Te exijo que hagas algo al respecto.

El castaño se dió la vuelta para seguirla con la mirada.

—¿Y qué quieres que haga, Lili? No puedo hacer nada, estamos aquí para que nos protejan, no nos van a matar, ¿entiendes?

Lisa se sentó en la silla disgustada. No podía seguir ahi metida, como si fuera basura.

—Necesito salir de aqui, Jungkook, y tus hijos también. —Jungkook sabía que genía razón. — Seungkwan está enfermo, lleva todo el día queriendo ver a su padre, pero nadie sabía decirme donde malditamente estabas. — regaño Lisa.

Su hijo se moría. Era una realidad no apetecible. La escoliosis sería su sentencia y había sido dictada por el médico, el cuál había ocupado su habitación horas atrás.
Pero Jungkook no había estado ahi  sujetando la mano de su hijo como debería haberlo hecho.

—Lo siento mucho, Lili, nadie me avisó de su llegada. — las disculpas del castaño fueron un tanto certeras para la rubia.

—El médico le ha dado dos días de vida, Jungkook, mi hijo se muere y no lo veré crecer...— una lágrima se deslizó sobre su rostro, una que fue quitada inmediatamente después por Jungkook, quien se sentó a su lado.

—Lisa, no llores...— susurró, pasando su brazo tras su espalda y esta se apoyó en él. — Quería esperar a un momento menos delicado, pero he hablado con la familia de Austria, nos acogeran, Lisa, vamos a irnos de aqui lo más pronto posible.

Los ojos de Lisa dejaron de producir lágrimas por instantes. Por fin iban a irse, pero debió de ser más pronto, cuando su hijo todavía no estab enfermo y cuando la persuadieron de trasladar a la familia a Las Tullerias. Días después comprendió que había sido manipulada por los hombres del gobierno, pero ahora escaparían, y así evitaría que le hicieran daño a su familia.

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La pareja vestía de luto aquella mañana de verano. Ambos habían perdido un hijo, un heredero, que posiblemente tras lo que podían comprobar, no fuera a reinar nunca.
La cabeza de Lalisa apuntaba al suelo en todo momento, agarrando las dulces y pequeñas manos de sus infantes. Sus únicos hijos. Eunb y Jungkook.
El silencio era casi parecido a un infierno en esos momentos. Lisa no había dicho ni una palabra desde anoche, y Jungkook no sabía que hacer para que volviera en sí.
Ahora su hijo yacía en un claro ataúd de roble pulido y con sus iniciales en él, desgarrando el sufrimiento tanto de Lisa como de Jungkook. Sus manos unidas y las lágrimas de la rubia comenzaron a dejarse ver, tratando de parar se dió la vuelta. No podía soportar el dolor de perder a otro hijo, no podía pensar en su sonrisa, en su primera palabra y en sus primeros pasos.
No servía como madre, porque dos de sus cuatro hijos habían muerto antes de los diez años incluso. ¿Cómo debería de sentirse al respecto?

—Lisa, cariño, ya no está— la rubia se dió la vuelta, clavando su vista hacia delante y evitando mirar como a su derecha enterraban a su hijo en el cementerio de la iglesia, siendo el segundo de la familia en irse.

¿Cuánto más duraría su sufrimiento?

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora