+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️

010;

El camino de vuelta había sido más largo que el de ida, y se había notado ligeramente por el cansancio de todos los que llegaban en el carruaje, en especial Lisa, la cuál no podia dejar de pensar en lo que hacer. Aunque solo hubiera mantenido una conversación con él había sido suficiente para notar que con cada persona era una situación diferente. Que con Jungkook le había costado más empezar y que él era su esposo, y que sin embargo sus relaciones fuera del matrimonio, como conocer gente de casi su misma posición social era más amplio y libre.

Cuando las ruedas dejaron de provocar que el carruaje botara la puerta se abrió, haciendo que tanto Jungkook como Lalisa se pusieran rectos como tablas.
¿Habian llegado? ¿Versailles?

—Alteza, hemos llegado.

Jungkook agachó su cabeza ligeramente para ver el exterior y tras confirmarlo con sus propios ojos salió del carruaje, pisando su dulce suelo y se giró para estirar la mano hacia Lisa.
La rubia cogió su mano y apoyó la otra en el canto de la puerta para impulsarse hacia el exterior, logrando tocar el suelo sin caerse. Irguió su espalda y su brazo bajó con ella, ahora observando a los tres chicos que restaban delante de ambos, probablemente con noticias de algo.

—¿Qué ocurre? — preguntó ahora Jungkook.

—El rey está enfermo, alteza, ahora mismo se encuentra en cama.

Sus manos entrelazadas cayeron hasta sus rodillas como si de plomo se tratase, sin quitar la vista del informador.

—¿Es grave?

—Viruela, señor.

Viruela, básicamente el rey estaba muriendo lentamente, o puede que no tanto, en su cama, rodeado de gente que probablemente lo único que haría sería rezar por su vida mientras que no serviría de nada, y eso Lisa lo sabía.

[...]

—Y rezamos para que su alma se purifique como buen cristiano que

—Hermana, ¿podriais dejar de rezar, por favor?

—Quiero lo mejor para padre.

—Nadie con viruela ha sobrevivido nunca, no lo hará padre por mucho que reces por él.

—Perdoname, hermano, por tener mis creencias. —Nayeon se levantó del suelo, observando a su padre.

—El catolicismo acabará con esta dinastia. —farfulló el azabache.

—El catolicismo, hermano, es la fe del pueblo frances.

Nayeon llevó su vista hasta Jungkook, el cuál restana sentado frente a su padre, mirandolo mientras él se iba poco a poco. Lisa se encontraba sentada a su lado, confortandolo tratando de hacerlo sentir mejor, mientras el médico lo examinaba como seria la última vez.
El rey estaba pálido, cansado, sus fuerzas se habían agotado a tal punto que ya no podía comer por si solo, y tampoco podía levantarse de la cama.

—Vamos Jungkook, relajate un poco...— murmuró Lisa, levantandose del asiento y  pasó su mano por su espalda.
Jungkook sopló.

—Lisa, ¿te importaria alcanzarme ese pañuelo de ahi, por favor?

Lisa apartó su mano de la espalda contraria y se movió para alcanzar el objeto, tendiendoselo.

—¿Ya os tutelais? — bromeó Nayeon, sin ninguna muestra de sonrisa en su cara.

Entonces Jackson apareció por la puerta, dando una vista rápida tanto al médico y al par de guardias como a su esposa y a Jungkook y a Lisa, colocandoae al lado de su mujer.

—Llamad a Kim Jisoo. — ordenó el rey, levantando su dedo indice y uno de los guardias dió un paso adelante, con la cara alta.

—Ya se ha ido, señor, debido a su carta, señor. —anunció, volviendo a su sitio y la cabeza de Jin se hundió en la almohada.

Querida Kim Jisoo.

Estoy enfermo y sé lo que debo hacer. Su título permanecerá intacto mientras esta dinastia en pie siga, pero debo pedirle que abandone el palacio de Versailles antes de mi muerte si es un testamento lo que el pueblo quiere. Desde luego un palacio en la frontera con Austria se os será concedido hasta que podais volver a encontrar el amor.
Mi querida Kim Jisoo, aunque estos dos años hayan sido los mejores de lo que pudo una vez ser mi vida nunca olvidaré nuestras risas y vuestras inquietudes hacia romper con las normas. Os pido de corazón que acepteis mi propuesta y consigais volver a ser feliz, porque a mi ya no me resta mucha más vida que vivir que algunos días postrado en cama.
Todo este tiempo juntos, fue sin duda un reconocimiento, con o sin titulo.

Tu querido rey, 𝔨𝔦𝔪 𝔰𝔢𝔬𝔨𝔧𝔦𝔫