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—Yo mismo vi irse a Kim Jisoo— soltó Jackson entre todo el silencio de la sala en la que se encontraban, justo al lado de los aposentos del rey.

Los tres giraron su cabeza hacia él, observandole con intriga, pero Nayeon habló antes.

—¿Velas más por la amante de mi padre que por tu hijo, el cuál debería encontrarse contigo en estos momentos?

Jungkook volvió a sentarse en la silla al ver que esa conversación sería larga y Lisa lo imitó, mirando a la pareja.

—Debo recordarte, querida, que la que se encarga de los hijos es la mujer.

—¿Y como piensas que me encargue de él si nisiquiera me dejan amamantarlo? Contestame a eso si de verdad tienes la respuesta. — Nayeon se levantó de su asiento para alzar su cabeza.

—¡Pues alomejor deberías de callarte y sentarte en esa silla, ejerciendo el papel de una hija preocupada por su padre y respetuosa con su marido! — la mano del chico se alzó para luego apuntar al suelo, indicando que se sentara, y así lo hizo. La chica de pelo castaño se sentó a la vez que Jungkook se levantaba y Lisa detrás de él.

El silencio ejerció poder en la habitación de nuevo y ambos caminaron hacia la puerta en busca de la salida, consiguiendolo en unos pocos instantes.
¿A caso peleaban a menudo? ¿Sería solo  una crisis nerviosa por parte de ambos? Siempre se veían felices el uno con el otro...

—¿suelen pelearse así siempre? — preguntó Lisa, avanzando al mismo paso que él.

—No, hacia tiempo que no discutian así. — contestó Jungkook, llevando su mirada hacia ella y sonrió. —No dejes que te preocupen, son mayorcitos y aprenden rápido a convivir juntos, acaban de tener un hijo.

Es verdad, le preocupaba a Lisa por el simple hecho de que habian tenido un hijo, y antes que ella. Kim Jisoo ya no estaba, pero ¿y su sobrino? Aunque no tuviera derecho al trono seguiría siendo una pieza, aunque no por mucho tiempo, en cuanto el rey muriera, en cuanto el rey muriera todo se iría abajo. Jungkook era el siguiente en la linea sucesora y no estaba listo para reinar, no era la suficientemente astuto como para saber donde debería enviar tropas y a quien subirle los impuestos, se dedicaba a cazar y a leer libros sobre cerraduras.
Pero saldrían adelante, aunque no por mucho tiempo, si no lograba tener descendencia no habría un próximo en el trono. ¿Quién reinaría?

—Lisa, ¿me estás escuchando? He estado meditando lo que hablamos.

Su cabeza giró en busca de la suya y lo observó. Habían llegado a uno de los pasillos principales, el cual habia sido despejado en cuanto la corte observó al delfín.

—¿Has meditado el qué?

—Lo que hablamos, la otra noche, y viendo los acontecimientos, creo que debemos intentarlo aunque ninguno esté listo.

Su mirada se desvió ligeramente hacia una de las ventanas y abrió su boca, tratando de no expresar mucho.

—Como desees

Ambos sonrieron y el chico dió un paso adelante, observando por las ventanas al que parecía el consejero tratando de llamar su atención y volviô rápidanente la vista a Lisa. Nunca se había fijado en sus finos hilos dorados, los cuales descendían por su pelo, el cuál brillaba muchisimo, aunque no fuera la primera vez, aquel día se veía radiante.

—Debo irme, me reclaman en la cámara— se excusó, inclinandose vagamente y dandose la vuelta para observar un segundo más la ventana. —Ten una agradable tarde.

—Igualmente— respondió, obsevandolo irse por el lado contrario.

Unoa segundos después desapareció de su vista bajando las escaleras de mármol hacia los grandes jardines del palacio, en el cuál no se podía ver su fin. Tras aquellas fuentes y tras aquellos grandes árboles creía sospechar que se llevaba a cabo algo y que no podía saber lo que era, porque por muy extraño que pareciera, creía que era por ella.

¿Podría a caso su madre sentirse orgullosa pronto?

+16|| 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗘 𝗔𝗡𝗧𝗢𝗜𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 <<마리 앙투아네트>> [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora