"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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Después de pasar por Elena a su casa nos dirigimos a dónde seria el baile de graduación, Elena estaba molesta conmigo por haber llegado tarde por ella.
—Por tu culpa me perdí la sesión de fotos con mis amigos.— me dice y yo suspiro con desesperación.
—Te dije porque llegué tarde, mi hermana...
—Sí, tu hermana quería que le leyeras un estúpido cuento.— se cruza de brazos.
—Lo siento Elena, pero mi hermana es primero que todo lo demás.
—Y también lo es Camila ¿Cierto?.— voltea a verme y yo estacionó el auto de golpe.— que te pasa, acaso quieres matarnos.
—No vuelvas a entrometer a Camila en conversaciones que ni al caso, ¿Entendiste?
Elena asintió con gran temor de como le había hablado pero no me importó así que volví a encender el auto y conduje hasta el baile.
Al llegar ayude a bajar a Elena del auto para después adentrar al lugar. El lugar era muy bello, con adornos dorados y un gran candelabro.
Elena corrió hacia sus amigas y yo decidí ir por ponche.
—Llegaste, creí que ya no vendrías.— me dice Rami a un lado mío.
—Sí, hubiera preferido no venir.— le doy un trago a mi ponche.— Creo que toda la noche estaré solo.
Ambos volteamos a mirar a Elena la cual estaba con sus amigos riendo y tomándose fotos.
—Pues Lucy fue al baño con Alexandra.— me dice.— así que cuando te sientas solo o excluido puedes venir con nosotros.
—Gracias Rami.
—Hola Ben.— Alexandra y Lucy dicen al mismo tiempo.
—Hola chicas, se ven muy bien.
—Gracias Ben, ¿Han visto a Mickey?.— nos pregunta Alexandra.
—No, pero debe estar tratando de meter alcohol de contrabando junto con Víctor.— dice Lucy.
En ese momento llega Víctor junto con su pareja para presentarnos la. La música tenue comenzó a sonar y todos mi amigos se van a la pista de baile, volteó y veo que Elena viene hacia a mi, antes de que llegue conmigo suelto un suspiro con gran pesadez.
—Ven, bailemos.
—Lena, yo no sé bailar.— le digo soltando me dé su agarré.
—Yo te enseñaré.
Sin más que decir fuimos a la pista de baile, ella colocó mis manos en su cintura y sus manos fueron directo al rededor de mi cuello. Bailabamos al ritmo de la canción, yo miraba por todos buscando a Camila para poder disculparme con ella pero no había ningún rastro de ella y de Simón.
