"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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Hoy será el gran día, la boda de una de mis amigas de la infancia. Al despertar me di cuenta que Elena ya no estaba en la cama, así que supuse que tal vez estaría haciendo sus necesidades.
Fui hacia al baño pero no estaba ahí, decidí ir por un plato de cereal y al abrir el refrigerador para tomar la leche vi que un papel estaba pegado el cual era de Elena; "estoy en el salón de belleza, te veo en una hora".
—Muy bien, solo quedamos tú y yo.— le digo a mi cereal y llevo una cucharada a mi boca.
Voy hacia el sofa y me siento a ver televisión. Después de unos cuánto minutos mi teléfono comienza a sonar, lo tomo y veo que en la pantalla está el nombre de Kattia.
—¿Hola?
—Ben, necesito de tu ayuda.— me dice del otro lado.
—¿Que pasa?
—Podrías venir a casa, lo que pasa es que no hay quien lleve el vino al salón— suspira.— Gwilym fue por Mary y Ashley.
—Claro, iré ahora mismo.
—Gracias, Alec te acompañará.— fruncí el ceño.
Kattia finaliza la llamada y yo aún sigo pensando quien mierda es Alec. Voy a mi recámara y me pongo unos shorts deportivos, mis tenis y mi sudadera para después tomar las llaves del auto y salir directo a la casa de los Lee.
Al llegar veo a un chico con unos jeans negros y una camiseta negra de lady Gaga tomándose fotos con su celular.
—Hola, ¿Tú eres?— le pregunto al chico
—Soy Alec, tú debes ser el Uber.— me dice y yo fruncí el ceño.— es broma, tú eres Ben Hardy, el guapísimo angel.
Río y asiento.
—Así es, Kattia me dijo que me acompañarás a dejar el vino.
—Oh sí, las cajas están por allá.— me señala.
Bajo del auto y entre Alec y yo subimos las cajas de vino al auto. Después de terminar de subir el pedido, alzó mi mirada hacia la venta del dormitorio de Camila y veo que está abierta de par en par y una sombra pasa detrás de las cortinas.
Alec me hace un seña con su mano y yo sacudo la cabeza.
—Oh disculpa, vayamos.
Rodeo el auto y observo que Alec me mira con una de sus cejas encorvada.
—No pienso abrir la puerta yo.
Rodeo los ojos y voy del otro lado a abrirle la puerta.
—Pasa siéntate cómodamente.
—Gracias, que lindo auto.
Cierto la puerta y voy para mi lado, subo y comienzo a conducir.
—Y tú eres otro primo perdido de los Lee.— le pregunto.
