"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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La boda de mi hermana fue un éxito, fue una boda de ensueño muchos sentimientos encontrados estaban invadiendo mi cuerpo. Todos bailaron, rieron, lloraron y bebieron. Excepto Ben, el solo se la paso en la barra de bebidas con la mirada perdida en diferentes puntos del lugar.
Al día siguiente lleve a William a conocer un poco más del lugar donde nací. Amaba la energía de Will, el se paraba a ver en cualquier lugar a tomar fotos y apreciar la música que sonaba en diferentes esquinas de las calles.
—Amo este lugar.— me dice con gran entusiasmo.
—Sí, te dije que lo amarías.
William y yo nos quedamos mirando a un grupo de músicos tocando arte para las personas que se encontraban bailando ahí.
—bailemos.
Will me toma de la mano y yo me niego rotundamente.
—Y-yo no sé bailar.— bajo la mirada
William me toma del rostro y hace que lo mire
—Puedo enseñarte, es más, podemos aprender juntos.— me estira la mano.
Yo veo por unos segundos su brazo estirado y decido tomar de el. Me guía hacia dónde estaba la gente bailando y con mucho cuidado el toma de mi cintura y comenzamos a bailar.
—disculpa si te piso.
—Tranquila, vas bien.— el ríe.— solo déjate llevar.
Sonrió y colocó mi cabeza en su pecho, mientras bailabamos al compás de la música. Yo escuchaba su corazón palpitar a mil por hora, y era musica para mis oídos.
Al estar con William todo lo malo se iba, algo raro estaba sintiendo por este hombre que me causaba, ¿terror?
—¡Camila!
Escucho que alguien grita mi nombre, me separó de Will y volteó a ver de quién se trata.
—¡Alec!— paro en seco.— ¿Elena, Ben?
Volteó a ver a William y el me hace señas de que vaya. Al acercarnos, Elena me saluda.
—No quisimos interrumpir, pero es algo importante.— nos dice Elena.
—¿Qué pasa?
—Ben y yo queremos invitarlos hoy a nuestro departamento.— volteó a ver a Ben y el solo tiene la vista en otro lado.— para platicar un rato y tomar una copa de vino.
—Elena, estaba mostrándole a William el lugar y aún nos faltan más por recorrer.
William no deja que acabe mi explicación.
—Podemos terminar el recorrido mañana, ángel.— al escuchar la última palabra me sonrojo.
—P-pero tu vuelo sale mañana.
William hace una mueca y saca su teléfono para después comenzar a textear.
—Listo, mi vuelo sale mañana a las 11 de la noche. Tenemos toda la tarde.
—Esta bien...— volteó a mirar a Elena.— te vemos a las 6
—muy bien, los esperamos.
Ellos se despiden de nosotros, excepto Ben. Algo tenía, y era muy triste que no me haya saludado, ni dedicado una mirada.
—¿No querías ir?— me pregunta Will.
—Sí, solo que a mí amigo no le gustará la idea de que vayamos.
—¿Por qué? Le he caído mal, ¿Cierto?
—Ben siempre ha sido así.— suspiro.— muy sobreprotector...
ríe y yo lo miro confundida.
—No te haré nada malo, Camila.— me toma de las manos.— quiero decirte algo.
—Dime.— trago saliva.
—Desde que te mire por primera vez en el avión, después de que me hayas tiraso el café encima y de haberme dicho que era un imbecil.— toma mi rostro.— desde ahí quedé estúpidamente enamorado de ti y tenía que buscarte por todo New York.
—William...yo.
—No, espera Camila.— vuelve a suspirar.— desde el momento que tú entraste por aquella puerta del hospital a preguntarme de la paciente. Mis ojos se iluminaron al volver a encontrarte. Sabía perfectamente que tú; Camila Lee Parker, eres la indicada y por eso el destino me volvió a cruzar contigo.
Yo escuchaba cada palabra que William me decía y sentía que todo lo que me hablaba era real; y si lo era.
—Yo...no sé que decir.
—No tienes que decir nada, solo quiero que me conozcas y me des una oportunidad.
—¡Lo haré!
William me abraza de la cintura y me da unas cuantas vueltas en el aire. Yo estaba feliz; pero aún no podía decirle mis sentimientos hacia el, hasta estar cien porciento segura.
