Conociendo al tirano.

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Estaba tan nervioso, ¿Por qué esa impecable mujer le veía así?, cómo si fuese un bicho raro.

¿Estaba mal vestido?, ¿Olía mal?.

Bueno.. Era el mejor traje que tenía, era de su difunto padre, le quedaba algo grande, esperaba que los clip de gancho no se hayan soltado dejando ver lo mal que se le veía.

No.. Debía concentrarse, daba igual el cómo le miraran, esa era su gran oportunidad, no podía desperdiciarla por nada del mundo.

Inhala.. Exhala.. Tú puedes Misaki, necesitas éste trabajo.

-¡Largo!, ¡Y no vuelvas a asomarte por aquí a menos que me traigas toda la información que te pedí!- Se escuchó el potente grito dentro de la gran oficina.

-S..Si.. Perdón Asami san.. Perdóneme.. lo siento- Gimoteaba la hermosa joven, ella hace múltiples reverencias mientras retrocede y sale del lugar.

-Takahashi Misaki.. Asami san le espera en su oficina, acompáñeme por favor- La asistente se dirigió a él.

¿Debía entrar después de ver esa escena? ¡Ese tipo era un déspota!.. Necesitaba tanto el trabajo, si no fuera porque su hermano lo necesitaba tanto. No podía acobardarse, debía entrar y dejar una postura segura y valiente.

-¿Se encuentra bien?.. Asami san le llama y detesta que le hagan esperar- La asistente dejó de ser amable.

-Ah.. si, lo siento, enseguida voy-

-Asami san, él es Takahashi Misaki, ¿Necesita alguna otra cosa?- La asistente se dirige al atractivo he imponente hombre de espaldas al ventanal con unos papeles en mano.

-No.. Retírate, y tú..- Replica dándose la vuelta-Tú también retírate- Asami suelta despectivo volviendo sus ojos a los papeles en sus manos.

Misaki quedó con la boca abierta.

¿Pero quién se creía ese tipo?, ¿Que se fuera?, ¡Bien! se iría, pero con la frente muy en alto. Él era un joven muy tranquilo, pero en esos momentos tan difíciles que pasaba, no iba a aguantar que le pasaran a llevar, nunca más se volvería a quedar callado, ¡Estaba harto de ser tan sumiso!.

-¡¿Pero quién se cree que es usted?!, ¡Es un patán!, ¿Sabe todo lo que me costó llegar hasta aquí?, ¡Y usted sin siquiera escucharme me pide que me vaya!-

-No me interesa, y a mi oficina no me vienes a gritar mocoso, lárgate de una vez o llamaré para que te saquen, no tengo tiempo para perderlo en.. Ti- Suelta aún más despectivo.

-¡Bastardo!, ¡Es un infeliz!-

-Oye, cálmate, llamaré a seguridad, no soporto tus gritos, ve a un maldito psiquiatra, aquí nada tienes que hacer-

-Asami san, llamé a seguridad, vienen enseguida- La asistente advirtió.

-Isimi sin llimi i sigiridid y vinin insigidi- Misaki no medía su infantilismo- ¡No es necesario que me saquen de éste basurero de arpías y estúpidos arrogantes!, ¡Me iré por mi cuenta!, guárdese su estúpido puesto de trabajo por el trasero, ¡Animal!, ¡Bestia!. Pudo haber tenido en mi al mejor asistente, pero cómo es un ser acéfalo y miserable, ¡Perdió su oportunidad!, ¡Me largo!-

-Espera- Asami tenía una mueca parecida a una sonrisa- ¿Cómo es que te llamas muchacho?- cuestiona más divertido de lo que quisiera.

-Quete..-

-¿Quete?, ¿Que clase de nombre es ese?-

-¡Que te importa idiota!- Sentencia Misaki dándose la vuelta y retirándose avergonzado por su salida infantil.

-Asami san, ¿Quiere que llame a la policía?- Insiste la asistente queriendo quedar bien con Asami.

-No seas dramática he incompetente, no quiero más escándalos aquí, sal de mi oficina y tráeme un café-

-Si Asami san, lo lamento- Menciona azorada para también escapar del lugar.

-Takahashi Misaki.. Interesante..- Susurra el abogado viendo el archivo de aquel altanero.

Se volverían a encontrar, y no de las mejores formas. Porque aquel chico era su vida, aunque él aún no lo sabía.

Tu asistente.. Tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora