Woman.

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-Déjelo en mis manos..-

Ese hombre parecía odiar todo en él.

Le veía como si fuese un adefesio que necesitaba ser eliminado antes de seguir torturando al mundo con su horripilancia.

-No- Comenzó a rodearle mientras tocaba con asco las puntas de su cabello- No, no, mal, horrible, ¿Pero qué es ésto?- Tomó un mechón algo enredado- ¿Que te hizo tu cabello para que le odies tanto?.. ¡Aaa!- Grita corto y agudo asustando a Misaki.

El asistente veía al estilista masajear su cabeza y respirar hondo.

¿Pero quién era esa persona?, estaba loco, ¿Por qué Asami san le hacía eso?, le había dejado solo con "histeria san", ¡Era más dramático que él!

-Roberto san.. Ahm.. Yo..-

-¡Silencio!- Abrió su palma frente a él- ¡Haré de ti una obra de arte!- Elevó ambas manos- Se lo debo a ese papucho de Asami Ryuichi y a las pobres almas de personas que tienen ojos para verte mejor cariño-

-O..Oiga-

-¿Eres amante de ese hermoso y caliente hombre verdad?- Le tomó por los hombros.

-¿Q..Qué?, Roberto san, no es así, yo sólo trabajo aquí, soy un asistente-

-Mmm bebé, sabes, no solo soy un maestro de la belleza- Batió sus pestañas- Soy un adivino del amor, déjame ver esos ojos tuyos..- Sujetó su rostro.

-Roberto san, deténgase, no..-

-¡Eres un pillo!- Chilló- ¡Estuviste en su cama!- Le apunta, Misaki se asusta- Mmm oh.. Y al parecer ahora sientes algo más, bebé..- Susurra sujetándose su propio rostro, el estilista mira a Misaki con algo de tristeza.

-Es tarde, será mejor que me ayude con ésto o Asami san se molestará- Misaki quiso sonar serio.

-Claro que si vidita, no te preocupes- Se aproximó a su espalda hablándole cerca del oído- Hoy seré tu hado madrino, al menos por ésta noche ese hombre no podrá quitarte los ojos ni las manos de encima.. Y quizá tengas suerte y le veas nuevamente el p..-

-¡Suficiente!-

Había pasado una hora y se estaba haciendo tarde, Asami ya estaba listo pero al parecer su asistente no

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Había pasado una hora y se estaba haciendo tarde, Asami ya estaba listo pero al parecer su asistente no.

Estaba inquietándose, debían irse.. ¿Qué tanto podía tardar en ponerse un vestido?.

-Asami querido, tu bella acompañante está lista, ven aquí Misaki- Roberto salió de la sala, llamando a un tímido Misaki que salió con la mirada esquiva jugando con sus dedos.

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Tu asistente.. Tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora