Contra todo.

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¡Bájame!.

Asami Ryuichi llega al último piso, sale del ascensor llevando a su asistente vestido de mujer, como un animal recién cazado en su hombro, entra a su oficina y se preocupa de cerrar la puerta con llave pese a que no hay nadie alrededor.

Misaki por su parte estaba fúrico, casi escupiendo fuego por la boca.. Los celos, la frustración y la tristeza le jugaban malas pasadas en su cuerpo que tirita del coraje.

-Ya te dije que no me acosté con esa mujer- A diferencia de Misaki, Asami parece muy tranquilo en explicarse.

-¡No le creo nada!, siempre es lo mismo, siempre está con alguien distinto, ¿Cuantas veces no tuve que sentir el aroma a perfume en su camisa o ver las marcas en su cuello cuando llegaba de una "cita de trabajo" con una mujer diferente?-

-Era libre de hacer lo que me viniera en gana, no veo el problema- Asami responde indiferente.

-No- Misaki junta mucho los dientes- Tiene razón, no hay problema alguno, así como tampoco usted tenía derecho a inmiscuirse en mi vida cada vez que "se le viniera en gana"-

-Solo estaba cuidándote-

-¡Nunca se lo pedí!-

-No era necesario que lo hicieras, Misaki..-

-No se acerque- Misaki camina en reversa por cada paso que Asami da, levanta sus manos y le hace una seña con sus palmas abiertas para que se detenga- Ni siquiera sé porque me trajo hasta aquí Asami san-

-Desde esa noche..-

-No- Misaki se arrepintió, cubrió sus orejas con fuerza- No quiero escuchar, no quiero, ¡Me largo!- Intentó abrir la puerta pero ésta no se abrió, volvió a cubrir sus oídos mientras se desespera. Tiene miedo de enfrentar a Asami, ese día tiene miedo de todo- Abra la puerta, está cerrada, ¡Ábrala ya!.. ¡Ah!- Fue inevitable soltar un jadeo cuando sintió el cuerpo espartano de aquel hombre tras él, acariciando sus hombros con la yema de sus dedos.. Su espalda en el punto medio de los omoplatos como objetivo sensible, sus brazos para llegar cariñosamente hasta sus manos que cubrían sus oídos de manera infantil.. Asami había tomado sus manos, sus oídos ahora son libres ahora para escuchar lo que tuviese que decirle.

El aliento cálido y fresco pasó cual brisa por su cuello, su cuerpo liberó un espasmo casi involuntario por el contacto de los labios calientes en su mejilla, poco a poco Asami llegó a su oído y la voz característicamente vibrante y varonil le sacudió.

-Voy a hacerte el amor Misaki-

Misaki vuelve a jadear cubriendo su boca.

-¿Qui..Quién le dijo que yo l..lo haría con u..usted?.. Atrevido- Misaki apenas habla pues se le traba la lengua.

-Puedes detenerme cuando quieras-

-A..Asami san- Mordió sus labios, ya no aguantaba más esa situación tan erótica con alguien que le gustaba tanto.

Se siente un tonto.. ¿Por qué no repelía a su jefe?, no puede ser tan fácil, pero la fuerza de su voluntad es aniquilada cruelmente por la fuerza del deseo y el amor que sentía.

Asami había comenzado a desabrochar la parte superior del vestido que llevaba puesto, su torso queda expuesto y él solo podía morder su lengua para tolerar la euforia de sentir aquella boca besando su piel erizada, la respiración pesada y excitada de su jefe, las caricias que se trasladaban al borde inferior de su vestuario..

-Asami san, respóndeme algo- Misaki cuestionó tan serio que tanto él mismo cómo Asami se desconcertaron.

-Pregúntame lo que quieras-

Tu asistente.. Tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora