(Asami/Misaki)
Inhala.. Exhala.. Tú puedes Misaki, necesitas éste trabajo.
-Takahashi Misaki.. Asami san le espera en su oficina, acompáñeme por favor.-
Porque ese día no solo conocería a un tirano y explotador.. Si no quizá a algo mucho más importa...
Misaki decidió ir a ver a su hermano luego de prestar declaraciones por lo sucedido esa noche.
Era de madrugada y Takahiro dormía por los calmantes y analgésicos, sabía que era imprudente, pero necesitaba ver a su única familia.. Se sentía como un cachorrito abandonado y la sola presencia de su hermano le calmaba enormemente.
Las enfermeras le dieron el paso, le conocían y tenían cierto cariño. Jamás imagino que él estuviese ahí.
Usami Akihiko.
-Misaki, ¿Por qué no me avisaste que tus padres habían fallecido?, ¿Por qué no me dijiste que Takahiro estaba en éste estado tan crítico?- El hombre demacrado pero tan guapo cómo siempre parece muy dolido con él.
-Usami san, ¿Qué hace aquí?-
-¿Es lo único que tienes para decirme?-
-Si, usted sabe que si, debería irse Usami san, a mi hermano no le hará bien verle-
-No tenías derecho de ocultarme algo así. Takahiro es importante para mi, y tú también lo eres, aunque ahora me detestes igual que tu hermano-
-No, yo no le detesto, pero..-
-No lo digas-
-Está bien, no lo diré-
-Misaki, es tarde y te ves muy pálido, te invito un café o algún refresco, la cafetería del hospital está abierta-
-Mm, no sé si sea buena idea- Misaki tuerce los labios incómodo.
-Por favor, debemos hablar-
-¿Su esposa no se molestará si se entera que usted está aquí?-
-Ella.. No importa ahora-
-Usami san..- Misaki susurra mirando con algo de lastima al hombre frente a él.
-Misaki- Akihiko insiste.
-Está bien, solo un café-
-Por mi puedes pedir lo que quieras, te ves hambriento-
-Y usted se ve.. ¿Cansado?-
-Lo estoy, ¿Nos vamos?-
Misaki asiente con la cabeza, se acerca a la camilla de Takahiro para acariciar con cariño sus manos.
-Vamos-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Son las ocho de la mañana y no sabía nada de su asistente.
Su mal humor y su migraña estaban a tope, nadie quería estar cerca de él, tenía un aura pesada y apenas se toleraba a si mismo.
Después de ir a la estación de policía, no había podido hablar con su asistente, Misaki prácticamente había huído, le dijo a su chofer que se iría por su cuenta, ahora no estaba en su casa y no respondía las llamadas.