Tu asistente.. Tu vida.

¡Yo no te lo autorizo!.

El juicio a sido más que exitoso, se obtuvo más de lo que se pensó, aún así, para Asami Ryuichi... Takahashi Takahiro y Usami Akihiko, no era suficiente.

La justicia en realidad no llega a sus corazones cuando las consecuencias siguen ahí. Mientras la situación de Misaki no se resuelva, ninguno de ellos podrá respirar en calma otra vez.

Ahora sólo queda esperar la mejoría de Misaki y el término del embarazo, eso y encargarse de ir tras la madre de Akihiko, una mujer dañina y manipuladora que a hecho de todo para elevar su capital y que participó directamente en provocar el aborto en Takahiro.

La mujer ha cometido fraudes y también estafas, sobre todo en los últimos dos años, es un caso mediático y que Asami Ryuichi personalmente llevaría hasta las últimas consecuencias.

En el hospital Hokuto, el carismático estilista hace su llegada escandalosa para visitar a su cliente más querido.

Takahashi Misaki.. De solo verle en esa condición se le rompía el corazón. Le había tomado mucho cariño a ese pequeño chico.

-Misaki, mi precioso, buenas tardes mi solecito- Roberto se preocupa en primer lugar de acomodar toda su utilería sobre la mesita a un costado de la camilla, una enfermera entra junto a él, sólo para cambiar el catéter intravenoso, deben evitar las infecciones así que las cambian a menudo, sobre todo porque las venas de Misaki estaban muy sensibles al constante paso de la aguja y medicamentos. Cuando la jovencita acomoda todo para que él pueda lavarle el cabello, se retira dejándole a solas con el durmiente.

Roberto pone algo de música con un pequeño parlante a volumen moderado.

(Dear or alive- You spin me round).

Mientras canta y agita el trasero, Roberto se encargaría no sólo del cabello suavecito de Misaki, sino también de cortar y limar sus uñas, humectar la piel de su rostro, entre otros detallitos, (permitidos por Asami), para verle siempre lindo.

Hace todo con dedicación, cuando ve que el resultado le satisface, detiene la música de estilo rítmica por una más calma.

(Eagles- Hotel california).

Se sienta junto a Misaki y tomando su mano comienza con el chisme infaltable.

-Mi vida, ese par de hombres buenotes tienen tu habitación hecha un jardín de florecitas- Roberto mira todo a su alrededor con una sonrisita- Sólo faltan un par de avesillas y parecería un cuento mi vida, porque a la bella princesa ya la tenemos aquí- Sonríe triste viendo el rostro siempre sereno de Misaki, no hay expresión ni gestos, sólo un semblante tranquilo y un par de ojos que sabe son hermosos, pero que están cubiertos por los párpados cerrados- Sabes.. Ayer me solté el cabello me vestí de reina, me puse stilettos, me pinté y era bello- Se carcajea dándose ánimos a si mismo, él se siente responsable de darle buenas vibras a Misaki, pues tiene muy presente que las demás visitas son deprimentes sin quererlo. Algo inevitable cuando todos sufren tanto con lo que ven- Bueno, me puse diva cariño, salí de cacería y conocí a un papucho así como el tuyo.. Ok..- Se ríe negando y llevando el dorso de su mano a su frente- Como Asami Ryuichi jamás, ¿De qué estoy hablando?, ¡Ese hombre es un jodido pecado imposible!, pero bueno.. A caballo regalado no se le mira la dentadura ternurita, son tiempos difíciles y la abstinencia es dura, muy dura- Sonríe pícaro- El asunto es que cuando estábamos en pleno momento pasional, tú entiendes, el sucio y delicioso acto, ¡Ese tipo tenía una espada sin filo!.. No sabía usarla y aparte de todo, cuando terminó, cabe decir en unos tristes tres minutos, ¡Me dijo que yo era el amor de su vida!, que quería algo serio, que habíamos conectado de una manera especial, ¿Puedes creerlo?, pff conectado.. Si claro, si la "conexión" hubiera durado un poco más hubiera sido feliz, pero ya que.. Ay mi vida- Acaricia la mejilla insusualmente pálida de Misaki- Es ahora cuando tú me dirías..