Quién lo diría.. Nuevamente en ese lugar.
Asami Ryuichi no era un patán.. ¡Era un maldito explotador y un tirano!.
-Misaki, deja lo que estás haciendo, Asami san me pidió que te delegara el orden y la entrega de la propuesta y los estatutos, debe tenerlos a las doce en punto en la sala de juntas de la corporación suv. Yo de tí me apresuraría, son las 10.00-
-¿Q..Que?, pero Astrid san, ésto es trabajo de horas, incluso un día, ¿Cómo es que..-
-Misaki, si vas a perder el tiempo quejándote, entonces te digo que desde ya dejes éste trabajo-
-¡N..No!.. Lo haré, lo tendré a tiempo- Misaki ordenó atropelládamente los centenares de papeles, con temblores en sus manos.
-Cómo digas- Sizeó la asistente con desprecio para después retirarse a sus propios asuntos.
Ese chico le desagradaba mucho más de lo que podía tolerar, ella era la única asistente que había dado la talla con Asami Ryuichi y Misaki ciertamente era un peligro.
Llevaba años ahí, trabajando perfecta y servil.. En más de un sentido.
Sabía que ese chico con aspecto algo infantil era nada a la vista de su jefe.. Inicialmente, era hombre y a su jefe le gustaban las mujeres.. Quizá no tenía de qué preocuparse, estaba siendo absurda y exagerada.
Son las once con treinta y cinco minutos.. Misaki está a nada de colapsar, le pesa no solo la exigencia de su labor, sino el denso mirar de la mujer tan impecable. Sin verla directamente puede saber de la sorna en sus ojos hacía su estresada persona.. ¿Por qué era así?
-Es una pena Misaki, solo demostraste que Asami san tenía razón ésta mañana cuando le serviste un café expreso simple en vez de un doble.. Eres un incompetente- La asistente soltó veneno desde la punta de su lengua.
-No, eso no es así Astrid san.. Estoy listo-
-¿Qué?.. Pero eso es.. ¿Hablas enserio?.. De igual manera no llegarás, Arthur dijo que saldría de aquí a las 11.30 con las demás cosas, ¿Acaso no lo escuchaste?-
-Si, y no me iré con Arthur sama, llamé un taxi-
-¿Un taxi? ¿Lo pagarás tú?, Asami san tiene extrictamente prohibido ocupar servicios externos, es un tema de confidencialidad y confianza, tú..-
-Estoy seguro que Asami san está más preocupado de tener éstos papeles que por lo que veo tratan todos los temas de la junta.. Y no.. Él pagará ese taxi, eso se lo aseguro yo, con permiso Astrid san-
Luego de dejar a la rabiosa mujer mordiéndose la lengua viperina, Misaki corrió a la velocidad de la luz.. O al menos así lo sentía él mientras volaba hasta el taxi que lo esperaba en la entrada del edificio.
Eran las 11.56 cuando llegó a la corporación suv, al entrar la recepcionista le dejó seguir sin alcanzar a decir nada, de solo ver su credencial, sabía que no podía detenerle el paso.
Era un asistente de Asami Ryuichi, ese atractivo y malvado hombre.
Misaki finalmente estaba fuera de la sala de juntas. Con tres toques en la puerta de vidrio, la asistente al interior de la sala le dió el paso.
Misaki vio el reloj de pared notando que eran exactamente las doce en punto. Enfrentó a su jefe a los ojos con el orgullo muy en alto y una preciosa sonrisa del triunfo.. Esa sonrisita se diluye cuando Misaki apenas soporta el burlesco rostro de su "querido jefesito".
-Buenas tardes, Asami san, traje los papeles que necesitará en la junta, están en el orden y en la hora que requirió-
-Asami, que malo eres- Interrumpió Mikhail entre risas- ¿Por qué le pediste esos papeles a ese chico si ya Astrid te los había entregado con anterioridad?-
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Tu asistente.. Tu vida.
Fanfiction(Asami/Misaki) Inhala.. Exhala.. Tú puedes Misaki, necesitas éste trabajo. -Takahashi Misaki.. Asami san le espera en su oficina, acompáñeme por favor.- Porque ese día no solo conocería a un tirano y explotador.. Si no quizá a algo mucho más importa...