Tu asistente.. Tu vida.

Noche oscura

¡Rayos!.

Misaki solo cierra sus ojos, siente sus lágrimas recorrer sus pómulos, mojar sus oídos y finalizar su camino en sus ya húmedos cabellos.

Aquel sujeto había comenzado a invadir su cuerpo.. Ese ególatra.. Le susurra cosas y besa sus lágrimas asumiendo que eran de placer.

-Takahashi ¿Estás bien?-

¿Qué pregunta era esa? ¿Qué podía responder?.

"¡Oh claro!.. Solo estoy llorando de felicidad"

¡No tenía nada que ver con que una gran espada.. Una "mandoble" como la que usaba Willian Wallace fuera ingresada en su virgen durazno!

¡¿Por qué ese tipo tenía que ser tan grande?!. Sentía un dolor casi intolerable, apenas podía respirar con normalidad, su virginidad se perdía en las manos de un déspota, alguien a quién no le importaba más que para saciar su curiosidad.

Pero.. Debía cumplir su parte, ya después vería que hacer con su difunto trasero.

-E..Estoy bien-

-¿Te gusta? ¿Puedo empezar a moverme?-

¡Ugh!, ¡Ese tipo era de lo peor!.

-Hágalo-

Los dedos en sus caderas se enterraron aún más en su piel, la ronca voz de ese hombre le erizaba aunque no fuera su intención sentirse así.

"Eres tan estrecho.. Eres tan delicioso.. Eres perfecto..". Escuchaba entre jadeos.

Dolía.. Dolía tanto.

Además.. ¿Cuando es que supuestamente llegaba el famoso momento en que lo disfrutaría?. Por más que ese tipo le tocaba, acariciaba y mordía.. Nada de eso servía si abajo sentía que todo ardía hasta morir.

Solo puede apretar los dientes y las sábanas entre sus manos, implorando que acabara pronto.

La cama bajo su cuerpo se removía algo inquieta en cada empuje. Asami abrió más sus piernas apegando su cuerpo a él.

El calor de ese hombre y su aroma eran arrebatadores, nunca lo negaría.. Asami Ryuichi es atrapante y magnético. Lástima que fuera un desgraciado sin alma, lástima que todo eso fuera solo un frívolo trato.

Las lamidas en su cuello, el tacto más cercano y la penetración que llegaba a un punto que le hizo gemir de manera extraña, dio paso al dichoso placer.

Sus manos afianzadas a las sábanas se fueron inevitablemente a la espalda de Asami, su cuerpo se arqueaba y de su boca salían ruidos vergonzosos que no quería dejar escapar.

-Takahashi..-

No quería disfrutar así de eso.. Misaki quería morir de vergüenza, se sentía sucio gimiendo de esa manera, apegando con sus piernas el perfecto cuerpo de aquel arrogante a él, moviendo su emocionada cadera al ritmo impuesto sobre su cuerpo.. Era denigrante.

-Mírame..- Asami había tomado su rostro en un impulso, fijó sus perdidos ojos en él.. Vio sus labios.. Le besó de manera tal, que se perdió por un momento de todo.

¿Así que así era tener sexo?.

Dolía muchísimo al principio, luego a pesar del dolor se sentía mucho gozo, y casi llegando al final, se percibían deliciosas cosquillas, la tensión vigorizante en su estómago, la sucia necesidad de que el hombre sobre su cuerpo entrara duro en él.

Se sentía bien físicamente, pero por dentro solo había vacío.

El acto terminó placentero, aún así, Misaki se sentía de lo peor. No lloraría.. No tenía derecho, él había aceptado ese impúdico acto sin sentimientos.

Aquel hombre se había rendido en su cuello, le sentía errático y olorosánsole, sus manos acariciaban sus caderas gentilmente ¿Cómo mimándole?. No, él no tenía derecho a tocarle así, como si le importara un poco.

-Asami san.. Quítese por favor.. Cumplí mi parte.. El dinero- Misaki pide aún ahogado, siente la tensión en su jefe, y el como le vio con, ¿Decepción quizá?. Daba igual.. Que pensara lo que quisiera.

-Dame un segundo Takahashi- Asami salió con lentitud de él, viendo con algo de curiosidad y molestia en aquel punto dónde ambos estaban unidos.

-Ya.. D..Deje de verme, es suficiente-

-Takahashi, ¿Dime que no fuiste tan estúpido como para hacer ésto siendo virgen?, ¿No tenías experiencia?- Asami notaba los restos de sangre en el delicado lugar.

-¡E..Eso.. Eso no es asunto suyo!.. No me salga ahora con excusas para no cumplir con su parte-

-Mocoso ¿Cómo puedes ser tan descuidado?, pude herirte seriamente, ve a darte un baño, llamaré un médico para que te revise-

-No.. El dinero-

-He dicho que vayas a darte un baño, el dinero estará depositado para cuando estés listo.. Estúpido-

¿Pero qué le pasaba a ese tipo?, ¿Acaso le importaba su virginidad?, ¡Era un cínico! ¿Con qué moral luego de lo que le propuso?.

En fin.. Ya estaba hecho, debía darse un baño y contactarse con el médico de su hermano, debía confirmar que el dinero ya no sería un problema de ahí en adelante.

Con paciencia esperó hasta que el galeno llegara a revisarle, la verdad le ardía mucho, y no estaba demás que le viera.

Cuando le escuchó llegar, Asami Ryuichi había dado un par de toques en la puerta, él salió de su escondite, saludó con bastante pena al médico que le veía con preocupación.

Al final, solo había tenido un pequeño desgarro que se sanaría con el pasar de los días, y algunos medicamentos.

El hombre se había ido dejándole a solas nuevamente con Asami Ryuichi.

Era.. Tan incómodo.. ¿Cómo iba a trabajar para él después de lo que hicieron?.

-Takahashi, me encargaré de que te lleven a tu casa, empezarás a trabajar como mi asistente la próxima semana, eso es todo-

-No, mañana mismo empezaré, necesito trabajar-

-Dije que no-

-Y yo insisto, ese lugar es un caos, hicimos un trato, cumplí mi primera parte, mañana comenzaré con la segunda, seré su asistente y pondré todo en orden-

-Asami san, buenas noches, vine por Takahashi-

-Bueno- Misaki tomó sus pertenencias- Creo que eso es todo, hasta mañana Asami san-

-Después no digas que no te lo advertí, no quiero quejas mañana-

-No las tendrá-

Cuando al fin Misaki desapareció de su vista, Asami había soltado el aire pesadamente..

Ese chiquillo estúpido.. Lo peor de todo es que había disfrutado demasiado el sexo a pesar de que él hizo todo.

Ese chico no se había movido de su lugar, con suerte y casi al final le tocó la espalda y cooperó con sus caderas.

Takahashi Misaki.. No se había esforzado en el sexo compartido, no puso de su parte en complacerlo como le a sucedido en otras experiencias, y aún así.. Había sido muy reconfortante.

Ese mocoso.. Era virgen.. ¿Pero cómo no lo notó si era obvio?. Como fuera, ya estaba hecho, no iba a culparse por algo que era responsabilidad de aquel muchacho estúpido.

Al final había saciado su curiosidad.. Y le había gustado mucho.

¿Quien lo diría?.. Le iban los mocosos que le enfrentaban, vestían de pollo y le humillaban en público.

Era todo, ahora con sus ansias siendo cubiertas, iría al día siguiente a trabajar con tranquilidad, ese mocoso difícilmente le volvería a desafiar, y lo mejor de todo, tendría un asistente capaz y eficiente.

Ojala todo en la vida fuese tan fácil como Asami Ryuichi pensaba.

La realidad era muy distinta..