2. Aún es una niña

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NOAH

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NOAH

Le debía la vida a aquella mujer, pero lo que me estaba pidiendo era de locos.

—Me estás jodiendo. No puedes estar hablando en serio —dije volviéndome y pasándome la mano por el pelo con frustración. Cuando dirigí la mirada de nuevo hacia la rubia y vi que no sonreía, entendí que hablaba muy en serio—. María, no puedes meternos aquí a una niña —protesté. No podía siquiera imaginarlo.

—Noah... —me advirtió. Me apreté el puente de la nariz y resoplé—. Para empezar, no es una niña, ya te he dicho que en tres meses cumplirá la mayoría de edad.

—Aún es una niña —recalqué. La rubia me miró con desaprobación y suspiró.

—Noah, tú has estado interno y sabes lo que es eso. ¿Quieres que ella tenga que pasar por esa experiencia? —dijo poniendo las manos sobre sus caderas. Aquello había sido un golpe bajo, era algo que María solía hacer a menudo.

—No me importa, no es culpa mía que sea una menor. La ley sabe lo que le conviene.

—Noah, por el amor de Dios, ¿te estás oyendo?

Sí, desgraciadamente sí que me oía. Viví gran parte de mi infancia en un internado donde lo pasé verdaderamente mal, pero había logrado sobreponerme y conseguir una vida mejor, estaba cursando una carrera importante y tenía el futuro casi garantizado. No podía meter a una niña y arriesgarme a que destrozase todo aquello por lo que tanto había luchado. De ninguna manera.

—He dicho que no.

—Acaba de perderlo todo —dijo apelando a la compasión. Esa mujer sabía bien cómo doblegarme—. No puede pasar por un internado después de todo lo que ha sufrido —su voz sonaba realmente triste, pero yo mantuve mi expresión seria, aunque lo cierto es que me costó no darme por vencido. Lástima que finalmente cedí, su capacidad de persuasión era demasiado eficaz—. ¿Qué ha pasado con el muchacho que quería estudiar medicina para ayudar a todo el mundo? Tienes la oportunidad de ayudar a alguien que realmente lo necesita, ¿y vas a mirar hacia otro lado?

—Solo hasta que cumpla los dieciocho; en cuanto sea mayor de edad, estará de patitas en la calle —dije hosco. Acababa de tirarlo todo por la borda—. ¿Qué le pasó? —pregunté esperando escuchar una verdadera tragedia por la cual realmente valiese la pena arriesgarse, pero las palabras de la rubia no fueron las que yo esperaba.

—Lo único que tienes que saber es que lo ha pasado muy mal, lo ha perdido todo de la noche a la mañana, y no es algo que podrá superar fácilmente. Así que espero que la ayudéis en todo y que seáis muy buenos con ella. Mañana verás, la muchacha es un amor —añadió con voz maternal mientras se colgaba el bolso.

—¿A dónde vas? Tienes que decírselo a los chicos.

—Te dejo esa tarea —dijo la rubia divertida antes de salir del piso.

Perfecta [✔️] [Perfectos #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora