CASANDRA
No lo pensé demasiado antes de arrastrar a Marco dentro de mi habitación, tan solo quería evitar un conflicto porque, desde que escuché los gritos de Noah, tuve claro que habría pelea. Había demasiada tensión entre ellos y estaba convencida de que en cualquier momento volverían a liarse golpes. Aun así, hice todo lo posible por evitarlo.
—Vaya —musitó el italiano admirando mi habitación—. No pensé estar aquí tan pronto —añadió con una dulce risa. Rodé los ojos y me acerqué a Lucky; desde que había llegado no había alejado mi mano de él en ningún momento, salvo en el momento ardiente con Noah. Aún lo estaba procesando—. Coño, un perro —exclamó Marco arrodillándose a mi lado y rascándole la panza al animal, este se puso boca arriba. Estaba claro que Marco le agradaba.
—Lo encontré esta mañana —musité—. Se llama Lucky.
—Buah, que maravilla, me encantan los perros —aquello me había quedado claro al ver cómo el animal cedía a sus encantos y se mostraba cariñoso—. ¿Noah te deja quedártelo? —cuestiono con sorpresa y abrió la boca cuando asentí—. ¿En serio? ¿Por qué? Quiero decir, Noah no quería animales aquí dentro...
—Lucky le gruñó —me encogí de brazos con una ligera sonrisa y deslicé el dorso de la mano por el lomo de pelaje dorado. Marco me miró incrédulo y frunció el ceño.
—Dicen que los perros detectan a las malas persona —murmuró.
—No creo que Noah sea una mala persona —repliqué con una ligera sonrisa. Noah podía ser un completo capullo, pero no era un mal chico, intentaba hacer las cosas bien, aunque a veces todo quedaba en el intento.
—Aún no sabes nada de él, ya cambiarás de opinión —dijo chasqueando la lengua.
Los intentos de Marco para ponerme en contra de Noah eran de lo más tedioso, ¿no podíamos llevarnos todos bien?
—Lo dudo mucho —suspiré mientras me dejaba caer en la cama—. No importa lo que haya hecho, todos cometemos errores.
Me tensé al sentir cómo el colchón se hundía bajo el peso de Marco. Volví la vista hacia él y forcé una sonrisa.
—Me gusta tu sudadera —comentó al darse cuenta de que la conversación anterior era un tema perdido.
Bajé la vista y puse una mueca. Nada más salir Noah de mi habitación me puse la prenda más ancha que tenía, como si eso borrarse el hecho de que Noah me había tocado, pero aún podía sentir las cosquillas que sus manos produjeron en mi estómago.
—Gracias.
Con Marco no me sentía cómoda, de hecho, me estaba abofeteando mentalmente por haberle metido en mi habitación.
—¿Qué le pasa al espejo? —preguntó con una ceja alzada mientras se ponía en pie.
¿Qué podía responder a eso? ¿Qué me daba tanto asco mi cuerpo que decidí tapar el espejo para no verme? ¿Y qué me mirase del mismo modo que lo hacía Noah? Ni en broma.
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Perfecta [✔️] [Perfectos #1]
Teen FictionCasandra nunca debió entrar en el juego de aquellos chicos; no tuvo elección, pero enamorarse de Noah, fue cosa suya. Tras el asesinato de su madre, para Casandra no fue fácil asumir la nueva vida que le esperaba. Iba a comenzar la universidad y ten...