CASANDRACreo que aquella noche no pudo ser más horrible. No sabría por dónde empezar a describir aquella pesadilla. Lo cierto es que no tenía nada que ver con el hecho de cenar en una pizzería, aunque estaba convencida de que había sido cosa de Noah, y eso era lo que más me fastidiaba. Aquel muchacho se había propuesto joderme la existencia.
Necesitaba hablar con María sobre mi futuro, estaba preocupada y necesitaba hablar con un adulto, pero a ella no le importó, en lugar de responder a mis llamadas, pensó que sería más divertido cenar todos juntos. Obviando todo esto, la cena empezó de forma llevadera, hasta que le tiré la primera puya a Noah; no debí haber comentado nada sobre su coche. Aquello fue extraño, pensé que me delataría, estaba deseando librarse de mí y tenía la oportunidad perfecta, pero no lo hizo y aquello me dejó completamente descolocada.
Hasta ahí la cosa iba bastante bien, hasta que acabé siendo el tema de conversación, entonces se torció todo.
—Siempre has sido una chica muy callada —comentó María con voz maternal. Ella siempre era muy agradable y aquellas pequeñas cosas le salían de forma natural. Sonreí confirmando aquello que acababa de decir, porque lo cierto era que no le faltaba razón—. Cuando eras pequeña te quejabas porque no tenías amigos, y yo te decía: «Tienes que dejar de ser tan vergonzosa; los demás niños no te van a comer». ¿Te acuerdas? —añadió junto a una dulce risa. Sí que me acordaba; también se lo decía a mi madre porque no sabía cómo hacer amigos. Era tímida, el rechazo me había llevado a serlo. Sentí los ojos húmedos, pensar en mamá me traía demasiada tristeza.
—Mi madre decía lo mismo —musité sonriente; incluso muerta, ella era la causa de mis sonrisas, y ya no podría verme sonreír nunca más. Aquello dolía. Dios, cuánto dolía.
—Sí, a tu madre le preocupaba que no tuvieras amigos.
Asentí. Mamá siempre me ayudaba y se preocupaba por mí. Ya que no podía protegerme en casa, intentaba que fuera de esta estuviese lo mejor posible, pero cuando no estás seguro en el que se supone que es tu refugio, no puedes sentirte a salvo en ningún lugar. Para mí, mi único refugio era ella, a pesar de que no podía protegerme y de que la había visto ser débil. Con ella me sentía segura, una sensación que nunca más volvería a experimentar. O eso creía.
—Bueno, ahora nos tienes a nosotros —musitó Noah con una sonrisa compasiva. Por segunda vez en la noche me tomaba desprevenida y me causaba desconcierto. Abrí los ojos y enseguida fui consciente de cómo caía la primera lágrima.
¿Lo había dicho en serio? ¿Por fin tenía amigos? A mamá le hubiese encantado escuchar aquello, pero nunca podría contárselo. Nunca más podría oírme y yo no podría escuchar su voz o su suave risa. Aquello me mataba.
—Disculpadme un momento —musité al borde del llanto antes de salir corriendo del local. No quería montar una escena, pero no podía fingir que todo estaba bien, era imposible.
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Perfecta [✔️] [Perfectos #1]
Ficção AdolescenteCasandra nunca debió entrar en el juego de aquellos chicos; no tuvo elección, pero enamorarse de Noah, fue cosa suya. Tras el asesinato de su madre, para Casandra no fue fácil asumir la nueva vida que le esperaba. Iba a comenzar la universidad y ten...