CASANDRA
La mano de Noah aferrando mi brazo con fuerza me hizo sentir puro terror. Estábamos jugándonos la vida y, aun así, tenía que quedar por encima; él y su maldito orgullo.
Quise creer que Marco era bueno y que sería incapaz de hacernos daño, pero sabía que eso no era cierto, no estaba dispuesto a entrar en razón. Estaba dolido, y era por mi culpa.
Los labios de Noah me tomaron por sorpresa. Fue algo sumamente estúpido, la mayor estupidez que había cometido en su vida, y estoy convencida de que había cometido muchas a lo largo de esta.
Pero he de admitir que fue de lo más reconfortante, no imaginaba mejor manera de morir que fundida en un beso con la persona que había logrado robarme el corazón.
Sus labios eran aterciopelados y cálidos, sus movimientos eran suaves, aunque nerviosos, y sus manos fueron firmes a sujetarme por la cintura.
Un grito de fondo me hizo separar mi boca de la suya, pero apenas un segundo después, sus labios volvían a estar ejerciendo posesión sobre los míos. No sabía si estaba provocando a Marco, o si tan solo quería disfrutar de un último beso.
El clic me hizo jadear, el arma estaba cargada. Mi corazón iba a mil. No tenía miedo de morir, pensaba que debí haber muerto mucho antes; temía por Noah, porque el mundo estaba a punto de perder algo muy valioso. Noah era alguien que estaba destinado a hacer grandes cosas, y estaba siendo apuntado por un arma.
Un segundo grito de frustración me hizo entrar en razón. No iba a seguirle el juego a Noah. Tenía el poder de persuadir a Marco y, quizá así tuviésemos una oportunidad.
Empujé con fuerza al muchacho de los ojos azules y me aparté un par de metros, él me miró confuso y apretó los labios consternado.
Aparté la mirada y negué, después me volví hacia el italiano, quien me observaba con atención. Estiré la mano y gemí al ver que la tenía cubierta de sangre y recordar que pertenecía a Lucky. Alejé ese pensamiento de mi mente para centrarme en no dar pasos en falso mientras me acercaba a Marco con la mano extendida.
—Vámonos a casa y olvidemos lo que ha pasado —rogué. Eso no sería así, pero era la única manera que se me ocurría para ganar algo de tiempo; era una mentira justificada.
Marco dudó. Él no estaba bien, y eso lo volvía peligroso. ¿Le creía capaz de disparar? Sí.
Estaba apuntando a Noah con el arma mientras miraba mi mano titubeante. Tragué con dificultad y resistí volver el rostro al escuchar un ruido.
—¡Quieto! —ordenó el italiano sin mover el arma. Me volví con el corazón en un puño y observé por primera vez al tal Clyde a la cara. Tenía en las manos la mochila que había traído Noah y se alejaba discretamente hacia la puerta, aunque no logró pasar desapercibido.
—Ya la tienes —dijo este con una ligera risa. Al parecer, que Marco tuviese una pistola también le había tomado por sorpresa. Volví la vista al frente para ver cómo la nuez del italiano se movía, por un momento creí haberle escuchado tragar. Después asintió y dirigió el arma hacia mí. Apuntaba directamente a mi boca. Recogí la mano muda, podía escuchar cómo el corazón me bombeaba en los oídos. Cerré los ojos con fuerza, preparándome para lo que venía.
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Perfecta [✔️] [Perfectos #1]
Teen FictionCasandra nunca debió entrar en el juego de aquellos chicos; no tuvo elección, pero enamorarse de Noah, fue cosa suya. Tras el asesinato de su madre, para Casandra no fue fácil asumir la nueva vida que le esperaba. Iba a comenzar la universidad y ten...