NOAH
Calor.
Me despertó una sensación demasiado cálida en el pecho; era algo un tanto asfixiante, pero se sentía bien. Un suspiro abandonó mis labios y en estos se extendió una ancha sonrisa cuando abrí los ojos y vi el rostro de Casandra. Ella aún dormía, y yo no sabía en qué momento se había vuelto hacia mí, pero agradecía haber despertado con esa imagen, no se me ocurre un mejor despertar. Ella estaba profundamente dormida, sus espesas pestañas creaban una ligera sombra sobre sus pómulos, y sus labios estaban entreabiertos. Transmitía mucha paz, ella siempre aparentaba calma dentro del caos absoluto.
Le retiré un mechón tras la oreja y, con cuidado de no despertarla, le di un suave beso en la frente. Aquello era muy surrealista, aún no terminaba de creerlo, ¿cómo habíamos acabado así?
Aproveché el momento para admirar a la muchacha de cerca, ella era muy bonita, era el tipo de chica que ves pasar y tiene ese algo que llama tu atención y, aunque no sabes de qué se trata, la quieres conocer.
No sabría decir el momento exacto en el que Casandra captó mi atención, supongo que fueron los pequeños detalles los que causaron mi interés.
Lo cierto es que ella había cambiado, ya no era la niña asustada del primer día, pero su mirada seguía siendo igual o incluso más triste.
En eso estaba pensando la noche anterior cuando cerró los ojos y me dijo que le gustaba. No supe qué decir, durante unos segundos estuve dilucidando si había dicho aquello de verdad, o si yo tan solo yo había escuchado lo que quería oír. Finalmente asumí que había dicho eso por culpa del alcohol o por venganza hacia Marco. Ella lo había dejado muy claro, yo no era una opción.
Pero no parecía pensar eso cuando me besó.
Una de las mejores cualidades de Casandra era su transparencia, ella era el tipo de persona demasiado buena como para ocultar algo. Y aquello me hizo ilusión, ella realmente sentía algo por mí, lo decían su corazón acelerado y su respiración agitada.
—Buenos días —gruñó con los ojos aún cerrados mientras remoloneaba y se pegaba de nuevo a mi pecho, aquello me provocó una sonrisa.
—Buenos días —susurré. Le di un beso en la coronilla y observé embelesado cómo ella se incorporaba, agitando pelo, y se apoyaba con ambas manos en mi pecho para luego bajar la cabeza y apoyar también el mentón. Sonreí tontamente—. Vaya, que buena cara tienes, debes haber dormido bien.
—Demasiado —admitió con una sutil sonrisa. Deslizó el dedo sobre mi camiseta y rio—. Tu compañía es muy agradable cuando no te comportas como un capullo.
—Yo no me comporto como un capullo —repliqué. Ella alzó las cejas, poniendo en duda lo que acababa de decir, y negó—. Solo actúo como un capullo cuando me das razones para hacerlo —me excusé. Aquello la hizo reír a carcajada limpia.
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Perfecta [✔️] [Perfectos #1]
Novela JuvenilCasandra nunca debió entrar en el juego de aquellos chicos; no tuvo elección, pero enamorarse de Noah, fue cosa suya. Tras el asesinato de su madre, para Casandra no fue fácil asumir la nueva vida que le esperaba. Iba a comenzar la universidad y ten...