🌕Capítulo 28: Jamás

2.6K 309 234
                                    

Matías

Había pasado una semana del cumpleaños de mi tía Margaret. A pesar de que juré no volver a Yogosky por ningún motivo, mucho menos visitar la tumba de ella porque el solo pensarlo me hacía sentir culpable y muy mal; estaba aquí, en la ciudad donde crecí, con un ramo de rosas blancas enfrente de su tumba.

No fue fácil aceptar acompañar a mi hermano a venir aquí, pero creí que era necesario hacerlo, más que nada porque Jack quería decir enfrente de las tumbas de mis padres y de ella que muy pronto alguien se iba a sumar a la familia. Sí, América está embarazada.

La noticia fue sorpresiva para mí como lo fue para ellos. Cuando me lo dijeron, en sus ojos había una inmensa ilusión que me puso tan feliz. Sin embargo, ahora que estaba enfrente de la tumba de mi tía, la preocupación y el miedo se hicieron presentes.

Y ¿si ellos los encuentran y los matan al igual que ella por mi culpa? ¿Por encontrarme a mí?

Yo era una bomba de tiempo. Por lo que pedía que las tres semanas que faltaban para salir de la preparatoria fueran rápidas, y así poder irme a Californication. Lejos de mi familia para no seguir exponiéndolos al peligro que yo poseo.

—No permitiré que les pase a ellos lo mismo que a ti. Lo prometo tía—susurré y una lágrima resbaló por mi mejilla—y espero que donde sea que estés, puedas perdonarme.

Sin más, me alejé de su tumba y me dirigí a la de mis padres, donde un emocionado Jack les contaba la gran noticia, como si ellos estuvieran enfrente de él y no bajo tierra. Sonreí y me acerqué a ellos.

***

Al regresar a la ciudad, fui al departamento de Silas. Habíamos quedado de ver la película de Ghostbusters la cual saldría en la televisión, mientras comíamos palomitas o pizza. Lo importante era pasar tiempo juntos y sobretodo solos. Algo que desde hace dos semanas ya no había sido posible.

Las tareas, trabajos atrasados y los exámenes me tenían bastante ocupado como para pasar tiempo con él. Además, las veces que iba a su departamento me encontraba con Cori. No me malentiendas, hablar con Cori era genial, siempre había cosas interesantes de que hablar con ella, y tener su compañía era buena. Me cae muy bien, además de que es gracioso ver cómo se pelea con Silas. Parecen niños chiquitos.

Le tengo confianza y aunque ve lo mío con Silas como algo de lo más normal, como si se tratara de un hombre y una mujer (algo que me es irreal todavía que exista alguien que lo vea así); no me gusta que Silas me bese ante los ojos de ella. Me hace sentir incómodo porque pienso que al besarlo, Cori soltará un comentario como "Qué asco" "Es anormal". Mi mente juega en mi contra todo el tiempo, ya que sé que ella no haría eso. Al menos hasta el momento, me ha demostrado que no es esa clase de persona.

Eso no quiere decir que al ir a su departamento, ella estuviera todo el tiempo porque no. Teníamos nuestros momentos a solas. No obstante, eran muy breves debido a que Silas me había pedido que llegara temprano a mi casa y no estuviera en las calles de noche.

Se había enterado que Los Tenebris andaban buscando alguna pista sobre mí por las noches en toda la ciudad, por lo que corría peligro; a pesar de tener puesto ese collar que me dio.

Toqué la puerta de su departamento y Silas me recibió con una gran sonrisa. Me dejó pasar y al cerrar la puerta me tomó de las mejillas; y me dio un beso que gustoso acepté.

—Te extrañé.

—Pero si nos vimos ayer— arrugué la frente y le sonreí.

Se encogió de hombros. —Lo sé, pero te extrañé.

Mi Novio Es Un Brujo (Warlock) /Gay ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora