🌕Capítulo 49: Simplemente amor

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Silas

Cuando desperté, nuestras piernas estaban entrelazadas, su espalda desnuda recargada en mi pecho y mi brazo rodeaba su cintura. Alcé la mirada a la ventana que estaba arriba de nuestra cama y me di cuenta que no faltaba mucho para que ocurriera el ocaso.

Mi vista regresó en dirección a Matías quien plácidamente dormía entre mis brazos. Como amo verlo dormir, se ve tan hermoso y tan perfecto que a veces no puedo creer que sea merecedor de su amor y cariño. Lo amo tanto.

Acerqué mi rostro a su cuello, aspiré su aroma y empecé a besar esa parte de su piel delicadamente mientras acariciaba su abdomen. Poco a poco comenzó a moverse, pero sin abrir los ojos. Mis besos subieron al lóbulo de su oreja, y le di una lamida para después darle una pequeña mordida.

Soltó un jadeo.

—Despierta, hermoso— le susurré en el oído y de su boca salió un pequeño quejido. — Ya falta como media hora para que el Sol se esconda, es momento de levantarse.

Con su mano izquierda se frotó un ojo y con un bostezo, abrió los ojos.

— ¿Cuánto dices que falta? — preguntó todavía adormilado.

—Como media hora — respondí y antes de que se diera cuenta, ya sabía qué reacción haría.

Siguió frotando sus ojos, para enfocar su vista, cuando algo hizo clic en su cabeza y despertó completamente. —¿Dijiste media hora! —. Asustado vio el reloj que había en la mesita de al lado. — Mierda ¡se nos hace tarde!

Rápidamente se levantó de la cama dándome una buena vista de su cuerpo desnudo, y sin decirme nada más, se fue al baño a ducharse.

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al verlo tan animado. Hoy iríamos a Clovek.

Después de la ceremonia, pedí unos días libres en mi trabajo y él unas vacaciones a sus estudios de magia con Jules y el entrenamiento con los Magnifiques; con el propósito de pasar unos días juntos para celebrar que habíamos unido nuestras almas visitando algunos lugares populares y maravillosos de Demerth.

Al regresar a nuestra cabaña— ya que habíamos decidido que él se iría a vivir conmigo — al tener todavía unos días libres, Matías decidió que era momento de visitar a su hermano.

Le mandó una carta avisándole y en poco tiempo recibió una respuesta de él, quien felizmente lo esperaba en su casa.

Quedaron de acuerdo en el día en que llegaría y ese día es hoy. Para ser sincero, no pensé que Matías quisiera que fuera con él, puesto que sabía de antemano que él todavía no está listo para decirle a su hermano que él y yo somos pareja. Algo que puedo entender perfectamente, los humanos tienen una mentalidad muy diferente a la nuestra. No podemos ir a la casa de Jack y presentarnos como pareja, así como así.

Por lo que me sorprendió cuando me preguntó si podía acompañarlo ya que no quería ir solo. La respuesta a esa pregunta fue afirmativa inmediatamente.

Sí, es una lástima que en los varios días que estemos en Clovek, tenga que fingir que sólo somos amigos, controlar mis impulsos de querer besarlo, abrazarlo y tocarlo; pero está bien, porque todo lo compensa el ver su rostro lleno de ilusión de saber que volverá a ver a su familia y la felicidad que eso le traerá.

Nos duchamos y nos vestimos. Cuando estuve listo, tomé las dos maletas que llevaríamos y las encogí para meterlas en el bolsillo de mi pantalón y así, no tener que estar cargando innecesariamente.

Por último, tomé la bolsa de regalo color rosa que había en la cama.

—No estés nervioso— le dije suavemente a Matías, para tranquilizarlo al ver cómo peinaba su cabello de un lado a otro, buscando un nuevo estilo. No obstante, al último se frustró y revolvió un poco su cabello volviendo a su estilo original.

Mi Novio Es Un Brujo (Warlock) /Gay ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora