Lunes, 08 de septiembre de 2014; Las 17:25.
Me duelen los pulmones y tengo el cuerpo entumecido desde que he cruzado la ciudad. He pasado de inspirar y espirar de manera ordenada a jadear y a resoplar sin control. Este es el momento en el que más disfruto, cuando cada centímetro de mi cuerpo se esfuerza por impulsarme hacia delante, y yo tengo que centrarme en dar la siguiente zancada y en nada más. La siguiente zancada. Nada más.
Nunca antes había venido hasta tan lejos. Normalmente doy la vuelta unas cuantas manzanas más atrás, tras recorrer dos kilómetros y medio. Pero hoy he continuado. A pesar del habitual sufrimiento que está padeciendo mi cuerpo en estos momentos, todavía no he conseguido dejar la mente en blanco. Sigo corriendo con la esperanza de que lo lograré, pero está costándome más tiempo que de costumbre. Lo único que me hace parar finalmente es pensar en que tengo que hacer el camino de vuelta a casa y en que casi no que queda agua.
Me detengo junto al camino de entrada de una casa, me apoyo en el buzón y abro el tapón de la botella. Me seco el sudor de la frente con el brazo, me llevo la botella a los labios y dejo caer las cuatro gotas que quedan en mi boca. Ya me he bebido toda una botella de agua mientras recorría Seúl. Por miedo a deshidratarme, decido hacer el camino de vuelta caminando en lugar de corriendo. Me parece que a EunJi no le haría mucha gracia enterarse de que corro hasta la extenuación. Ya se pone bastante nerviosa con el mero hecho de que salga solo a hacer ejercicio. Al emprender la marcha, una voz conocida me saluda desde detrás:
—¡Eh, hola!
Por si no tuviera el corazón suficientemente acelerado, al darme la vuelta muy despacio me encuentro a Jeon, con una hermosa sonrisa. Tiene el cabello mojado por el sudor y, al parecer, él también ha estado corriendo. Pestañeo, creyendo que se trata de un espejismo producido por el cansancio. Mi instinto me dice que eche a correr chillando, pero mi cuerpo desea envolverse con sus brazos brillantes y sudorosos. Mi cuerpo es un maldito traidor. Por suerte, aún no me he recuperado del trayecto que acabo de recorrer, de modo que Jeon no puede saber que mi respiración irregular se debe principalmente a que vuelvo a tenerlo ante mí.
—Hola —lo saludo entre un jadeo y otro.
Trato de no apartar la vista de su cara, pero no puedo evitar que los ojos se me vayan más debajo de su cuello. De modo que me miro los pies para tratar de obviar que solo lleva puestos unos pantalones cortos y unas zapatillas. La manera en que le cuelgan los pantalones de las caderas es motivo suficiente para que le perdone todas las cosas negativas que he sabido hoy sobre él. Que yo recuerde, nunca he sido uno de esos chicos que se derriten con las miradas de los chicos guapos. Me siento superficial. Patético. Tonto, incluso. Y un poco enfadado conmigo mismo por dejar que él tenga ese efecto sobre mí.
—¿Sueles salir a correr? —me pregunta Jeon con un codo apoyado sobre el buzón.
—Normalmente por la mañana —respondo—. Había olvidado el calor que hace por la tarde. —Intento volver a mirarlo a la cara, por lo que me pongo una mano sobre los ojos para protegerme del sol que brilla sobre su cabeza formando una especie de aureola. Menuda ironía. Jeon extiende la mano y me estremezco antes de ver que está ofreciéndome su botella de agua. Por el modo en que aprieta los labios para no reírse, diría que se ha dado cuenta de lo nervioso que estoy.
—Toma. —Me alcanza la botella medio vacía—. Pareces muy cansado.
En cualquier otra situación no habría aceptado el agua de un desconocido. Sobre todo, no habría aceptado el agua de personas que sé que no traen más que problemas, pero estoy sediento. Muy sediento. Cojo la botella de su mano, echo la cabeza hacia atrás y doy tres largos tragos. Me bebería el resto, pero no puedo agotar sus provisiones.
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𝔸𝕃 ℂℝ𝕌ℤ𝔸ℝ 𝕃𝔸 ℙ𝕌𝔼ℝ𝕋𝔸 ❦ 𝕂𝕆𝕆𝕂𝕄𝕀ℕ
Подростковая литература✰ 𝕊𝕀ℕ𝕆ℙ𝕊𝕀𝕊: Park Jimin, un chico de diecisiete años, ha pasado lo que lleva de vida, en su casa. Por extraño que le parezca ha aceptado las condiciones de su madre de recibir educación en casa y de no poseer artefactos tecnológicos como una te...
