Lunes, 10 de noviembre de 2014; Las 17:29.
Ambos cruzamos la puerta de la habitación del hotel como zombis. Ni siquiera recuerdo el trayecto desde el coche hasta aquí. Jeon se sienta en la cama y se descalza. Yo solo he avanzado unos pocos metros, justo hasta donde la entrada da paso a la habitación. Tengo los brazos caídos y la cabeza ladeada. Miro hacia la ventana que hay al otro lado de la habitación. Las cortinas están descorridas, y únicamente se ve el sombrío edificio de ladrillo que hay junto al hotel. Solo una pared sólida de ladrillo, sin puertas ni ventanas. Solo ladrillo.
Así es como me siento cuando reflexiono sobre mi propia vida: como si estuviera mirando a una pared de ladrillo. Trato de mirar hacia el futuro, pero no veo más allá de este momento. No tengo ni idea de qué va a pasar, con quién voy a vivir, qué le sucederá a EunJi o si voy a informar a la policía de lo ocurrido. Ni siquiera puedo hacer conjeturas. Hay una pared firme entre este momento y el siguiente, sin ni tan solo una pista garabateada con spray.
Durante los últimos diecisiete años mi vida ha sido una pared de ladrillo que separaba mis primeros años del resto. Un bloque firme, que dividía mi vida como Jimin de mi vida como MinHee. He oído hablar sobre personas que bloquean recuerdos traumáticos, pero siempre he pensado que lo hacían voluntariamente.
Yo, durante los últimos trece años, no he tenido ni idea de quién había sido. Sé que era muy pequeño cuando me sacaron de aquella vida, pero, de todos modos, pensaba que tendría algunos recuerdos. Supongo que en el momento en que EunJi me raptó, a pesar de ser un niño, de algún modo tomé la decisión consciente de borrarlo todo de mi memoria. Una vez que EunJi empezó a contarme historias sobre mi adopción, debió de ser más fácil para mi mente aferrarse a mentiras inofensivas que recordar mi cruda realidad.
Sé que en aquella época no era capaz de explicar lo que me hacía mi padre porque no estaba seguro. Lo único que sabía era que lo odiaba. Cuando no estás seguro de qué es lo que odias o por qué lo odias, es difícil retener los detalles, solo te quedas con los sentimientos. Nunca he sentido la curiosidad de hurgar en mi pasado. Nunca he tenido interés en descubrir quién era mi padre o por qué me dio en adopción. Ahora sé que es porque, en algún lugar de mi mente, todavía albergaba odio y temor por ese hombre, de modo que fue más fácil construir la pared de ladrillo y no volver la vista atrás.
Todavía odio y temo a mi padre, aunque nunca más podrá tocarme. Aún lo detesto y aún me da mucho miedo; sin embargo, estoy destrozado por su muerte. Lo detesto por hacerme cosas horribles y, de algún modo, por obligarme a sentir lástima por él a causa de todo lo que ha sucedido. No quiero llorar su pérdida. Quiero regocijarme en ella, pero no soy capaz.
Jeon está quitándome la chaqueta. Aparto la vista de la pared de ladrillo que se burla de mí desde el otro lado de la ventana y me vuelvo hacia él. Deja mi chaqueta en una silla y me quita la camiseta manchada de sangre. Una tristeza total me consume al darme cuenta de que estoy genéticamente relacionado con la sangre que cubre mi ropa y mi rostro. Jeon se pone frente a mí y me desabrocha los pantalones.
Él solo lleva calzoncillos. No me he dado cuenta de que se ha desvestido. Mis ojos suben hasta su rostro, y veo que hay gotas de sangre en su mejilla derecha: la mejilla que ha tenido expuesta a la cobardía de mi padre. Jeon tiene una mirada seria y está concentrado en quitarme los pantalones.
—Cariño, saca los pies —me pide con suavidad.
Me agarro a sus hombros, y saco un pie y después el otro. Dejo las manos en sus hombros y me fijo en la sangre que tiene en el pelo. Mecánicamente, extiendo la mano, tomo un mechón de cabello y me examino los dedos. La sangre se desliza entre las yemas de mis dedos, pero es densa. Más densa que la sangre. Lo que nos cubre no solo es la sangre de mi padre.
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𝔸𝕃 ℂℝ𝕌ℤ𝔸ℝ 𝕃𝔸 ℙ𝕌𝔼ℝ𝕋𝔸 ❦ 𝕂𝕆𝕆𝕂𝕄𝕀ℕ
Подростковая литература✰ 𝕊𝕀ℕ𝕆ℙ𝕊𝕀𝕊: Park Jimin, un chico de diecisiete años, ha pasado lo que lleva de vida, en su casa. Por extraño que le parezca ha aceptado las condiciones de su madre de recibir educación en casa y de no poseer artefactos tecnológicos como una te...
