Love letter.
"Jimin:
Con un poco de suerte, en el momento en que estés leyendo esta carta (porque sé que no la leerás enseguida), estaré perdidamente enamorado de un macizo italiano y no pensaré en ti ni por un segundo. Pero sé que ese no será el caso porque pensaré en ti constantemente.
Pensaré en todas las noches que hemos pasado comiendo helado, viendo películas y hablando de chicos. Pero, sobre todo, pensaré en ti, y en todos los motivos por los que te quiero. Estos son solo algunos ejemplos:
1. Me encanta lo mal que se te dan las despedidas, los sentimientos y las emociones, porque a mí se me dan igual de mal.
2. Me encanta que siempre te comas la parte de fresa y vainilla del helado porque sabes que prefiero el chocolate, aunque a ti también te guste.
3. Me encanta que no seas un bicho raro, a pesar de que te han prohibido socializarte hasta tal punto que haces que un amish parezca moderno.
4. Pero, sobre todo, me encanta que no me juzgues. Me encanta que, en estos cuatro años, no hayas cuestionado ni una sola vez mis decisiones (por muy malas que fuesen), los chicos con los que he estado o el hecho de que no crea en el compromiso. Me atrevería a decir que para ti es fácil no juzgarme porque tú también eres un tonto. Pero ambos sabemos que no lo eres. Así que gracias por no ser un amigo criticón. Gracias por no tener aires de superioridad y por no tratarme como si fueses mejor que yo (aunque ambos sabemos que lo eres).
Por mucho que me ría de lo que dice la gente a nuestras espaldas, no soporto que hablen mal de ti. Por eso te pido perdón. Pero no demasiado, porque sé que si te dieran a elegir entre ser mi mejor amigo tonto o el chico de buena reputación, te tirarías a todos los chicos del mundo. Porque me quieres muchísimo. Y yo te lo permitiría, porque te quiero muchísimo.
Y te diré otra cosa que me encanta de ti. Luego ya me callo, porque estoy escribiendo esta carta a menos de dos metros de ti y me cuesta mucho no colarme por tu ventana y achucharte.
6. Me encanta tu indiferencia: Me encanta que te importe un bledo lo que piense la gente. Me encanta que estés muy centrado en tu futuro y que pases de todo el mundo. Me encanta cómo me sonreíste y te encogiste de hombros cuando te dije que me iba a Italia, después de haberte convencido para que te matricularas en el instituto. Eso habría roto la relación de muchos amigos. Te dejé colgado para cumplir mi sueño, y no te corroyó por dentro. Ni siquiera me echaste la bronca.
7. Me encanta cómo (esta es la última, te lo juro), cuando vimos Las fuerzas de la naturaleza y al final de la película yo le gritaba a la tele porque Sandra Bullock se marchaba, te encogiste de hombros y me dijiste: «Así es la vida, Tae. No puedes enfadarte por un final real. Algunos finales son tristes. Tendrías que cabrearte por los finales felices».
Nunca lo olvidaré, porque tenías razón. Y sé que no intentabas darme una lección, pero lo hiciste. No todo me saldrá como yo quiero, y no todo el mundo tiene un final feliz. En la vida real hay momentos tristes, y hay que aprender a sobrellevarlos. Lo aceptaré con una dosis de tu indiferencia, y seguiré adelante.
Bueno. Ya basta. Solo quiero que sepas que te echaré de menos. Y dile a ese nuevo amigo más amigo del mundo mundial del instituto que más le vale desaparecer de mi vista cuando regrese a casa dentro de seis meses. Espero que te des cuenta de lo maravilloso que eres, pero, por si acaso no lo haces, te escribiré todos los días para recordártelo. Prepárate para el bombardeo de mensajes que recibirás durante estos seis meses con solo afirmaciones positivas sobre Jimin.
Te quiero,
V."
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Doblo la carta y sonrío, pero no lloro. Taehyung no esperaría que llorara, aunque he estado a punto de hacerlo. Extiendo la mano y cojo el teléfono móvil del cajón de la mesilla de noche. Tengo dos mensajes no leídos.
«¿Te he dicho últimamente lo maravilloso que eres? Ya te echo de menos».
«Ya han pasado dos días: más vale que me respondas. Tengo que hablarte sobre Lorenzo. Además, eres tremendamente inteligente».
Sonrío y escribo la respuesta. Tardo cinco minutos en hacerlo. Casi tengo dieciocho años y este es el primer mensaje de texto que escribo en mi vida. Tendría que aparecer en el libro Guinness de los récords.
«Puedo acostumbrarme a recibir cada día esas afirmaciones positivas. Asegúrate de recordarme que soy muy hermoso, que tengo un gusto impecable para la música y que soy el corredor más veloz del mundo. (Son solo algunas ideas para que sepas por dónde empezar). Yo también te echo de menos. Y estoy deseando saber quién es ese tal Lorenzo, facilón».
𝔾𝕣𝕒𝕔𝕚𝕒𝕤 𝕡𝕠𝕣 𝕝𝕖𝕖𝕣 💛💙
Esta es la carta que Jimin leyó al final del capítulo anterior.
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𝔸𝕃 ℂℝ𝕌ℤ𝔸ℝ 𝕃𝔸 ℙ𝕌𝔼ℝ𝕋𝔸 ❦ 𝕂𝕆𝕆𝕂𝕄𝕀ℕ
Ficção Adolescente✰ 𝕊𝕀ℕ𝕆ℙ𝕊𝕀𝕊: Park Jimin, un chico de diecisiete años, ha pasado lo que lleva de vida, en su casa. Por extraño que le parezca ha aceptado las condiciones de su madre de recibir educación en casa y de no poseer artefactos tecnológicos como una te...
