Trece años antes.
JungKookie va al jardín de su casa y se vuelve hacia mí. Hundo otra vez la cabeza entre mis brazos e intento dejar de llorar. Seguramente querrán jugar al escondite antes de que tenga que entrar en casa, por lo tanto tengo que dejar de estar triste para poder pasármelo bien.
—¡Minnie!
Me vuelvo hacia JungKookie, pero veo que ya no sigue mirándome. Pensaba que me había llamado, pero está fijándose en un coche. Está aparcado delante de mi casa, y la ventanilla está bajada.
—Ven aquí, MinHee —me dice una señora. Está sonriéndome y me pide que me acerque a su coche. Me parece que la conozco, pero no recuerdo su nombre. Me levanto para ir a ver qué quiere. Me arreglo los pantalones y me acerco. Ella sigue sonriendo y parece muy amable. Entonces la señora pulsa un botón que desbloquea las puertas.
—¿Estás listo para irte, cielo? Tu padre quiere que nos demos prisa.
No sabía que tenía que ir a algún lado. Papá no me ha dicho nada.
—¿Adónde vamos? —le pregunto.
Ella me sonríe y extiende la mano para abrirme la puerta.
—Te lo diré cuando estemos de camino. Sube al coche y abróchate el cinturón. No podemos retrasarnos.
Se nota que debemos llegar puntuales a dondequiera que vayamos. No quiero que nos retrasemos, de modo que me siento en el asiento del copiloto y cierro la puerta. Ella sube la ventanilla y nos alejamos de casa. La señora me mira, sonríe y se vuelve hacia la parte trasera. Me ofrece un zumo, lo cojo de su mano y saco la pajita del envoltorio.
—Soy EunJi —me dice—. Y vas a quedarte conmigo durante un tiempo. Te lo contaré todo cuando lleguemos.
Tomo un sorbo de zumo. Es zumo de manzana. Me encanta el zumo de manzana.
—¿Y mi papá? ¿Él también vendrá con nosotros?
EunJi niega con la cabeza y responde:
—No, cielo. Estaremos los dos solos.
Vuelvo a meterme la pajita en la boca, porque no quiero que ella me vea sonreír. No quiero que sepa que me alegro de que papá no venga con nosotros.
𝔾𝕣𝕒𝕔𝕚𝕒𝕤 𝕡𝕠𝕣 𝕝𝕖𝕖𝕣 ❣️❣️
ESTÁS LEYENDO
𝔸𝕃 ℂℝ𝕌ℤ𝔸ℝ 𝕃𝔸 ℙ𝕌𝔼ℝ𝕋𝔸 ❦ 𝕂𝕆𝕆𝕂𝕄𝕀ℕ
Teen Fiction✰ 𝕊𝕀ℕ𝕆ℙ𝕊𝕀𝕊: Park Jimin, un chico de diecisiete años, ha pasado lo que lleva de vida, en su casa. Por extraño que le parezca ha aceptado las condiciones de su madre de recibir educación en casa y de no poseer artefactos tecnológicos como una te...
