Viernes, 07 de noviembre de 2014; Las 15:40.
—¿A qué hora crees que volverás? —le pregunto.
Jeon me abraza y estamos apoyados en mi coche. No hemos pasado mucho tiempo juntos desde que estuvimos en su coche el lunes, después del altercado de la cafetería. Por suerte, el chico que provocó a Jeon no ha dicho nada más. Ha sido una semana bastante tranquila, sobre todo teniendo en cuenta cómo empezó.
—No regresaremos hasta tarde. La reunión de su empresa suele durar varias horas. Pero nos veremos mañana. Si quieres podemos quedar para comer, pasar la tarde juntos y, después, ir a la galería.
—No puedo —respondo, negando con la cabeza—. Es el cumpleaños de JongSuk e iremos a comer por ahí, porque él tiene que trabajar mañana por la noche. Ven a recogerme a las seis.
—Sí, señor —dice Jeon.
Me da un beso y me abre la puerta del coche. Le digo adiós con la mano y, cuando empieza a alejarse, saco el teléfono móvil de mi mochila. Me alegra ver que tengo un mensaje de Taehyung. No ha cumplido su promesa de escribirme a diario. No pensé que los echaría de menos, pero me entristece recibir solo un mensaje cada tres días.
«Dale las gracias a tu novio por ponerte minutos de saldo en el móvil. ¿Ya han tenido sexo? Te echo de menos».
Me echo a reír por su franqueza y le respondo:
«No, todavía no hemos tenido sexo. Ya hemos hecho casi todo lo demás, así que estoy seguro de que pronto se le agotará la paciencia. Vuelve a preguntármelo después de mañana por la noche, porque tal vez tenga una respuesta distinta. Te echo más de menos».
Pulso el botón de enviar y me quedo mirando la pantalla. La verdad es que no he reflexionado demasiado sobre si estoy preparado para tener esa primera vez, pero acabo de admitir que lo estoy. Me pregunto si invitarme a su casa es su modo de saber si estoy listo. Me dispongo a dar marcha atrás cuando suena el teléfono. Lo cojo y veo que es un mensaje de Jeon.
«No te marches. Voy hacia ti».
Pongo el coche en punto muerto y bajo la ventanilla cuando veo a Jeon acercarse.
—Oye —me dice, inclinándose hacia la ventanilla.
Aparta la vista y escudriña el interior del coche con un semblante nervioso. Odio que parezca incómodo, porque siempre significa que va a decirme algo que no quiero escuchar.
—Mmm... —prosigue, y vuelve a mirarme.
Jeon tiene el sol a sus espaldas, y la luz destaca todas sus facciones maravillosas. Sus ojos brillantes miran fijamente los míos, como si no quisieran volver a ver nada más.
—Mmm... acabas de mandarme un mensaje que sospecho que era para Taehyung.
Oh, Dios, no.
Inmediatamente cojo el teléfono y compruebo si está diciendo la verdad. Por desgracia, no está mintiendo. Lanzo el teléfono al asiento del copiloto, cruzo los brazos sobre el volante y apoyo la cara en el codo.
—Oh, Dios mío —gruño.
—Mírame, Jimin —me pide él.
No le hago caso, y deseo que me trague un agujero de gusano mágico para no tener que enfrentarme a la situación embarazosa en la que me he metido. Jeon pone la mano en mi mejilla y me obliga a levantar la cabeza. Está mirándome y me habla con total sinceridad:
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𝔸𝕃 ℂℝ𝕌ℤ𝔸ℝ 𝕃𝔸 ℙ𝕌𝔼ℝ𝕋𝔸 ❦ 𝕂𝕆𝕆𝕂𝕄𝕀ℕ
Jugendliteratur✰ 𝕊𝕀ℕ𝕆ℙ𝕊𝕀𝕊: Park Jimin, un chico de diecisiete años, ha pasado lo que lleva de vida, en su casa. Por extraño que le parezca ha aceptado las condiciones de su madre de recibir educación en casa y de no poseer artefactos tecnológicos como una te...
