Capitulo 7

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El fin de semana paso demasiado rápido, Kazuto se levantó desganado, de hecho se sentía algo mal, la noche pasada se había quedado hasta las 5  AM haciendo su trabajo del amor, habría terminado antes, de no ser porque descubrió la sala del jefe de piso y quería matarlo.
-Hermano, luces horrible- le reprendió Suguha.
-Buenos días a tí también- contestó mientras ponía su mano sobre su frente- ¿Dormiste bien?-
-Si, pero me preocupas tu, te ves pálido- se acercó a él para revisar su temperatura pero Kazuto se apartó.
-Estoy bien, te preocupas demasiado- tomó su almuerzo- ¿Nos vamos?-
Salieron de casa y comenzaron a andar juntos.
Eugeo tomaba su mochila listo para un nuevo día escolar, salió muy animado y es que tenía una estrategia para acercarse más a su vecino.
Llegó a la escuela, los zapatos de Kirigaya-kun ya estaban en su lugar así que había llegado antes que él. Se topó con Alice a medio pasillo.
-Eugeo, tengo una idea-
-¿Qué es ahora?- preguntó sin importancia y es que su amiga siempre tenía ideas muy extrañas.
-Ahora en lugar de ir yo a donde Kazuto irás tu- sonrió- Si quieres que él te quiera debes estar a su alrededor constantemente- señaló.
-Ya lo se- se encogió de hombros.
Las clases fueron aburridas para todos, se podría decir que el rubio estaba ansioso por poner en práctica su estrategia. Cuando llego la hora del descanso Eugeo salió casi volando a las escaleras al llegar vio a su vecino con la cabeza recargada en en la pared.
-Buenos días Kirigaya-kun- saludó antes de llegar del todo.
-Buenos días- susurró mientras se reincorporaba lentamente.
-¿Estás bien?- se acercó preocupado y notó que el pelinegro se veía pálido con las mejillas rojas, se agachó a su altura- Déjame ver- con lentitud puso su mano sobre la frente del chico- Estás caliente- quitó la mano- Debo llevarte a enfermería-
-Estoy bien- dijo a duras penas, era probable que empezara a delirar.
-Kirigaya-kun déjame ayudarte-
La hora del descanso se había terminado y todos volvían a sus aulas. -Yo puedo- quiso levantarse pero sus rodillas fallaron y se cayó.
-¡Kirigaya-kun!- Eugeo lo ayudó a ponerse de pie pero no resistió mucho- Voy a llevarte a la enfermería- lo subió de alguna manera a su espalda.
Iba andando lento, la enfermería quedaba al otro lado de donde ellos estaban, los brazos de Kazuto colgaban en los lados de Eugeo.
-Es curioso, antes yo cargaba y ahora me cargan- rió un poquito.
-¿Por qué cargabas?- preguntó Eugeo, estaba feliz de que su acompañante se riera aunque preocupado por su salud.
-Mi amiga siempre estaba enferma, yo pensaba que era por jugar hasta tarde como yo pero era porque estaba muriendo- soltó otra risita.
Eugeo paro su marcha pero luego la retomó, no supo como contestar.
-De hecho el amor a los juegos se lo debo a ella- abrazo el cuello del rubio.
-Entonces fue una gran persona- fue lo único que pudo pensar.
-Si-
Llegaron a la enfermería, la enfermera lo recostó y salió, Eugeo se sentó junto a la cama de su vecino.
-Oye Kirigaya-kun, ¿cómo se llamaba esa amiga tuya?-
-Sachi- respondió y al momento de decirlo empezó a llorar- Sachi, Sachi-
El rubio tomó la mano del contrario.
-Esta bien, esta bien- decía para tranquilizarlo- Ya estoy aquí para ti-
-Gracias, Eugeo-kun- apretó su mano y se quedó dormido.
El mencionado se sorprendió al escuchar su nombre y sonrió mientras apretaba un poco la mano del pelinegro.
Se habían terminado las clases y los clubes estaban por empezar, Kazuto Kirigaya empezaba a despertar, tenía un trapo húmedo en la frente y se sentía desorientado. Miró a su izquierda y vio a su vecino dormido en una silla con los brazos cruzados.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- busco su teléfono y llamó a casa, nadie contestó, supuso que Suguha debía estar en su club de kendo.
-Me alegra que hayas despertado- Eugeo se estiró- ¿Te sientes mejor?-
-Si- se quitó el trapo y comenzó a pararse, se sentía mareado pero no era nada grave- No era necesario que te quedarás- tomó su mochila y caminó a la puerta.
-Si lo era, si no lo hacía yo nadie lo haría- respondió acercándose a él- Te llevaré a casa-
-No es necesario- se tambaleo un poco, el rubio lo sostuvo del brazo para que no cayera.
-La enfermera dijo que debes cuidarte, recomendó que no debes quedarte solo- lo miró a lo ojos- Te cuidaré hasta que llegue tu hermana, le avisaron a tus profesores que estabas aquí y te justificaran las faltas- le sonrió.
-Ya te lo dije, no es necesario- se volteó para ocultar un ligero sonrojo.
-Vamos o tendré que volver a cárgate- puso su mano en la espalda del chico decidido a cargarlo otra vez.
-No no no- lo detuvo Kazuto con un sonrojo visible, no recordaba que lo hubieran cargado- Lo haré solo-
Caminaban uno al lado del otro en silencio, Eugeo estaba al pendiente de su vecino, su caminar no era muy firme  y de vez en cuando tocaba su frente. Kazuto trataba de recordar lo que había pasado en su día, recordaba haber despertado y charlar con Suguha, caminó a la escuela, entregó su trabajo y salió a comer, luego su mente se quedó en blanco.
Llegaron a la residencia de los Kirigaya, entraron y como de costumbre estaba vacía.
-Tu ve arriba y recuéstate, yo haré un caldo y te lo llevaré- ordenó el rubio y le dio un empujón a su vecino- Sube con cuidado, iré en un momento-
El pelinegro obedeció y subió lentamente la escalera, al estar en su cuarto se recostó y espero a que su vecino subiera con algo de comer.
Luego de un rato  Eugeo subió con una mesa de cama la cual tenía un tazón y un trapo húmedo. Le puso el trapo en la frente.
-No creo que esto- se quedó a media frase porque su vecino le cortó el dialogo.
-Yo estoy cuidándote hoy y se como hacerlo- acercó la cuchara al rostro pero la apartó rápidamente- Casi lo olvido- Acercó la cuchara a sus propios labios para soplarle.
Kazuto miró la acción y por milésimas de segundos los labios de Eugeo tocaron la cuchara. El rubio acerco la cuchara de nuevo.
-Di ah- sonrió. El chico abrió la boca y le dio de comer.
Se terminó la comida y el rubio dejo la mesa de lado.
-Ahora debes descansar un poco- lo empujó un poco y lo tapó.
-Espera- se incorporó un poco- Suguha debería de haber llegado ya- 
-¿Quieres llamarla?- buscó el teléfono de Kazuto y se lo dio.
-Gracias- marcó el número y espero.
-Hermano llamaste justo antes de que yo lo hiciera-
-¿Dónde estás?- preguntó preocupado. -Iba a llamarte para decir que me quedaré con Silica-chan de nuevo, debemos hacer una tarea muy extensa-
-Entiendo, esperaré a mamá y avísale-
-Si, ¿te sientes bien?  No te oyes bien-
-No te preocupes por mi-
-Cuídate hermano-
-Hasta luego- colgó el teléfono y se lo dio a su vecino- Mi hermana no llegará hoy- se recostó bien- Mi madre no debe tardar así que te puedes ir-
-Me dijiste que llega en la noche y la enfermera dijo que no debes quedarte solo, tu temperatura podría volver a subir y podrías delirar o peor- se sentó en la cama con cuidado- Me quedaré aquí, ¿okay?-
Kazuto no pudo responder nada, asintió con la cabeza y se acostó bien para dormir un rato, el rubio lo tapó y revisó su temperatura otra vez.
Paso un rato y el pelinegro se había quedado profundamente dormido, respiraba lentamene. Era un momento lleno de paz, de pronto el teléfono de Eugeo comenzó a sonar muy fuerte, este corrió y contestó en la sala.
-Diga-
-Eugeo, ¿dónde estás? Empezamos una guerra con el Territorio Obscuro y juego un papel muy importante- el rubio despego el teléfono de su oído y suspiro cansado.
-Estoy algo ocupado- respondió susurrando.
-¿Ocupado? ¿Haciendo qué?-
-Estoy en casa de Kirigaya-kun- separó teléfono demasiado.
-¿QUEEEEE? ¿EN QUÉ MOMENTO? SEGURAMENTE POR ESO NO REGRESASTE A LAS CLASES, ERES UN IDIOTA, MAL AMIGO QUE NO ME CUENTA LOS CHISMES- Alice se puso como loca y es que le molestaba demasiado que no la incluyeran en los planes.
-Tranquila, cuando fui con él se cayó y lo lleve a enfermería, resulta que tiene una gran fiebre y lo traje para cuidarlo, de hecho esta arriba durmiendo- concluyó.
-Entiendo, casi haces que me de un infarto- la voz normal de su amiga se hizo presente- ¿Pasarás la noche ahí?-
-No tengo idea, supongo que esperaré a que la señora Kirigaya llegue- explicó tranquilo.
-Debes hacer algo- su amiga le dijo algo seria- Escucha con atención-
Colgaron el teléfono luego de eso, Eugeo subió al cuarto de su vecino.
-Alice, más te vale que esto funcione- susurró antes de hacer lo que su amiga le sugirió.

Hola!!!
Disculpen la tardanza pero tuve que escribir como tres ensayos y mi poder de redacción disminuyó un tanto.
Una noticia, dentro de unos días subiré unos one shots bien chidos, no se los pierdan.
Voten y comenten.
   

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