Había pasado una semana entera desde el festival escolar, se sentía frustrado porque desde aquel encuentro tan intimo no se habían besado en lo absoluto. Cada que se veían en casa de Kazuto no duraban ni media hora charlando divertidos y cuando el ambiente tenía un mínimo cambio el pelinegro usaba una excusa para correr a su pareja de casa.
¿La razón? Una bastante sencilla, vergüenza. Si, todo se resumía a esa simple palabra.
Todo empezó un día antes de que le dijeran que sería Romeo, domingo, esa noche tuvo un sueño bastante explicito sobre el rubio, uno donde tenían relaciones. Al despertar sentía una extraña necesidad de cumplir su sueño por eso había hecho lo que hizo el lunes.
Antes de morir su padre, cuando el chico recién cumplió catorce años, le dio la charla, le explico sobre los procesos del cuerpo así como la masturbación y las relaciones sexuales, también de los diversos métodos anticonceptivos; a pesar de estar en Japón sus padres eran bastante abiertos en esos temas. Volviendo al tema, él le había hablado de las relaciones de hombre y mujer, nunca de hombre y hombre así que para el ojinegro fue muy impactante soñar este hecho porque no estaba enterado que podía hacer ese tipo de cosas.
Una vez que paso el festival y estaban en su casa besándose le pareció que llegarían más lejos pero su vecino había salido huyendo de la situación así que aterrizó de nuevo en la tierra y la vergüenza empezó a invadirlo al punto de no querer quedarse a solas con el ojiverde hasta aclarar su mente y quitarse esos pensamientos. De modo que en los descansos se la pasaba hablando con su amigo Klain, estaban arreglando verse para que pudiera aclararle algunas dudas respecto a las relaciones entre dos chicos.
Iba a aprovechar que Eugeo se quedaba ayudando a Alice para hacerle una visita, ese viernes por fin habían coincidido en horario así que Kirito se subiría al tren y viajaría al distrito vecino para tener un incomoda charla.
Las clases terminaron dándole paso al hermoso fin de semana, estaba algo nervioso, su encuentro tendría lugar en una cafetería cerca de la estación, a medio pasillo fue detenido.
-Paso por tu casa cuando termine de ayudar a Alice- le sonrió.
-De hecho hoy no estaré en casa- le contestó apenado sin mirarlo a los ojos.
Había prometido que se lo ocultaría, no quería quedar como un desesperado y tampoco incomodarlo con sus tontas hormonas.
-¿Qué harás?- preguntó con un ceja alzada, desde hace días le parecía sospechosa su actitud- Últimamente no nos vemos mucho-
-Lo sé pero prometo que eso va a cambiar- lo calmó pero no funcionó.
-Pasábamos más tiempo cuando eramos amigos- lo miró directo a los ojos- Me siento un poco solo- confesó.
-Debo irme- iba a dar la vuelta pero fue detenido.
-¿Hice algo que te molestará?- en el fondo Eugeo se sentía muy mal por ocultar su relación de su familia y no quería que se diera cuenta- Si es así, lo lamento- hizo una reverencia.
-No es eso, tu no hiciste nada- suspiró- Es algo que debo resolver- se levantó.
-Entiendo- sonó desanimado.
-Te llamaré cuando regrese a casa- le sonrió para tratar de animarlo .
-¿Lo prometes?- sonó esperanzado.
-Lo prometo-
Salió del edificio para dirigirse a la estación, luego de un largo pero cómodo viaje llegó a su destino. Fue bastante sencillo encontrar la cafetería.
Sabía que su amigo era doctor, sin pareja, vivía solo, por medio de los mensajes que habían intercambiado sabía ligeramente como lucía pero aún tenía un poco de miedo.
Se sentó en una mesa cerca de la puerta, miraba por la ventana y pensaba:
¿Estaba haciendo lo correcto? No quería lastimar a su vecino pero sentía que de cierta forma lo hacía. ¿Estaba mal sentirse ansioso? No entendía del todo eso pero suponía que se debía a la adolescencia, después de todo estaba a punto de cumplir 16 años.
-¿Kirito? ¿Viejo eres tu?- escuchó en su costado, levantó la vista y se encontró con un adulto de unos treinta años, pelirrojo y con barba.
-¿Klain?- regresó la pregunta.
-En carne y hueso- se sentó frente a él- Nunca imaginé que el Espadachín Negro fuera un mocoso- se burló.
-Ni yo te veía como un viejo desaliñado- contraatacó- ¿A qué viene esa bandana?-
-Tiene estilo- la señaló- Vayamos al grano, ¿De qué querías hablar?-
-Yo... bueno... si- se trabó al hablar, estaba poniéndose rojo- Quiero que me cuentes de eso-
-¿Eso?-
-Tu sabes- susurró, tomó una gran bocanada de aire- ¡Relaciones entre chicos!- su voz fue tan fuerte que llamó la atención de una mesera y de algunos presentes ganándose miradas desaprovatorias.
-Ya entendí, solo no grites- se avergonzó, acababa de captar que eran un chico de quince años y un adulto que le doblaba la edad.
-Lo siento- se disculpó algo apenado- Es que hace días tuve un sueño donde lo hacía con mi vecino y me siento algo ansioso desde entonces-
-Entiendo- entró en modo profesional, hasta parecía otra persona- Actualmente ¿Estás en una relación con tu vecino? Según me contaste estabas torturándolo un poco-
-Si- se sonrojó- Tenemos una semana juntos-
-Muy bien, quizá ese sueño es una proyección de lo que quieres hacer-
-Eso pensé y cuando quise ir un poco lejos él se alejó- jugaba con sus manos- Y el otro día en mi casa él me besó el cuello y....
-¿Y?- miró alrededor, quizá le molestaba un poco la gente- ¿Quieres ir a otro lugar?- sintió algunas miradas sobre su nuca pero decidió ignorarlas.
-Estaría bien-
Fueron a un pequeño parque que quedaba por ahí cerca, se sentaron en una banca algo alejada de los demás para poder hablar en paz.
-Entonces, te besó el cuello- lo animó a seguir.
-Yo... em... hice un sonido algo agudo-
-¿Un gemido?- asintió- No te preocupes es algo normal, es una respuesta de tu cuerpo a algún estimulo-
-Pero después de eso él se fue, yo me sentía caliente- confesó- Pensé que íbamos a seguir-
-¿Tienes idea de cómo seguir?- negó- Lo suponía, bueno primero que nada debe haber cierta preparación para que el daño sea mínimo por así decirlo- no sabía como explicarse- Y deben decidir quien será quien vaya arriba. En tu sueño ¿Quién era él que tomó el rol de hombre?-
-¿A qué te refieres?-
-En las relaciones entre personas del mismo genero deben asignar un "rol", esta el activo quien es el que toma el papel del hombre y el pasivo que es la mujer; son términos bastante callejeros pero es para que me entiendas- se encogió de hombros.
-Entiendo, en mi sueño yo estaba abajo de él- bajó la mirada, moriría de vergüenza en cualquier momento- Él es una gran persona, amable, no le tiene miedo a nada, se preocupa por mi y dice que me ama, yo quisiera hacer algo por él y pensé que quizá ir un poco más rápido era bueno pero ahora ni siquiera puedo mirarlo sin sentirme miserable-
-Tranquilo viejo, siento que te adelantaste, deberías esperar a que parezca que ambos quieren hacerlo y estar preparado para eso- le palmeó la espalda- Cuando estén a solas trata de pensar en cosas positivas de tu pareja y si se besan tómalo con calma- vio como se calmaba- ¿Alguna otra cosa que te aqueje?-
-Si, ¿Qué clase de preparación?-
-Te lo voy a decir pero no te rías- suspiró, le explicó como era que dos hombres podían tener relaciones sexuales, podía observar como el rostro del menor se iba poniendo cada vez más rojo, por fin terminó su explicación- Y sería todo-
-Suena horrible- se tapó la cara- No creo poder hacerlo después de oír eso-
-No seas nena- miró al cielo- Todo a su tiempo, aún eres muy joven-
-Como sea- trató de calmarse- Debo volver a casa- se puso de pie e hizo una reverencia- Gracias por tu tiempo-
-Cuando quieras viejo, haces algo interesante mi vida- también se paro- Por cierto no escuche tu nombre, Kirito- caminaban a la estación.
-Kazuto Kirigaya- le tendió la mano.
-Mucho gusto, soy Ryoutarou Tsuboi- se dieron la mano.
El regreso a casa fue bastante tranquilo, eran las siete, tenía la mente un poco más clara ahora. Aún se sentía avergonzado pero estaba en calma, estaba seguro de sus sentimientos.
Cuando llegó a su hogar fue recibido por la mirada molesta de su hermana, lo regañó por no avisarle que saldría. Comió y después de darse un baño llamó a su vecino.En cuanto escuchó el sonido del teléfono dejo de hacer todo y contestó.
-Ya estoy en casa- escuchó.
-Eso es genial, ¿Quieres qué vaya?-
-No realmente pero puedes venir mañana, Sugu irá a casa de nuestra tía y estaré solo por la tarde- hizo una pausa- Quisiera que me cocines algo-
-Claro que si- sonrió como idiota- ¿Resolviste tu problema?-
-Quedó un poco más claro, no te preocupes por eso; además a partir del lunes podemos pasar juntos los descansos-
-Me parece perfecto-
-Debo colgar, nos vemos mañana-
-Nos vemos mañana, te amo- colgaron.
Eugeo se tiró de espaldas en su cama, se sentía feliz de volver a la normalidad, escuchó una risita proveniente de su puerta.
-Me alegra verte tan feliz, hijo- sonrió- Debo hacer una pequeña llamada- y de la misma forma que llegó se fue.
Pasaron algunas horas donde estuvo en sana paz, no había ruido, no tenía deberes escolares, podía pensar en su pareja sin temor alguno o eso pensaba porque de la nada escuchó ruido en la entrada, al principio no prestó atención pero de pronto alguien entró a su habitación.
-Tenemos problemas-
-¿Alice? ¿Qué haces aquí?- se sentó.
-Tu madre llamó a la mía para decirle que estamos saliendo y organizaron una cena, tu familia y la mía están abajo esperando a que te lleve para que podamos comer- explicó.
-¿Qué? Creo que no escuché bien- hizo una pausa- ¿Dices que mi madre llamó a la tuya y ahora tu familia sabe que "estamos saliendo"?- la chica asintió- De alguna u otra manera siento que es mi culpa- y luego estalló- ¡¿Qué vamos a hacer?! Esto se salió de control, mi madre esta loca, ¿Qué voy a hacer si Kirigaya-kun se entera? Quedará destrozado y apenas estábamos volviendo a la normalidad, estoy muerto- miró la ventana- Voy a saltar del techo-
-Eres hombre ¿No? Compórtate como uno- lo tomó del brazo- Voy a ayudarte esta vez pero debemos pensar en algo-
-Entonces debemos bajar-
Ambos rubios bajaron, se sentaron juntos, de vez en cuando se daban miradas. Actuaban bastante bien a ojos de los mayores pero a ojos del universitario había algo muy raro en ellos.
Al terminar la cena Alice hizo que sus familia se fuera de inmediato. La madre del rubio levantaba la mesa con ayuda de su padre, ambos hermanos subían a su respectiva habitación.
-Eugeo, ¿Hay algo que quieras decirme?- de detuvo su hermano antes de encerrarse.
-No, ¿Y tu?-
-Otro día- abrió su puerta- Descansa-
-Igualmente-
Y si que quería descansar, tenía una cita muy importante y estaba muy emocionado.Otra vez me voy a desaparecer :(
Se me junto la tarea y apenas iniciamos clases hoy.
Vota y comenta ¿Cuantos años tienen? Es para saber que tipo de lenguaje usar más adelante.
Amigos cometí un pequeño error el capítulo pasado, había escrito que Kirito iba a cumplir 17 pero saque cuentas y va para los 16, una disculpa.
Quiero felicitar a @Heriko-san y @HazlyResagui que fueron quienes se acercaron más a la realidad y mención honorífica a @Hanako-kun_0719 cuya teoría me gustó.
Sin más por el momento, cuídense y los quiero.
ESTÁS LEYENDO
Enamorando al gamer
FanficKazuto es un gamer solitario que prefiere pasarse las tardes jugando que hacer otra cosa-, por otro lado su vecino de enfrente, Eugeo, siempre lo observa desde su ventana preguntándose si ese chico puede tener sentimientos hacia algo que no sean los...