Le dijo a su hermano que iría a recoger unas cosas que olvidó en la sala del club de Alice, la excusa fue bastante convincente así que salió de casa solo pero prometió avisar si iba a otro lugar.
Corrió por las calles hasta llegar a la escuela, eso de correr se le estaba dando bien; por fin llegó y buscó a los de esgrima, los vio practicando y por fin pudo ubicar a la persona que buscaba: Asuna Yuuki.
La chica estaba peleando con la de cabello morado, espero algunos minutos y cuando terminaron su enfrentamiento llamó su atención. La mayor se le acercó y lo saludó con amabilidad.
-Asuna Yuuki- dijo en cuanto ella llegó.
-Esa soy yo- se rió ligeramente- ¿Qué necesitas?-
-¿Sabes algo de Kirigaya-kun?-
-No, hace mucho que no se conecta a Sword Art Online- comentó- ¿Ocurrió algo?-
-¿No te enteraste? Lleva desde el domingo desaparecido, el lunes dieron un aviso en la escuela- explicó algo extrañado.
-Estuve enferma, hasta el jueves pude venir a la escuela- parecía sentirse culpable- Que horrible ¿Dijiste domingo?- asintió- Yo lo vi ese día-
-¿Qué?- su teoría parecía ser cierta, pero seguiría preguntando- ¿Dónde?-
-Estábamos corriendo cerca de la casa del capitán y lo vi entrando a una casa-
-¿Había un chico castaño, universitario?- se apresuró a preguntar.
-Si, creo que era la casa de ese chico- lo miró- ¿Hablaste con él? ¿Debo decirle a algún policía o algo así?-
-Yo se lo haré llegar por ahora debes mantenerte al margen-
-¿Por qué?-
-Podría tratarse de un secuestro y no quieren exponer a tanta gente- inventó- Debo irme, muchas gracias por la información-
Luego de despedirse fue a dar una vuelta para reflexionar y acomodar toda la información que había recabado.
Sabía que Kirito se había peleado con su madre el viernes, salieron el sábado y vieron una película y pasaron un buen rato aunque se enteró de que le estaba ocultando algo; el domingo no se encontraba en casa y luego supo que estaba desaparecido además de que le había mentido a muchas personas. Cuando fue a hablar con Eiji dijo que no lo veía desde que se encontraron pero por la nueva información sabía que ese desgraciado estaba mintiendo, sin darse cuenta estaba frente la casa de ese imbécil.
Se quedó parado en frente de ese lugar un rato hasta que lo vio salir y sus miradas se conectaron.
-Buenos días Eugeo-kun- lo saludó con falsa amabilidad.
-Buenos días- respondió con algo de recelo.
-¿Qué te trae por aquí?- se le acercó- ¿Vienes a charlar un rato?-
-Solo caminaba sin rumbo y llegue a este lugar, lo lamento- iba a reanudar su marcha pero fue detenido.
-¿Ya le dijiste a tus padres sobre tu relación secreta?-
-Primero quiero encontrarlo- declaró con los puños apretados- Voy a matar al bastardo que se le llevó de mi lado-
-¿Cómo sabes que se lo llevaron y no se fue por su cuenta?- le sonrió.
-Lo se y ya-
El castaño solo sonrió y se fue de compras por otro lado Eugeo trató de meterse a la casa del mayor pero no lo consiguió solo pudo ver por las ventanas y aparentemente estaba vacía, llamó a su hermano para que pasará por él y aprovecharía para pedirle un favor.
Eolyne llegó unos minutos después un poco enojado porque se había ido a otro lugar pero luego de verlo tan desesperado sintió que tenía algo en mente.
-¿Qué haces aquí?- preguntó sin bajar del auto.
-Necesito que entres a casa de los Nochizawa y busques a Kirigaya-kun- miró a todos lados- Rápido, antes de que regrese-
-Eugeo eso es ilegal- reclamó- No voy a violar la ley por un capricho de mi hermano-
-También es ilegal secuestrar a un menor y estoy seguro que lo hizo- acusó- Por favor, juro que no volveré a pedirte nada en la vida- suplicó.
-De acuerdo- bajó de auto.
Usó una llave maestra que siempre portaba y se adentró al hogar del castaño, no encontró nada fuera de su lugar, buscó incluso algún armario secreto o sótano donde pudiera haber algo sospechoso pero no; la casa era 100% normal, salió con prisa y arrastró a Eugeo al auto para irse ante de ser vistos o de que regresara Eiji.
-¿Encontraste algo?- preguntó entusiasmado.
-Nada, todo era normal, una simple casa con un poco de polvo pero no encontré rastros de Kirigaya-kun- conducía un poco lento para tener tiempo de hablar- No creo que este involucrado con la desaparición- concluyó- Procura no meterte en problemas-
Llegaron a casa, el menor corrió a su cuarto; una vez dentro quiso llorar, se sentía inútil, debía existir algo que pudiera hacer para encontrarlo pero había escuchado de su padre que la investigación iba lenta porque Kirito le había mentido a todos y no existía una pista en concreto, si las cosas seguían así la policía lo daría por perdido y el investigador privado podría extender la búsqueda por meses. No podía esperar tanto tiempo, su imaginación creaba miles de escenarios donde no volvían a estar juntos nunca. Con un poco de desesperación ideó un plan pero debía esperar a que anocheciera para salir de casa y configurar un poco su teléfono.
Una vez que se cumplieron estas condiciones tomó la llave de su hermano y se puso en marcha, nuevamente llegó a casa del castaño y abrió el maletero de su auto, dejó su celular hasta el fondo y volvió a su propio hogar para verificar que todo hubiera funcionado. Una vez dentro de su habitación encendió su computadora e hizo la búsqueda de su teléfono por medio del IMEI y justo como lo planeó: podía seguir a Eiji, averiguaría donde esta su casa en Tokio y probaría que él tenía a su Kirito.
Fue a dormirse un poco más calmado, tenía una corazonada y la seguiría, hasta el momento ese idiota no le había traído más que preocupaciones y desgracia, no podía ser casualidad que desde que se toparon el pelinegro empezó a actuar extraño y luego se veía agobiado. Ahora que lo pensaba con más calma se sintió como un tonto por no haber actuado como un buen novio, pudo tratar de ahuyentar al universitario pero decidió confiar en su pareja y meterse en sus propios asuntos, no podía creer que estuviera tan inmerso en como decirle a sus padres que no notó que Kirito empezaba a ocultar un problema ¿Qué sería ese problema? No podía esperar para encontrarlo y resolver las cosas de la manera correcta, así como debieron hacerlo al principio: Juntos.Domingo por la mañana, era temprano aún pero no le gustaba estar mucho tiempo en casa de sus padres; tomó las llaves del auto y salió de casa, le parecía tedioso manejar por cuatro horas hasta Tokio pero actualmente valía la pena.
Manejaba con la música en alto, se sentía como en un vídeo musical, era una persona acostumbrada a salirse con la suya desde pequeño así que poco le importaba molestar a la gente con el ruido. Estaba feliz, por fin llegó a su destino: un complejo de departamentos en un barrio solitario. Subió la escalera y saludó a una mujer que vivía en el primer piso (él vivía en el tercero y último) realmente el lugar no era tan espléndido, solo era un departamento con cocina/comedor, sala pequeña, un baño y dos habitaciones; era cómodo para alguien que vive solo y actualmente era ideal por sus paredes insonorizadas.
Entró, cerró la puerta, se quitó los zapatos y se encaminó a una de las habitaciones, se tomó el tiempo de modificar el picaporte para abrirla por fuera con una llave, sacó el objeto de su bolsillo y con una gran sonrisa abrió para entrar.
-Estoy de vuelta- miró hacía la cama y sentó en esta- ¿Qué te dije que debías de contestar?-
-Bienvenido- una voz algo rota y baja llegó a sus oídos.
-¿Qué quieres comer?- preguntó feliz.
-Ya basta, déjame ir- suplicó.
-Si no tienes ganas de comer quiere decir que tienes ganas de "la otra cosa"- se le acercó.
-No, por favor, si me dejas no le diré a nadie, fingiré que escape por gusto- había escuchado eso tantas veces, no era una plática nueva.
-Ya lo hablamos, tu me perteneces ahora- se encogió de hombros- No puedo liberar a mi perra favorita además no hay nadie esperándote en casa-
-Eso no es verdad- sintió como se sentaba con dificultad- Mi familia debe estar buscándome-
-Siguen con sus vidas normales, quizá te buscaron por dos días pero ya no más, es probable que te hayan dado por muerto-
-No, no es cierto- la voz se rompió- Solo sigues jugando con mi cabeza además él debe estar desesperado-
-¿Quién? ¿Eugeo-kun? Hace poco hable con él, me confesó que nunca le habló a su familia de su relación, solo se sentía un poco curioso de estar con un chico y tu eras perfecto para un experimento-
-Él no haría eso, no de nuevo- lo defendió.
-¿De nuevo? Si ya lo hizo una vez ¿Qué te hace pensar que no lo hará otra? Eres tan inocente- le sonrió con morbo- Prepararé la comida y una vez que terminemos podré tomar tu cuerpo, lo he extrañado todo el fin de semana, procura esperarme, Kazy-
Y así como entró, salió. Disfrutaba totalmente la situación, ahora que tenía al pelinegro para él era capaz de cumplir sus fantasías más bajas.
No lo dejaría irse nunca, prefería matarlo antes de liberarlo, justo ahora estaba libre de toda sospecha y sus padres volvían a casa jueves así que los recibiría y no tendría que volver a ese lugar en mucho tiempo. Solo debía ser paciente y lo tendría para la eternidad.
Hola amixes ¿Cómo están? Yo tengo demasiado calor pero estoy feliz de que pude hacer el capítulo y subirlo hoy, tenía algunas tareas pendientes pero me organice para poder escribir esto.
Vota y comenta. Abro este espacio para que se puedan desahogar contra Eiji.
Bueno, vamos en el capítulo 44 de 50 (o podrían ser más, depende de como maneje las tramas) les había comentado que este es el penúltimo arco del fanfic y quiero agradecerles por adelantado todo el apoyo que he recibido a lo largo de los capítulos.
No he podido incluir a las mejores teorías en los capítulos pero estoy escribiendo los agradecimientos donde procuraré mencionarlos a todos :)
Sin más que decir, los quiero mucho, cuídense y nos leemos en el próximo capítulo.
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Enamorando al gamer
Hayran KurguKazuto es un gamer solitario que prefiere pasarse las tardes jugando que hacer otra cosa-, por otro lado su vecino de enfrente, Eugeo, siempre lo observa desde su ventana preguntándose si ese chico puede tener sentimientos hacia algo que no sean los...